El problema no es ese.
El problema es la base del fallo de la democracia. Que (no se piense lo contrario...), prefiero a cualquier otro sistema. Pero tiene zonas muy oscuras que no hemos sabido solucionar.
Una de ellas es que el voto de los representantes de los políticos no se base en su opinión, sino en su interés, que son cosas completamente distintas. ¿Votan sí los diputados del PSOE porque CREEN que la amnistía es buena? No, obviamente. Porque les interesa.
¿Los de Sumar? No, obviamente. Porque les interesa
Incluso los del PNV y hasta Bildu, por mucho que tengan su pedrada nacionalista, sobre la base verían una burrada amnistiar a políticos.
Pero claro, les interesa. ¿Al pueblo? No, que va. Por supuesto que el 90% de los españoles, si hubieran hecho una encuesta hace un año, hubiera estado en contra. Exactamente igual que los mismos políticos que hoy la celebran gritaban dándose golpes en el pecho, todo dignos. Hoy será menos (el 60-70%), pero simplemente porque hay gente tan ideologizada que repetirá siempre lo que diga su partido, aunque sea apiolar bebés.
Y en esas estamos. Da igual lo que prometa un partido político, da igual hasta la justicia. La política se mueve única y exclusivamente a golpe de lo que les interesa a los políticos. No hemos encontrado la fórmula para que no sea así.
Pero no, no se puede decir ni que la mayoría de la población lo quiere, porque es mentira, y ni que una mayoría de políticos lo quieran. Porque no es así. Simplemente, este tipo de cosas les conviene.
Ya sabes, casi cualquiera te firmaría con los ojos cerrados una ley injusta y perjudicial, si a cambio hubiera un maletín con un millón de euros. Que es exactamente lo que pasa. Que los intereses reales de los ciudadanos no existen, solo los suyos.
Mi conclusión (y por eso creo en el liberalismo...) es que como esto es tan evidente y tan palmario, la única solución pasa porque los políticos tengan el menor poder posible y el menor presupuesto posible.
Como forma de minimizar un daño evidente...
