Solo este finde: estaba yendo en bicicleta, se me cruzó uno, y casi no lo cuento del frenazo. El dueño pidió perdón y majo, pero el susto me lo llevé.
Estaba comiendo en un bar con mi mano y un pastor aleman no paraba de ladrar, pero tan fuerte que te hacía daño a los oidos. Yo no fui el que...