renko
Madmaxista
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Iberia, el siguiente paso después de rendirse/entregarse al Padre es SENTIR. Es el paso definitivo que sospecho que te falta. Es el salto al vacío definitivo. Sentir con todo el cuerpo, mente (también, si) y alma.La verdad es que por aquí hay gente muy curiosa... Variopinta, y tiene pinta que todos rondais ya la cuarentena.
Quedo sorprendido , hay muy buenos debates, y yo que aún me considero joven (no llego aún a los 30) y además de los buenos debates tambien veo actitudes divergentes y pueriles.
Sea como sea, con sus más o menos, sería interesante tomar una cerveza con más de uno y tener charlas.
Todo lo que cuenta Renko lo entiendo, mi forma de liberarme en el día a día del dolor fue rindiendome a la vida y a Dios (no sé cuál es el verdadero, yo creo que todas las religiones le rezan al mismo).
Sólo con la rendición he dejado de sufrir, pero me falta algo, me falta la trascendencia, rendirte a Dios es como abrir una cerradura, pero creo que todavía hay una puerta que cruzar y es duro a veces. No obstante noto en mi entorno que el despertar de conciencia se está dando, es innegable.
Vivimos tiempos difíciles donde ya no hay maestros, y uno busca de aquí allí...dándose cuenta de que el único maestro es el error y la única herramienta la humildad.
El verdadero cambio va de dentro a fuera.
Toda la vida me será suficiente para lograr aquello que busco?
Aquello que busco es real?
Seré capaz de trascender?
Que es realmente trascender?
Tantas dudas, tantas cuestiones... Es algo que noto, supongo que no soy el único, ese chispazo que me hace cuestionarme todo, como los NPCS de westworld... Sólo meditando y rindiendome consigo poner claridad en el asunto, pero y ya está? Sólo con esa claridad ya es suficiente?
Estas preguntas no las veo en ningún lado, sinceramente, llega un momento que me da igual la banderilla, me da igual el grafeno, que importa todo aquello y lo otro? Si todo forma parte del kali yuga, del Apocalipsis y es lógico que ocurra....
A mi me pasó algo parecido a ti. Me quedé como estancado. Hasta que descubrí que había que sentir. Sentir que eres.
Lo que nos mata por dentro, lo que nos marchita, es que esta sociedad te induce sin darte cuenta a dejar de sentir. Y de ahí viene el endurecimiento. Es algo progresivo, sin darte apenas cuenta. Desde la niñez. Y cuando te das cuenta, ya a cierta edad pero siendo joven todavía, estás metido en la mátrix y no sabes cómo salir. En casos extremos (o no tanto), acabas con algún grado de depresión, que se cronifica.
Gracias Nifi por darme esa clave