Emigrar nunca es sencillo. Y no solo para los de las 'pateras'... Mi padre medio sobrevivía en Madrid, trabajando como periodista en 1950. Como estaba represaliado por cuestiones políticas, mejorar sus ingresos le era muy difícil, y decidió emigrar a Cuba, donde le habían ofrecido un puesto en una editorial importante de La Habana. Le pagaban el viaje, pero su mujer –mi madre– puso como condición que ella tenía que viajar también, junto con su hijo de dos años –yo– y además que la acompañaran su madre viuda y una hermana soltera... Solamente arreglar el tema de la inmi gración a Cuba fue dificilísimo, pero mi padre lo logró como lograba todo, a base de persistencia; se instaló en La Habana, le fue muy bien porque era muy trabajador, vio venir la revolución, y se mudó a Miami en 1958, esta vez sin tanto agobio, poco antes de Fidel.La gran mayoría entre 1000 y 2500 netos diría yo, efectivamente.
Lo de huir es muy fácil decirlo, pero a la hora de la verdad no es tan sencillo.