Eso ha tenido que ser por un ataque de cuernos.
Suelen pasar esas cosas pero la autoridad competente, y el juez también, saben que el de los cuernos se habrá ofuscado, ofuscado, ofuscado, y, por esas cosas que pasan, habrá dicho, este no ama más; a veces ella, tampoco, que ellas se quitan las ropa interior para el ñaca-ñaca y luego no atinan a dónde las han dejado; pero bueno, para que la Chichi Emperatriz no ponga otra crusesita en su ministerio.
¡Qué se le va a hacer! ¡La jodienda no tiene enmienda!
Eso creo yo.
Es que cuando se pone como el pescueso de un cantaor, cualquier ambulancia en buena.
Por eso, yo, en el maletero, siempre llevo una manta amaera, por si un casual. Y la he usado.