Vayamos por partes.
El español promedio es una ameba mononeuronal que no ha visto el amor propio ni en pegatina. Ponle un piso de hez en el peor barrio posible y dile que, a cambio, tiene un mercarroña a 10 metros; venderá a su madre para comprarlo. Pero espere, porque aún hay más. Dígale...