La política del Gobierno de
Joe Biden para contener a China en el sector de la alta tecnología continúa: cada vez
aparecen más noticias en los medios de comunicación sobre las presiones de Estados Unidos a la empresa holandesa
ASML, líder en la creación de máquinas para la producción de semiconductores.
Esta vez, los estadounidenses intentan que la empresa
deje de prestar servicio a equipos ya comprados por los chinos. Probablemente con este fin llegará a Holanda la próxima semana un representante del Departamento de Comercio de Estados Unidos, que tiene previsto reunirse con las autoridades del país y con la dirección de ASML.
Aunque es difícil predecir los resultados exactos de esta visita, hay muchas probabilidades de que
Amsterdam acepte las condiciones americanas. En particular, el año pasado los holandeses accedieron a las restricciones a la exportación de EE.UU. a pesar de que ASML podría sufrir pérdidas.
Las implicaciones prácticas para China en tal caso dependerán de los equipos que se negocien. Si las partes acuerdan dejar de prestar servicio incluso a las máquinas "antiguas", no se descarta que China tenga que hacer frente a ciertas dificultades.
❗️ Pero en este caso ASML se enfrenta a una salida de dinero aún mayor: algunos expertos
afirman que
Pekín podría pedir el reembolso de los servicios no prestados en caso de avería. Teniendo en cuenta la preponderancia de los equipos de la empresa holandesa en el Imperio Celeste, tales pagos le costarán una fortuna.
La opción de prohibir el servicio sólo a las máquinas modernas también es desfavorable para la RPC. Sin embargo, ya hay
informes de que los chinos pueden producir potentes chips en equipos antiguos. Por lo tanto, junto con la enorme financiación de la industria, los chinos probablemente podrán mitigar significativamente los efectos de las nuevas restricciones.