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A este paso, Cataluña tendrá que pedir la independencia al rey de jovenlandia: ‘Mohamed’ es ya el nombre más frecuente en el Bajo Ampurdán (Gerona)
Mohamed, Washington o Nelson son tres de los nombres que más proliferan en Cataluña, mientras que clásicos como Josep, Maria, Ramon o Jordi pierden fuelle, según señala el experto Josep Maria Albaigès en una entrevista en La Vanguardia. Albaigès lleva más de 30 años trabajando y analizando la historia onomástica de Cataluña. Ha editado más de 20 libros sobre el tema, el último, El secrets dels noms catalans, ofrece un inquietante dato: los nombres árabes proliferan cada vez más en la región y ganan terreno a los de origen español. Incluso en algunas zonas ya los superan. Es el caso sin ir más lejos de la comarca del Bajo Ampurdán (Gerona), donde el año pasado el nombre número uno fue Mohamed.
En contraposición subraya el autor que nombres autóctonos como Ramon, María o Jordi están sufriendo un fuerte retroceso, pese a que muchos pagapensiones del resto de España adoptaron éste último para reafirmar su catalanidad.
Por otro lado, Albaigès habla en su libro en su libro de nombres inadecuados para nuestra cultura cristiana, entre los que cita el de Alá, cada vez más frecuente entre los hijos de familias fiel a la religión del amoras. En la localidad gerundense de Salt, por ejemplo, el número de niños con el nombre de Alá y Mohamed es tres veces superior al de niños con nombres autóctonos españoles.
Otro caso no menos revelador. En la guía telefónica de Badalona aparecen ya más apellidos árabes que catalanes. Este dato podría generalizarse a todas las ciudades del cinturón industrial de Barcelona antes de 2020. De continuar el actual crecimiento demográfico de la población fiel a la religión del amora, se estima que sólo uno de cada cinco residentes en Cataluña será de origen autóctono en el año 2050.
¿A quiénes culparán entonces los nacionalistas que sobrevivan cuando lo que marque el hecho diferencial catalán sea la pertenencia o no al islam?
Mohamed, Washington o Nelson son tres de los nombres que más proliferan en Cataluña, mientras que clásicos como Josep, Maria, Ramon o Jordi pierden fuelle, según señala el experto Josep Maria Albaigès en una entrevista en La Vanguardia. Albaigès lleva más de 30 años trabajando y analizando la historia onomástica de Cataluña. Ha editado más de 20 libros sobre el tema, el último, El secrets dels noms catalans, ofrece un inquietante dato: los nombres árabes proliferan cada vez más en la región y ganan terreno a los de origen español. Incluso en algunas zonas ya los superan. Es el caso sin ir más lejos de la comarca del Bajo Ampurdán (Gerona), donde el año pasado el nombre número uno fue Mohamed.
En contraposición subraya el autor que nombres autóctonos como Ramon, María o Jordi están sufriendo un fuerte retroceso, pese a que muchos pagapensiones del resto de España adoptaron éste último para reafirmar su catalanidad.
Por otro lado, Albaigès habla en su libro en su libro de nombres inadecuados para nuestra cultura cristiana, entre los que cita el de Alá, cada vez más frecuente entre los hijos de familias fiel a la religión del amoras. En la localidad gerundense de Salt, por ejemplo, el número de niños con el nombre de Alá y Mohamed es tres veces superior al de niños con nombres autóctonos españoles.
Otro caso no menos revelador. En la guía telefónica de Badalona aparecen ya más apellidos árabes que catalanes. Este dato podría generalizarse a todas las ciudades del cinturón industrial de Barcelona antes de 2020. De continuar el actual crecimiento demográfico de la población fiel a la religión del amora, se estima que sólo uno de cada cinco residentes en Cataluña será de origen autóctono en el año 2050.
¿A quiénes culparán entonces los nacionalistas que sobrevivan cuando lo que marque el hecho diferencial catalán sea la pertenencia o no al islam?
