Recuerdo cuando hace 2 años acabamos un nuevo edificio en un colegio, ahí ya me dí cuenta que la vuelta de tuerca en cuanto a burocracia era atroz. En los últimos años ha crecido exponencialmente.
Durante la redacción del proyecto quieres hacer un conjunto de documentos redondo, bien definidos con un presupuesto fiable, pero todo llega a la administración y comienza a desfigurarse.
Te empiezan a poner condicionantes a la licencia. A veces tienen que tratar con diferentes administraciones y departamentos: departamento de urbanismo del ayuntamiento (temas del proyecto), departamento de medio ambiente, departamento de igualdad (no es coña, hemos tenido que justificar algún proyecto desde perspectiva de genero), departamentos autonómicos de diferentes niveles, .....
Luego están las diferentes voces a las que tienes que dar respuesta en cada departamento... la notificaciones pueden firmarlas uno/a y no vale de nada que te dirijas a esa persona, tienes que hablar con su "superior".... pero ése muchas veces no quiere y se escuda en el primero.
No es una relación equilibrada, y me explico: ellos te piden condicionantes y te ponen plazos para responder, pero tú no puedes hacerles una consulta y que te contesten a la mayor brevedad... a veces las respuestas a las consultas pueden venir después de realizar los trabajos.
En el caso que comento (en el que me dí cuenta que esto se había convertido en algo fuera de control), estuvimos meses esperando por parte de un ayuntamiento una respuesta que necesitaba que le llegase por parte de otro departamento del gobierno autonómico.
Después de repetirnos varias veces que "sólo faltaba ese trámite", la respuesta favorable llegó (un sólo folio) y fue entonces cuando nos dijeron que "todavía" teníamos que realizar el estudio de justificación del edificio desde la perspectiva de género. Supongo que también existirá un departamento que estudie este tipo de idioteces.
Por cierto, un amigo catalán me comentó que para ciertos edificios de uso público, deben presentar un estudio linguístico.
Dentro de los departamentos de urbanismo me he encontrado con sumos sacerdotes que me decían que no podía realizar tal o cual trabajo a pesar de tener las atribuciones profesionales para hacerlo. A dos de ellos les llegué a amenazar con denunciarles por prevaricación.
Recuerdo otro caso de que a pesar de cumplir con toda la normativa y ordenanzas existentes, un técnico municipal me dijo que debía, además, cumplir con una norma DIN alemana (le parecería bonita).
Para consultar si una parcela tiene "tierras contaminantes" el técnico sólo tenía que consultar un plano. Pues bien, se dio el caso de un técnico perezoso que en el tiempo que estuvo divagando pensar en un plazo para tal fin, y en el que podría haberme dado una respuesta, me llamó y me dijo que me "pasase en un mes a por la respuesta".... monte un pollo de tal calibre que me lo dio al instante.
Luego también existe la mala leche. No olvidemos que en cada provincia ha existido tal o cual constructora que apoyaba a un determinado partido político y de paso patrocinaba a algún equipo de la capital. La facilidad de esas constructoras para acortar los plazos en la concesión de licencias sigue siendo legendario, y siento una indefensión terrible para el resto: a veces a ellos no les piden apenas nada y a ti te bombardean.... Luego miras sus proyectos y no están definidos.
Voy a cualquier archivo municipal y me encuentro que en los años 70, con una memoria, presupuesto, pliego de condiciones (entre todos los documentos no suman 50 páginas) y 10 planos (si llegan), tenían un proyecto. Hoy para una simple reparación de fachada y cubierta los documentos que salen tienen un total de cerca de 200 páginas y una docena de planos.
Vienes a cobrar lo mismo o menos que hace 25 años, por cualquier proyecto que te cae con cuentagotas y por el que trabajas mucho más.
Hoy en día dada toda la normativa que hay en las diferentes áreas de la construcción (sobretodo desde la entrada del CTE y la muy positiva revolución que en cuanto a las instalaciones y materiales se está dando), es muy difícil trabajar sólo o en un estudio pequeño, pero es que los estudios grandes necesitan de coordinadores de proyectos que además se dediquen a desatascar todas estas trabas burocráticas.
Y a veces parece que todos y cada uno de los funcionarios que ven tu trabajo tienen que poner su granito de arena en forma de opinión.
