Pues a mí me da pena. Tuve la ocasión de hablar con ella varias veces y llegué a la conclusión de que es una tía que no es sencilla en absoluto, pero que tiene la cabeza hecha polvo por las pilinguis drojas, que ha intentado muchas veces salir de ellas pero que, como ella misma me dijo, hay gente que no le deja (entre ellos algunos que deberían cuidarnos y protegernos).
De hecho intentó hacer un cambio de vida radical marchándose a las Canarias con un noviete, pero no le debió ir bien. Ahora no sé si sigue con él. Malvendió las cuatro cosas que tenía y hasta donde yo sé vive de alquilar dos pisos que tiene que compró "en los buenos tiempos".