Buenos días.
¿Qué pueden hacer las personas a las que, los médicos que les tratan, les han recomendado no vacunarse? ¿Y qué puede hacer una persona alérgica a las banderillas o a alguno de sus componentes conocidos? Bueno, en general, ¿Qué puede hacer una persona que no se banderilla puesto que se trata de un acto “voluntario”?
¿Se puede hacer algo? Se pueden hacer muchas cosas. Personalmente, creo que lo más efectivo sería optar por la postura más radical. Una postura radical aunque ciertamente utópica. Nos han introducido tanto la concepción del pensamiento individualista, el egoísmo, el afán de lucro personal y la ausencia de empatía y solidaridad, que esta postura extrema sería difícilmente ejercitable en la práctica.
¿En qué consistiría esa estrategia radical? En seguir las enseñanzas de Cristo. Que te insultan, lo aceptas y esperas resignado el siguiente insulto. Que te golpean, pones la otra mejilla. Que te odian, tú les amas. Que te acusan de ser el causante de la propagación de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo por no vacunarte, entonces que haces ¿Te banderillas? No, les das la razón y te confinas.
Toda persona no vacunada inicia un confinamiento extremo a voluntad propia desde, por ejemplo, el día 10 de diciembre del presente. Confinamiento riguroso, de idéntica magnitud como mínimo al que tuvo lugar entre el 15 de marzo y el 21 de junio de 2020. Sin que ninguna autoridad lo imponga. Te acusan de ser el causante de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, pues tomas su palabra como dogma de fe y te confinas voluntariamente.
Quince días, hasta Navidad, hasta el 25 de diciembre. Nada de salir, sino máximo aislamiento y, si es posible, en la máxima soledad. Nada de ocio, tiendas, bares, deportes, fiestas, eventos culturales, cine, discotecas, conciertos, viajes, vacaciones, museos, teatros, restaurantes, celebraciones, reuniones. Nada de nada, trabajo tampoco ( solo trabajo esencial o teletrabajo) Salidas únicamente para lo estrictamente imprescindible como farmacia o supermercado si no existe opción alternativa. Sacrificio, como los tres meses de confinamiento. Incluso con dos semanas previas (hasta el día 10 de diciembre) para aprovisionarse y prepararse.
Sé que sería duro. Especialmente para los que tengan una situación económica y laboral delicada. Pero habría que sufrir. En teoría, como el no medicado es tan peligroso, no veo inconveniente para que el Estado implementase las mismas medidas económicas que acordó durante el confinamiento. Esta medida tan drástica y voluntaria sería “por el bienestar de la población vacunada”, un acto de altruismo con un alto grado de sufrimiento, con el objetivo de “no perjudicar a la desprotegida población vacunada”.
El Estado no adoptaría ninguna medida de protección económica, lo sé. Pues habría que organizar algún tipo de sistema o red solidaria que permitiese a los más necesitados subsistir durante esos 15 días. Son 15 días, suficientes para completar un período de cuarentena que se considera universalmente aceptable para no ser portador del bichito (salvo excepciones). 14 días de aislamiento es el patrón general que se adopta para una persona infectada. Pues la población no vacunada, con independencia de si está o no está infectada, decide voluntariamente pasar 15 días de aislamiento radical.
¿Qué quieren estigmatizar, señalar o “marcar” a la persona no vacunada? Sin problemas, al contrario. Todo no medicado se pondrá una marca bien visible en el centro de la frente que le identifique como no medicado. Se animará a todo no medicado a hacerlo. Que se vea bien la marca indicativa de “Pasaporte No medicado” en la frente. Que no se vea a nadie (con el pasaporte en la frente) en la calle, en un concierto, en un bar, en una fiesta, en un evento deportivo o en una manifestación durante esos 15 días. Únicamente por extrema necesidad: medicamentos y alimentos para subsistir si no es posible hacer acopio anterior u obtenerlos de manera alternativa. Incluso, si no queda más remedio que salir, lo haces en cualquier circunstancia o lugar con con doble mascarilla FFP3 ( si es posible) y frente despejada para que se vea bien el " Pasaporte No medicado".
15 días, del 10 al 25 de diciembre. Si te acusan de peligroso, si los medios de comunicación te estigmatizan, si fomentan el repruebo, si los políticos te repudian, si te restringen tus más básicos derechos, pues lo aceptas. No solo lo aceptas, sino que lo decides tú, voluntariamente. Nadie te impone nada, te lo impones tú a ti mismo Eres tú el que renuncia, voluntariamente, a todos tus derechos y libertades durante esos 15 días, salvo los estrictamente necesarios para subsistir.
15 días sin nadie con la marca en la frente en ningún museo, plaza, restaurante , terraza o en cualquier tipo de desplazamiento por ocio.
Hasta el 25 de diciembre. Si ese día, justo el 25 de diciembre, el país tiene una situación pandémica extraordinaria, prácticamente el bichito 0, entonces el “oficialismo” tendría razón y los no banderilleados procederían a valorar la posibilidad de vacunarse.
Pero si el 25 de diciembre la situación es similar, o incluso ha empeorado, entonces las personas no vacunadas se habrán ganado el derecho de señalar con el dedo y apuntar a los Laboratorios, a los medios de comunicación y a los Gobiernos. Se habrán ganado el derecho de defender sus derechos y libertades con la máxima contundencia posible, aplicando proporcionalmente, si fuese necesario, el sagrado derecho a la legítima defensa frente a cualquiera cuya actitud o decisión suponga un potencial peligro para poder desarrollar una vida con la mínima dignidad y respeto que merece cualquier ser humano.
Sé que me diréis que se falsearían los datos. No importa. El impacto sería tan extraordinario, el mensaje tan contundente y lleno de coraje y valor que, frente a una respuesta tan extrema y solidaria, no cabría manipulación efectiva posible. Nada, absolutamente nada podría ocultar la realidad a aquellos que, por unos motivos u otros, siguen ciegamente, y sin cuestionarse nada, las consignas uniformes y sin transparencia del “oficialismo”.
Y, por supuesto, que durante esos 15 días los ciudadanos “inmunizados” (banderilleados) no tengan la menor restricción posible y gocen totalmente de todos sus derechos y libertades. La calle es suya. El ocio suyo. La fiesta suya. Las tiendas suyas. Los restaurantes, los bares, los campos de fútbol, los viajes suyos. La Navidad para los banderilleados, sin ninguna restricción puesto que están completamente inmunizados y sin la peligrosa presencia de los no inmunizados.
Si esta utopía se llevase a término, no sería descartable que, inmediatamente, el Estado acordase un confinamiento general para todos, no fuera a ser que hubiese un sufrido “grupo de control no inmunizado" que desnudase por entero al “oficialismo”, al más puro estilo “modelo de camuflaje austriaco”, cuando amagan por confinar a los no banderilleados y terminan confinando a todos, por si acaso.
“Bañaos en la sangre de Cristo crucificado, y comenzad una nueva vida con la esperanza de que vuestras culpas se consumirán en la sangre y en el fuego del amor.” (Santa Catalina de Siena)
Que tengáis buen día.