Hasta que la fin los separe o se maten el uno al otro

Profesor Bastiani

Madmaxista
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5 Sep 2009
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Esta tarde me he encontrado en el parque con una pareja de jubilados muy amigos míos. Ella, ochenta y seis, él, setenta y cinco. Llevan toda una vida intensamente juntos con sus noches sus días y sus decenios. Prácticamente sin separarse salvo excepciones de fuerza mayor tales como alguna que otra montería a la que mi amigo siempre fue muy aficionado o algún viaje de dos o tres días para ver al Madrid en el Santiago Bernabeu.

Paseaban con las manos muy apretadas. Intensamente juntos, definitivamente juntos, indisolublemente juntos, resignadamente juntos. El con su gafitas de sol, su gigote y su buen puro habano, como los machos; ella con su novela de Corín Tellado, sus cremas, su rulos, las alajas de su bisabuela, y sus agujas de hacer punto, que ya ha estado dos o tre veces a punto de dejar a mi amigo tuerto. Me alegré mucho de verlos. Así es como tiene que ser un matrimonio, juntos hasta que la fin los separe, y no este guirigay de azota a toda la Peninsula Ibérica de juntes y rejuntes, y si te he visto no me acuerdo. ¡Más aguante señores, más aguante!. ¡Qué no se puede abandonar el barco a las primeras de cambio por cualquier aguacero del que hacemos una tempestad, ni cambiar de caballo a la mitad del río!. ¿Adónde vamos a llegar Dios mío?. ¿Adónde?. ¡Maldita sea el queso de bola!. ¿Es qué hemos olvidado de golpe que después de la tempestad siempre viene la calma y qué no hay mal que cien años dure?. Si es sólo cuestión de paciencia, comprensión y respeto.

Un hombre hecho y derecho tiene que echar una canita al aire de vez en cuando, es ley de vida, pero luego a su casa con su mujer y sus hijos, como tiene que ser. La mujer de uno tiene que ser sagrada. La familia es el pilar sobre el que debe sostenerse un país que se precie, y que no quiera acabar como la Roma de Nerón o como Sodoma y La Gorra.

Qué aprenda la juventud de estos dos ancianos que fueron capaces de criar a sus hijos y a los hijos de sus hijos, y sacar un país en ruinas hacia delante. Este es el modelo a seguir, y no esa alocada moda de "hoy te quiero, mañana ya veremos". Si sabemos cuidarlo, el amor dura más que un martillo enterrado en paja. Reconozco que el año pasado mi sobrina se separo, no me gustó el asunto, pero se le puede pasar la mano, el marido es un pejiguera y un desaborio de aquí te espero. Pero hay está mi sobrino Juan felizmente casado, aguantando el tío y dando el callo como un hombre. ¡Viva la juventud!, pero casados y respetando las normas. Como tiene que ser y como Dios manda. No quería hacer esta denuncia, comprendo que los matrimonios de hoy día se tienen que enfrentar unas veces a situaciones muy difíciles que los desestabiliza, y otras, a tentaciones suculentas que acechan a la vuelta de cualquier esquina, pero de alguna manera habrá que poner freno a esta plaga, digo yo, ¿no?.

Buenas noches.
 
Esta tarde me he encontrado en el parque con una pareja de jubilados muy amigos míos. Ella, ochenta y seis, él, setenta y cinco. Llevan toda una vida intensamente juntos con sus noches sus días y sus decenios. Prácticamente sin separarse salvo excepciones de fuerza mayor tales como alguna que otra montería a la que mi amigo siempre fue muy aficionado o algún viaje de dos o tres días para ver al Madrid en el Santiago Bernabeu.

Paseaban con las manos muy apretadas. Intensamente juntos, definitivamente juntos, indisolublemente juntos, resignadamente juntos. El con su gafitas de sol, su gigote y su buen puro habano, como los machos; ella con su novela de Corín Tellado, sus cremas, su rulos, las alajas de su bisabuela, y sus agujas de hacer punto, que ya ha estado dos o tre veces a punto de dejar a mi amigo tuerto. Me alegré mucho de verlos. Así es como tiene que ser un matrimonio, juntos hasta que la fin los separe, y no este guirigay de azota a toda la Peninsula Ibérica de juntes y rejuntes, y si te he visto no me acuerdo. ¡Más aguante señores, más aguante!. ¡Qué no se puede abandonar el barco a las primeras de cambio por cualquier aguacero del que hacemos una tempestad, ni cambiar de caballo a la mitad del río!. ¿Adónde vamos a llegar Dios mío?. ¿Adónde?. ¡Maldita sea el queso de bola!. ¿Es qué hemos olvidado de golpe que después de la tempestad siempre viene la calma y qué no hay mal que cien años dure?. Si es sólo cuestión de paciencia, comprensión y respeto.

Un hombre hecho y derecho tiene que echar una canita al aire de vez en cuando, es ley de vida,
pero luego a su casa con su mujer y sus hijos, como tiene que ser. La mujer de uno tiene que ser sagrada. La familia es el pilar sobre el que debe sostenerse un país que se precie, y que no quiera acabar como la Roma de Nerón o como Sodoma y La Gorra.

Qué aprenda la juventud de estos dos ancianos que fueron capaces de criar a sus hijos y a los hijos de sus hijos, y sacar un país en ruinas hacia delante. Este es el modelo a seguir, y no esa alocada moda de "hoy te quiero, mañana ya veremos". Si sabemos cuidarlo, el amor dura más que un martillo enterrado en paja. Reconozco que el año pasado mi sobrina se separo, no me gustó el asunto, pero se le puede pasar la mano, el marido es un pejiguera y un desaborio de aquí te espero. Pero hay está mi sobrino Juan felizmente casado, aguantando el tío y dando el callo como un hombre. ¡Viva la juventud!, pero casados y respetando las normas. Como tiene que ser y como Dios manda. No quería hacer esta denuncia, comprendo que los matrimonios de hoy día se tienen que enfrentar unas veces a situaciones muy difíciles que los desestabiliza, y otras, a tentaciones suculentas que acechan a la vuelta de cualquier esquina, pero de alguna manera habrá que poner freno a esta plaga, digo yo, ¿no?.

Buenas noches.

A partir de aquí he dejado de leer.
 
No se apellidara usted fraga de primero y saurio de tercero,no?
Todas las personas pueden tener la necesidad de echar una canita al aire de vez en cuando en un matrimonio largo, o que te crees? que a las tias nos gusta estar toda la vida con la misma cola entre las piernas? acaso te crees que tu mujer no se ha tirado a otros? tu mentalidad ancestral,puede que no conciba,que el sesso es solo sesso y el amor no tiene por que estar unido... supongo que con su avanzada edad(por lo menos mental)no concebira estos terminos,pero sepa usted, señor mio,si esta casado, que lo mas probable es que, tenga unos cuernos tan largos,que le peguen contra el marco de la puerta, por que yo,personalmente, con una persona tan frigida de sentimientos y de ideas paleoliticas......... no aguantaria mas de 3 meses sin tirarme a otro, pero claro.............volviendo al dogma.las mujeres somos todas mujeres que parece que practican la prespitación, y lo vuestro,es necesidad.......... y no me mente usted a dios, los dogmas de fe, quedan genial en el seminario,fuera de el........... no existe la fe, solo religiosos promiscuos
 
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No se apellidara usted fraga de primero y saurio de tercero,no?
Todas las personas pueden tener la necesidad de echar una canita al aire de vez en cuando en un matrimonio largo, o que te crees? que a las tias nos gusta estar toda la vida con la misma cola entre las piernas? acaso te crees que tu mujer no se ha tirado a otros? tu mentalidad ancestral,puede que no conciba,que el sesso es solo sesso y el amor no tiene por que estar unido... supongo que con su avanzada edad(por lo menos mental)no concebira estos terminos,pero sepa usted, señor mio,si esta casado, que lo mas probable es que, tenga unos cuernos tan largos,que le peguen contra el marco de la puerta, por que yo,personalmente, con una persona tan frigida de sentimientos y de ideas paleoliticas......... no aguantaria mas de 3 meses sin tirarme a otro, pero claro.............volviendo al dogma.las mujeres somos todas mujeres que parece que practican la prespitación, y lo vuestro,es necesidad.......... y no me mente usted a dios, los dogmas de fe, quedan genial en el seminario,fuera de el........... no existe la fe, solo religiosos promiscuos

Relájate un poco que te va ha subir la tensión.
Y si todos tienen el mismo derecho a hechar una canita al aire.
 
Me parece que no le estáis pillando el punto al profesor ;)
 
No se apellidara usted fraga de primero y saurio de tercero,no?
Todas las personas pueden tener la necesidad de echar una canita al aire de vez en cuando en un matrimonio largo, o que te crees? que a las tias nos gusta estar toda la vida con la misma cola entre las piernas? acaso te crees que tu mujer no se ha tirado a otros? tu mentalidad ancestral,puede que no conciba,que el sesso es solo sesso y el amor no tiene por que estar unido... supongo que con su avanzada edad(por lo menos mental)no concebira estos terminos,pero sepa usted, señor mio,si esta casado, que lo mas probable es que, tenga unos cuernos tan largos,que le peguen contra el marco de la puerta, por que yo,personalmente, con una persona tan frigida de sentimientos y de ideas paleoliticas......... no aguantaria mas de 3 meses sin tirarme a otro, pero claro.............volviendo al dogma.las mujeres somos todas mujeres que parece que practican la prespitación, y lo vuestro,es necesidad.......... y no me mente usted a dios, los dogmas de fe, quedan genial en el seminario,fuera de el........... no existe la fe, solo religiosos promiscuos

¡Por Dios Adriana! La tensión se me ha puesto por las nubes nada más leer su comentario. Por su culpa me he cargado el teclado del puñetazo que he dado contra la mesa del ordenador. No obstante entiendo que es usted una hembra llena de vitalidad apta para la reproducción y sus hormonas le hacen decir esas cosas.

No le tomaré a mal lo de mi cornamenta. Está usted invitada a cenar cuando quiera. Y ya sabe, pelillos a la mar, las palabras son humo que se lleva el viento. Olvide usted mi comentario inicial. Entiéndalo usted, yo soy un caballero del Siglo de Oro español, no puedo comulgar con tanto metrosexual correteando por los territorios patrios.

Siempre a sus pies.
 
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¡Bien dicho, señor profesor! En este antro de concupiscencia y desenfreno, antes llamado Reino, sodómicos y demoníacos seres son permitidos de desposarse, mientras las atrevidas hembras, osan posar sus pies más allá del recinto hogareño.

¡¡Pardiez, que tomaré mi espada a quien ose atreverse a criticar la sagrada institución del matrimonio, fuente de innumerables alegrías y realización infinita del hombre de bien!!.

Pero hállome desolado, pues día a día y sin razón que mi entendimiento admita, se pierden ley y formas, en este otrora egregio país. ¡Luchemos contra la sinrazón y la barbarie y defendamos nuestras ideas hasta la fin!

U otros más bárbaros acabarán con la humanidad y la fe, que tantos siglos se ha tardado en instaurar! Cuente con mi espada y con mi voz, y póngame a los pies de su señora, distinguido profesor.
 
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Me ha hecho gracia lo de...

Paseaban con las manos muy apretadas. Intensamente juntos, definitivamente juntos, indisolublemente juntos, resignadamente juntos

Eso y que la abuelilla le llevaba once añitos de diferencia. Se ve que le gustaban jóvenes. :cool:

Tiene puesto de avatar al Rey que en sus dominios nunca se ponía el sol, Felipe II



Lástima de armada invencible...


 
¡Bien dicho, señor profesor! En este antro de concupiscencia y desenfreno, antes llamado Reino, sodómicos y demoníacos seres son permitidos de desposarse, mientras las atrevidas hembras, osan posar sus pies más allá del recinto hogareño.

¡¡Pardiez, que tomaré mi espada a quien ose atreverse a criticar la sagrada institución del matrimonio, fuente de innumerables alegrías y realización infinita del hombre de bien!!.

Pero hállome desolado, pues día a día y sin razón que mi entendimiento admita, se pierden ley y formas, en este otrora egregio país. ¡Luchemos contra la sinrazón y la barbarie y defendamos nuestras ideas hasta la fin!

U otros más bárbaros acabarán con la humanidad y la fe, que tantos siglos se ha tardado en instaurar! Cuente con mi espada y con mi voz, y póngame a los pies de su señora, distinguido profesor.

¡Albricias!. Heme aquí, infante Sorprendido, tan sorprendido como su propio nombre indica ante su grata adhesión. Sepa vuestra merced que desde este mismo instante lo apunto en nómina junto a mi escudero Sancho.

¡Voto a brios, que cabalgaremos junto por las tierras de España!, y si no es usted hombre que guste del buen yantar, mejor que mejor, porque la profesión de caballero es terrible y dura sobre todo para el estómago, y hasta de hierbas hay que alimentarse algunas veces, más si mi jumento las come de toda la vida esquivocado no ha de estar.

Válgame Dios, mi buen adalid, que unidas nuestras espadas, derrotaremos a los trileros y malandrines de España. No quedará sarraceno sin descalabro en la sesera, ni entuerto de pócimas y ungüentos que nuestra gallardía no desenrede.

¡A por ellos!, pero vaya usted delante que a mi me duelen mucho los golpes y esta noche he quedado con Adriana.

Saludos.
 
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