A ver si nos debería preocupar lo que diga un ruso borracho.
La última carta que le queda a Rusia es la de las armas nucleares estratégicas, por eso no la van a usar. Ya han visto que no les funcionaron ni las armas futuristas, ni el chantaje con el gas, ni el petróleo, ni nada.
Como intenten lanzar sus misiles de largo alcance y fallen por falta de mantenimiento, o sean interceptados por el escudo antimisiles de la OTAN, sabrán que ese es el fin.
Sus dirigentes corruptos sabrán que serán ejecutados, y no solo ellos, sino todos sus familiares y personas cercanas serán eliminados de una forma u otra.