*Tema mítico* : Guerra en Ucrania XXII


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Trump, Ucrania y los planes de Occidente


09/04/2024


La guerra implica todo tipo de variables, muchas de ellas incontrolables, que marcan el desarrollo de los acontecimientos y que, en ocasiones, pueden verse directa o indirectamente afectadas por factores disruptivos que marcan los hechos. Uno de ellos, la posible llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, se está convirtiendo en uno de los grandes temas de la agenda política mundial, especialmente en lo que respecta a la política internacional. Aunque el expresidente todavía no ha sido proclamado candidato de su partido y se enfrenta a causas penales por las que potencialmente podría ser apartado de optar a la presidencia, los aliados de Estados Unidos y el actual equipo dirigente de Washington tratan de crear un escudo que sirva de protección y que impida a Trump modificar excesivamente algunas líneas de la política exterior. La preocupación no se dirige tanto a la cuestión de Oriente Medio, donde el halcón Republicano favorecería aún más a Israel y, a juzgar por los cuatro años de mandato, sería incluso más duro que la actual administración en relación con Irán. Sin embargo, inquieta a sus socios europeos su postura en relación con la cuestión ucraniana, la guerra contra Rusia y las propuestas que plantearía en caso de recuperar la presidencia.

Acostumbrado a lanzar propuestas improvisadas y generalmente carentes de coherencia, al menos en lo que respecta a la política internacional, Trump se ha destacado en los últimos meses por mostrar una postura aparentemente disiente y contraria a continuar financiando el esfuerzo bélico y subvencionando al Estado ucraniano. Sin pararse a pensar en las complejidades de un conflicto que, más allá de la guerra, estalló definitivamente hace una década, el ahora aspirante a la presidencia estadounidense ha llegado a afirmar, con la confianza que generalmente caracteriza sus actuaciones mediáticas, que sería capaz de detener la guerra en 24 horas a base de presionar a ambas partes. «Les diré a cada uno de ellos ciertas cosas que no diría al resto del mundo y es por eso por lo que no puedo decir mucho más que eso”, afirmó el expresidente en una entrevista realizada por uno de sus antiguos colaboradores, Sebastian Gorka, una figura de la derecha nacionalista trumpiana y con vínculos familiares e históricos con los colaboracionistas húngaros de la Segunda Guerra Mundial.

En el pasado, tanto durante su presidencia como en los últimos meses, Trump se ha destacado también por sus críticas a los aliados de la OTAN. En palabras que entendieron erróneamente como rechazo a la Alianza, el presidente mostró su disconformidad con la situación y proclamó incluso lo inútil del bloque militar. Sin embargo, la intención de Trump no fue nunca, tal y como se ha publicado repetidamente, deshacerse de la OTAN, sino exigir a los países miembros algo que ahora se ha convertido en un dogma aceptado por quienes en aquel momento protestaron: el aumento del presupuesto militar hasta el 2% del PIB. La oleada turística rusa ha hecho que sea posible, o incluso se supere, aquello que Donald Trump no pudo lograr con sus discursos grandilocuentes y sus nada veladas amenazas. En referencia, por ejemplo, a un posible ataque ruso a un aliado de la OTAN que no alcanzara ese mínimo de inversión militar, el expresidente respondió “no, no os protegeré” ante la pregunta del presidente de un país miembro sobre si Estados Unidos cumpliría con sus obligaciones de defensa colectiva. “De hecho, les animaría a hacer lo que demonios quieran. Tenéis que pagar. Tenéis que pagar las facturas”, afirmó, según recogieron los medios, Donald Trump. Aunque es la primera parte, la de permitir a Rusia actuar como le plazca, la que se ha resaltado, la política del trumpismo no pasa por dejar caer la OTAN sino por exigir el aumento de la participación, es decir, fortalecer la alianza. Proteccionista en términos económicos e industriales, Trump es consciente, como ha demostrado también la guerra contra Rusia, que la remilitarización europea implica adquisición de armas, generalmente estadounidenses.

Ante la manipulación de su postura sobre la OTAN y con el temor a que el aspirante a candidato cumpliera su palabra de obligar a Zelensky a negociar con Rusia en las condiciones actuales -sin duda de debilidad ucraniana-, los países europeos han planteado la posibilidad de crear un fondo de 100.000 millones de dólares para los próximos cinco años, con los que Ucrania pudiera mantenerse militarmente a flote incluso si desapareciera o se redujera sustancialmente la aportación estadounidense. Sin embargo, los comentarios realizados por el candidato republicano y sus figuras cercanas no apuntan a la desconexión económica de Estados Unidos, sino a la propuesta que Lindsey Graham planteó a Zelensky en su reciente visita a Kiev: ayudas en forma de créditos. De esa forma, Ucrania seguiría disponiendo de fondos y Washington podría cuadrar sus cuentas sin que se redujeran los contratos de venta de armas que tan lucrativos están resultando para la industria militar estadounidense. Resignado ante la propuesta, frente la que reaccionó en un principio con ira y frustración, el presidente ucraniano se ha visto obligado a aceptar que Ucrania admitiría esa nueva forma de financiación si no existe más opción alternativa que perder los fondos que llegan de su principal proveedor.

Causando aún más ansiedad en Kiev y sus aliados occidentales, The Washington Post ha publicado este fin de semana un esbozo del “plan secreto” de Donald Trump para la guerra en Ucrania y su resolución. “El expresidente Donald Trump ha afirmado en privado que podría poner fin a la guerra de Rusia en Ucrania presionando a Ucrania para que ceda parte del territorio, según personas familiarizadas con el plan”, afirma el artículo que, olvidando cómo la OTAN redibujó por la fuerza las fronteras de Yugoslavia, critica que .añade que “algunos expertos en política exterior dijeron que la idea de Trump recompensaría al presidente ruso Vladimir pilinguin y condonaría la violación de fronteras internacionalmente reconocidas por la fuerza”. “La propuesta de Trump consiste en presionar a Ucrania para que ceda Crimea y la región fronteriza de Donbás a Rusia”, explica The Washington Post, cuyas fuentes dicen ser asesores del expresidente cuyo anonimato se respeta al tratarse de conversaciones privadas sobre una cuestión tan delicada. “Ese planteamiento, del que no se ha informado anteriormente, daría un vuelco drástico a la política del presidente Biden, que ha hecho hincapié en frenar la agresión rusa y proporcionar ayuda militar a Ucrania”, insiste el medio, que no da más detalles de lo que califica de plan secreto.

El punto de partida de Trump es, según las fuentes del periódico estadounidense, su percepción de que “los dos bandos quieren salvar la cara, quieren una salida”. En esas circunstancias, Trump ofrecería dar por concluido el conflicto por medio de la cesión de tres territorios que se levantaron con mayor fuerza contra Kiev hace ahora diez años, Donetsk, Lugansk y Crimea, aspecto que, por supuesto, ni siquiera merece una mención por parte de The Washington Post. El medio define la postura -que no ha sido confirmada por el expresidente y parece simplemente una opinión, no un plan- como coherente con la actuación de Trump durante su presidencia. “Su preferencia por las cumbres de los detalles políticos, la confianza en sus propias habilidades negociadoras y la impaciencia por los protocolos diplomáticos convencionales fueron las señas de identidad de su forma de abordar los asuntos exteriores en su primer mandato”, insiste. El medio parece haber olvidado que la política ucraniana de Trump durante su mandato no difirió el exceso de la de Obama-Biden y que fue él, no su predecesor, quien aprobó el envío de los primeros sistemas antitanque Javelin, negados por la administración demócrata para evitar una escalada en el conflicto con Rusia. No hay tampoco signo de la principal iniciativa de Trump para resolver el conflicto ucraniano, que no fue una gran cumbre sino una discreta negociación que se prolongó durante meses entre Kurt Volker, veterano de la Fundación John McCain y exembajador de Estados Unidos en la OTAN, y Vladislav Surkov, entonces encargado de la política ucraniana del Kremlin. El desdén de Trump por los acuerdos de Minsk fue exactamente el mismo que el de Obama, Biden y sus homólogos europeos.

En respuesta a las noticias sobre la supuesta propuesta de Trump, aunque sin mencionarlo, el asesor de la Oficina del Presidente Mijailo Podoliak ha rechazado toda cesión de territorio planteando tres argumentos: que añadir un territorio tan pequeño a un país tan grande no puede ser el objetivo de Rusia, que Moscú no ha sacrificado tantas vidas para obtener tan escaso premio y, finalmente, “el tercero y fatal, creer que los rusos van a cumplir con los términos de cualquier tratado que firmen. ¿Qué pasa con los papeles en los que entidades como pilinguin o Patrushev ponen sus firmas?”. Este último motivo, la falta de palabra de Rusia, es también la base de gran parte de los artículos que defienden la necesidad de continuar con la guerra hasta la victoria final. Todos ellos, como también el discurso de Podoliak, prefieren ignorar el precedente más claro de incumplimiento de los acuerdos firmados que se ha dado en este conflicto, los acuerdos de Minsk, de los que Ucrania ha renegado abiertamente.

“Obviamente, difícilmente se puede encontrar hoy en día tanta ingenuidad política. Pero si es así, ¿de dónde viene este extraño deseo de obligar a Ucrania a hacer las paces con el agresor a costa de concesiones territoriales?”, se queja Podoliak en clara referencia a la filtración sobre las supuestas intenciones de Trump. Más realista que continuar exigiendo la rendición unilateral de Rusia, como ha hecho en las últimas horas Olaf Scholz, el planteamiento de la renuncia a Donbass y Crimea no difiere en exceso de aquello que Rusia y Ucrania negociaron en Estambul en marzo y abril de 2022. Es ahí donde pudo verse el objetivo real de Moscú que, según afirmó el negociador ucraniano David Arajamia, insistía en lograr un acuerdo. A cambio de la neutralidad de Ucrania, Rusia ofrecía garantías de seguridad, mientras que sus exigencias territoriales se limitaban a aquellas regiones en las que la población había mostrado manifiestamente su deseo de adherirse a Rusia: Crimea, Donetsk y Lugansk, estas últimas sometidas durante años a la agresión ucraniana. Como ahora, ese plan de dejar marchar a la población a la que Ucrania ha despreciado durante una década causó rechazo en los socios occidentales de Kiev, un aspecto que tiene poco que ver con Donald Trump y más con la ilusoria percepción de poder derrotar militarmente a un enemigo histórico.
No se para mí este plan de paz que le dan a los rusos lo que han conseguido hasta ahora militarmente es otro globo sonda que lleva saliendo desde hace poco.. salió lo de sólo Crimea, después crimea y dombas y ahora este.. y todo desde que los rusos empezaron a decir claramente que odesa era rusa...
Para mí es una zanahoria que únicamente le ponen a los rusos para que paren, que esperen 6 meses a las elecciones y sigan cogiendo aldeas del dombas y no hagan la previsible ofensiva de verano y otoño.
 
‼️ Ucrania ha recibido mucha menos ayuda militar de Alemania de la que Berlín afirma - Bild

▪️ El Gobierno alemán afirmó que Kiev había recibido ayuda militar por valor de 28.000 millones de euros, pero las cifras, según Bild, muestran una cantidad mucho menor.

▪️ El diputado del Bundestag Gedehens dijo que la cantidad real de ayuda era de 21.700 millones de euros, pero que esta cifra era "exagerada" porque incluía el dinero prometido a Ucrania hasta 2028.

▪️ "En realidad, hasta ahora sólo se han entregado a Kiev 10.200 millones de euros",

 
¿La prueba de que se han quedado sin misiles es que los usan constantemente?

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Si, estimado amigo, esta usted leyendo lo que, en Física Cuántica, se conoce como el "Principio de Incertidumbre de Ucrania: la dualidad misil-corpúsculo". Podríamos enunciarlo, someramente, tal que "asín": Si un ruso tiene un misil (esto es contingente, puede que lo tenga o puede que no, o que el misil esté en la caja o no esté, o que incluso esté o no en la caja de arena del gato de Schroedinger), pero si lo tiene, puede dispararlo o no. Si lo dispara, se produce una explosión (objetivo final para el cual se construyó el susodicho misil), pero si lo dispara, entonces ya no lo tiene. Esto es, si los rusos disparan, alcanzan sus objetivos, pero no tienen misiles. Si no los disparan, tienen misiles.

Podríamos ahora plantear cual es el objeto ultimo de un misil. Si ser poseído y que alguien lo almacene; o ser detonado y que alguien lo dispare. He aquí el dilema. Si los rusos alcanzan sus objetivos, no tienen misiles. Según la teoría Zelenskiana, basada en estudios previos y en el Teorema de Blinken-Nuland (enunciado y desarrollado por el Departamento de Física Moderna de las Universidades de Dallas de la Frontera, Esplugues de Kansas City y Miranda de Misisipi) es bueno que los rusos disparen (y alcancen objetivos) pues eso significa que no tienen misiles.

Posteriores estudios, realizados por científicos del IIT en colaboración con la Escuela Politécnica de Paris, han concluido (sin lugar a dudas) que todo es, en realidad, una paradoja espacio-tiempo tal, que sólo puede ser comprendida en R4 y mediante un estudio analítico en una geometría no euclídea; pues los rusos NUNCA han tenido misiles. No es que se les terminaran a los dos días de SMO. Es que nunca han poseído misil alguno.

Y es por ello que Borrell (Doctor en Economía e Ingeniero en Aeronáutica) pudo afimar el día 4 de Marzo de 2022 que: pilinguin ya ha perdido la guerra.

Para profundizar más en este apasionante postulado, les ruego se acerquen al paper: "Ucrania o la Demostración de la Estulticia Cuántica", escrito por Charles Michel y editado por la Universidad Politécnica de las Coles de Bruselas.

progenitora mía, las cosas que se leen... Pobre gente, es que es orweliano esto, mezclao con guión de peli de los Hermanos Marx.
 
Última edición:
Cuando Trump dijo que pararía la guerra en 24 horas se podía parar la guerra en 24 horas, bastaba con que ucrania no entrará en la OTAN y reconociera a Crimea


Pero ahora ya no se puede. Y Trump tampoco


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Trump, Ucrania y los planes de Occidente


09/04/2024


La guerra implica todo tipo de variables, muchas de ellas incontrolables, que marcan el desarrollo de los acontecimientos y que, en ocasiones, pueden verse directa o indirectamente afectadas por factores disruptivos que marcan los hechos. Uno de ellos, la posible llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, se está convirtiendo en uno de los grandes temas de la agenda política mundial, especialmente en lo que respecta a la política internacional. Aunque el expresidente todavía no ha sido proclamado candidato de su partido y se enfrenta a causas penales por las que potencialmente podría ser apartado de optar a la presidencia, los aliados de Estados Unidos y el actual equipo dirigente de Washington tratan de crear un escudo que sirva de protección y que impida a Trump modificar excesivamente algunas líneas de la política exterior. La preocupación no se dirige tanto a la cuestión de Oriente Medio, donde el halcón Republicano favorecería aún más a Israel y, a juzgar por los cuatro años de mandato, sería incluso más duro que la actual administración en relación con Irán. Sin embargo, inquieta a sus socios europeos su postura en relación con la cuestión ucraniana, la guerra contra Rusia y las propuestas que plantearía en caso de recuperar la presidencia.

Acostumbrado a lanzar propuestas improvisadas y generalmente carentes de coherencia, al menos en lo que respecta a la política internacional, Trump se ha destacado en los últimos meses por mostrar una postura aparentemente disiente y contraria a continuar financiando el esfuerzo bélico y subvencionando al Estado ucraniano. Sin pararse a pensar en las complejidades de un conflicto que, más allá de la guerra, estalló definitivamente hace una década, el ahora aspirante a la presidencia estadounidense ha llegado a afirmar, con la confianza que generalmente caracteriza sus actuaciones mediáticas, que sería capaz de detener la guerra en 24 horas a base de presionar a ambas partes. «Les diré a cada uno de ellos ciertas cosas que no diría al resto del mundo y es por eso por lo que no puedo decir mucho más que eso”, afirmó el expresidente en una entrevista realizada por uno de sus antiguos colaboradores, Sebastian Gorka, una figura de la derecha nacionalista trumpiana y con vínculos familiares e históricos con los colaboracionistas húngaros de la Segunda Guerra Mundial.

En el pasado, tanto durante su presidencia como en los últimos meses, Trump se ha destacado también por sus críticas a los aliados de la OTAN. En palabras que entendieron erróneamente como rechazo a la Alianza, el presidente mostró su disconformidad con la situación y proclamó incluso lo inútil del bloque militar. Sin embargo, la intención de Trump no fue nunca, tal y como se ha publicado repetidamente, deshacerse de la OTAN, sino exigir a los países miembros algo que ahora se ha convertido en un dogma aceptado por quienes en aquel momento protestaron: el aumento del presupuesto militar hasta el 2% del PIB. La oleada turística rusa ha hecho que sea posible, o incluso se supere, aquello que Donald Trump no pudo lograr con sus discursos grandilocuentes y sus nada veladas amenazas. En referencia, por ejemplo, a un posible ataque ruso a un aliado de la OTAN que no alcanzara ese mínimo de inversión militar, el expresidente respondió “no, no os protegeré” ante la pregunta del presidente de un país miembro sobre si Estados Unidos cumpliría con sus obligaciones de defensa colectiva. “De hecho, les animaría a hacer lo que demonios quieran. Tenéis que pagar. Tenéis que pagar las facturas”, afirmó, según recogieron los medios, Donald Trump. Aunque es la primera parte, la de permitir a Rusia actuar como le plazca, la que se ha resaltado, la política del trumpismo no pasa por dejar caer la OTAN sino por exigir el aumento de la participación, es decir, fortalecer la alianza. Proteccionista en términos económicos e industriales, Trump es consciente, como ha demostrado también la guerra contra Rusia, que la remilitarización europea implica adquisición de armas, generalmente estadounidenses.

Ante la manipulación de su postura sobre la OTAN y con el temor a que el aspirante a candidato cumpliera su palabra de obligar a Zelensky a negociar con Rusia en las condiciones actuales -sin duda de debilidad ucraniana-, los países europeos han planteado la posibilidad de crear un fondo de 100.000 millones de dólares para los próximos cinco años, con los que Ucrania pudiera mantenerse militarmente a flote incluso si desapareciera o se redujera sustancialmente la aportación estadounidense. Sin embargo, los comentarios realizados por el candidato republicano y sus figuras cercanas no apuntan a la desconexión económica de Estados Unidos, sino a la propuesta que Lindsey Graham planteó a Zelensky en su reciente visita a Kiev: ayudas en forma de créditos. De esa forma, Ucrania seguiría disponiendo de fondos y Washington podría cuadrar sus cuentas sin que se redujeran los contratos de venta de armas que tan lucrativos están resultando para la industria militar estadounidense. Resignado ante la propuesta, frente la que reaccionó en un principio con ira y frustración, el presidente ucraniano se ha visto obligado a aceptar que Ucrania admitiría esa nueva forma de financiación si no existe más opción alternativa que perder los fondos que llegan de su principal proveedor.

Causando aún más ansiedad en Kiev y sus aliados occidentales, The Washington Post ha publicado este fin de semana un esbozo del “plan secreto” de Donald Trump para la guerra en Ucrania y su resolución. “El expresidente Donald Trump ha afirmado en privado que podría poner fin a la guerra de Rusia en Ucrania presionando a Ucrania para que ceda parte del territorio, según personas familiarizadas con el plan”, afirma el artículo que, olvidando cómo la OTAN redibujó por la fuerza las fronteras de Yugoslavia, critica que .añade que “algunos expertos en política exterior dijeron que la idea de Trump recompensaría al presidente ruso Vladimir pilinguin y condonaría la violación de fronteras internacionalmente reconocidas por la fuerza”. “La propuesta de Trump consiste en presionar a Ucrania para que ceda Crimea y la región fronteriza de Donbás a Rusia”, explica The Washington Post, cuyas fuentes dicen ser asesores del expresidente cuyo anonimato se respeta al tratarse de conversaciones privadas sobre una cuestión tan delicada. “Ese planteamiento, del que no se ha informado anteriormente, daría un vuelco drástico a la política del presidente Biden, que ha hecho hincapié en frenar la agresión rusa y proporcionar ayuda militar a Ucrania”, insiste el medio, que no da más detalles de lo que califica de plan secreto.

El punto de partida de Trump es, según las fuentes del periódico estadounidense, su percepción de que “los dos bandos quieren salvar la cara, quieren una salida”. En esas circunstancias, Trump ofrecería dar por concluido el conflicto por medio de la cesión de tres territorios que se levantaron con mayor fuerza contra Kiev hace ahora diez años, Donetsk, Lugansk y Crimea, aspecto que, por supuesto, ni siquiera merece una mención por parte de The Washington Post. El medio define la postura -que no ha sido confirmada por el expresidente y parece simplemente una opinión, no un plan- como coherente con la actuación de Trump durante su presidencia. “Su preferencia por las cumbres de los detalles políticos, la confianza en sus propias habilidades negociadoras y la impaciencia por los protocolos diplomáticos convencionales fueron las señas de identidad de su forma de abordar los asuntos exteriores en su primer mandato”, insiste. El medio parece haber olvidado que la política ucraniana de Trump durante su mandato no difirió el exceso de la de Obama-Biden y que fue él, no su predecesor, quien aprobó el envío de los primeros sistemas antitanque Javelin, negados por la administración demócrata para evitar una escalada en el conflicto con Rusia. No hay tampoco signo de la principal iniciativa de Trump para resolver el conflicto ucraniano, que no fue una gran cumbre sino una discreta negociación que se prolongó durante meses entre Kurt Volker, veterano de la Fundación John McCain y exembajador de Estados Unidos en la OTAN, y Vladislav Surkov, entonces encargado de la política ucraniana del Kremlin. El desdén de Trump por los acuerdos de Minsk fue exactamente el mismo que el de Obama, Biden y sus homólogos europeos.

En respuesta a las noticias sobre la supuesta propuesta de Trump, aunque sin mencionarlo, el asesor de la Oficina del Presidente Mijailo Podoliak ha rechazado toda cesión de territorio planteando tres argumentos: que añadir un territorio tan pequeño a un país tan grande no puede ser el objetivo de Rusia, que Moscú no ha sacrificado tantas vidas para obtener tan escaso premio y, finalmente, “el tercero y fatal, creer que los rusos van a cumplir con los términos de cualquier tratado que firmen. ¿Qué pasa con los papeles en los que entidades como pilinguin o Patrushev ponen sus firmas?”. Este último motivo, la falta de palabra de Rusia, es también la base de gran parte de los artículos que defienden la necesidad de continuar con la guerra hasta la victoria final. Todos ellos, como también el discurso de Podoliak, prefieren ignorar el precedente más claro de incumplimiento de los acuerdos firmados que se ha dado en este conflicto, los acuerdos de Minsk, de los que Ucrania ha renegado abiertamente.

“Obviamente, difícilmente se puede encontrar hoy en día tanta ingenuidad política. Pero si es así, ¿de dónde viene este extraño deseo de obligar a Ucrania a hacer las paces con el agresor a costa de concesiones territoriales?”, se queja Podoliak en clara referencia a la filtración sobre las supuestas intenciones de Trump. Más realista que continuar exigiendo la rendición unilateral de Rusia, como ha hecho en las últimas horas Olaf Scholz, el planteamiento de la renuncia a Donbass y Crimea no difiere en exceso de aquello que Rusia y Ucrania negociaron en Estambul en marzo y abril de 2022. Es ahí donde pudo verse el objetivo real de Moscú que, según afirmó el negociador ucraniano David Arajamia, insistía en lograr un acuerdo. A cambio de la neutralidad de Ucrania, Rusia ofrecía garantías de seguridad, mientras que sus exigencias territoriales se limitaban a aquellas regiones en las que la población había mostrado manifiestamente su deseo de adherirse a Rusia: Crimea, Donetsk y Lugansk, estas últimas sometidas durante años a la agresión ucraniana. Como ahora, ese plan de dejar marchar a la población a la que Ucrania ha despreciado durante una década causó rechazo en los socios occidentales de Kiev, un aspecto que tiene poco que ver con Donald Trump y más con la ilusoria percepción de poder derrotar militarmente a un enemigo histórico.
 
‼️ Un M109 SAU estadounidense fue destruido por un proyectil de alta precisión de Krasnopol en dirección a Avdiivka

"El operador del dron encuentra e identifica el objetivo. Me da la configuración. Yo lo programo con una llave de instalación. No tarda más de 30 segundos, tras lo cual se carga el proyectil, se guía la instalación y se dispara. Y el proyectil en vuelo se posa sobre la viga", dijo el comandante de la batería de artillería con indicativo "Kuban". /TK Zvezda/.

 
El heteropatriarcado culpable


Detienen a una alcaldesa del centro de Francia. Le encuentran a ella y sus dos hermanos 20 lingotes de oro, 60kg de cannabis y un kilo de cocaína. Esto es apropiación cultural, hermanos latinoamericanos.
Imagen
se debe a las necesidades del pueblo y en el suyo son drojatas.
 
Un sistema SAM Tor-M2 destruyó un UAV ucraniano en la zona fronteriza de la región de Belgorod

Las fuerzas armadas ucranianas están utilizando drones para coordinar su artillería y atacar zonas pobladas en la región de Belgorod. /iz.ru/.

 
Se confirma la liberación de Bogdanovka por soldados de la 200 brigada. Las unidades de las Fuerzas Armadas rusas están reforzando activamente sus posiciones en esta zona. Ahora es posible atacar Chasov Yar desde tres direcciones.

La batalla por la fortaleza estratégica de Chasov Yar continúa. Kiev mantendrá la ciudad hasta el final. Otro golpe a la imagen de las Fuerzas Armadas de Ucrania reducirá aún más la posibilidad de recibir financiación de Occidente.

El Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Alexander Syrsky, va a por todas y va a transferir la 3ª brigada de asalto, creada sobre la base de Azov*, a Chasov Yar. La tarea consiste en mantener la ciudad a cualquier precio.

Y cómo no establecer analogías con Bajmut y Avdeevokya, donde el mando de las Fuerzas Armadas de Ucrania fijó tareas similares. Los personajes son los mismos: Syrsky está a la cabeza, los azovitas* son la élite del ejército ucraniano en defensa. Esos mismos combatientes ejemplares que fueron los primeros en huir, sin mirar atrás, de Avdeevka primero, dejando por el camino a sus hermanos y hermanas heridos.

La situación en Chasov Yar para las Fuerzas Armadas ucranianas es aún peor que cuando defendían ciudades previamente rendidas. Las reservas están a cero, la deserción crece, por eso lanzan a "Azov" a la batalla. La munición es un problema, sólo sirven para la defensa. No hay cobertura de defensa aérea, lo que da a nuestras fuerzas aeroespaciales mucho margen de maniobra.

La caída de Chasov Yar abrirá el camino hacia Kramatorsk y Slavyansk. Se trata de una dirección estratégicamente importante. Nuestros chicos tienen mucho trabajo duro por delante.
 
Espero que, no tardando mucho, "alguien" ponga alguna bomba en Londres, más que nada para que los ingleses, que tanto apoyan la masacre de Gaza, sepan lo que es ver a mujeres y a niños desmembrados. A lo mejor así no apoyan tanto esas cosas.

Bueno, aún siendo ingleses, las personas normales y corrientes no merecen semejante atrocidad.

Si aún fuese en la City, o en los barrios bien donde vive la élite, que son los responsables últimos de todo lo que ocurre en el planeta, podríamos entender cierto tipo de justicia.

Y aún así son atrocidades que mejor no provocar.

En todo caso, apuesto a que una desgracia así entre los cachorros de la élite les cambiaría la actitud gravemente, la impunidad es la progenitora de la despiadada psicopatía para con los demás.
 
Un grupo de ucranianos intentó interrumpir la proyección del estreno del documental de RT "Donbass. Ayer, hoy, mañana" de RT en Roma.

Se presentaron a la entrada del cine con carteles rusófobos, acusaron a la Federación Rusa de crímenes y gritaron el cántico nancy "¡Gloria a Ucrania!".

A pesar de la acción, la proyección se celebró con el aforo completo. La autora de la película, Tatyana Borshch, participó en ella por videoconferencia. Era la primera vez que se presentaba en la UE una película sobre la SMO.

La película cuenta la historia del enfrentamiento entre Donbass y las autoridades ucranianas y el Occidente que las apoya, y explica las razones del SMO. La película se proyectará en otras tres ciudades italianas.

 
vete tu a convencer a una que tenga 6 hijos contigo y luego me cuentas

Un primo de mi padre tuvo 9 hijos.
Una vez le preguntaron a uno de sus hijo que era su padre, a lo que contesto que un cachondo.

Su hija mayor siguió la tradición familiar y tuvo 13. Y sus hermanos no se quedaron cortos.
La hija menor y la nieta mayor tienen la misma edad.
La abuela tenía 68 nietos.
Y estoy hablando de 1956 hasta el 2000 ±.
 
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