Visto fríamente quizás no les haya salido tan mal la jugada. Una tercera o cuarta parte del territorio Ucraniano (del cual la mitad ya no era de facto ucraniana), a cambio de dominar totalmente otro país en las puertas de Rusia. Por no hablar de lo positivo para las élites de tener otro país en la miseria eternamente. País rico en recursos y con unas deudas terribles por esa guerra, la situación ideal que siempre van buscando.
Y Europa comprando la energía a esas mismas élites con un precio multiplicado.
La guinda del pastel la tienen en China, donde han trasladado todo su poder industrial, y por supuesto necesitan esa energía donde tienen esas inversiones, no en una Europa innecesaria, con mano de obra cara y exigente.
Así son las cosas, por mucho que los borregos cacareen ¡que vienen los comunistas!.