Vamos, que PIT examinó una tarjeta de memoria de un ligue/expareja/loquesea, espiando datos privados que no le pertenecen y decidió NO decirle nada a la implicada “por su bien”, y lo dice en directo, como lo más normal del mundo. Como si fuera congruente que su pareja no tenga madurez para disponer de sus datos privados, ni afrontar su realidad, pero sí para abrírsele de piernas y comerle la berenjena.
Y por supuesto que ahora las feministas radicales a sueldo de partidos/organizaciones que ven maltratos y heteropatriarcados por doquier calladas como lo que son.