Lo de los asesinatos de monjas, curas y políticos de la oposición por parte de los "buenos" antes de la guerra ya si eso lo dejamos para otro día.
Otra falacia de un CM... que no os engañen ..
SÍ, ESTO ES CIERTO. Dicho esto me gustaría lanzar la siguiente idea:
La iglesia es muy poderosa, sí. Pero hasta qué punto el trasfondo es meramente de corte religioso?
Es que acaso las desamortizaciones eclesiásticas del XIX, tanto la de Mendizabal como la de Espartero no se hicieron abruptamente (al poco de llegar sus gobiernos al poder)?
En una época donde la influencia eclesiástica era si cabe mayor a todas luces y suponiendo mucho mayor impacto tanto en sensibilidades (por ser las primeras de la historia de España) como materiales-económicas?
Y... No pasó nada.
Incluso cuando llegaron los moderados al poder el concordato con la Santa Sede acordaron que no se harían más, pero que no se devolvería nada de lo ya desamortizado...
No será que en uno hay una intención de unidad nacional y altura de miras política, en la que a pesar de las discrepancias políticas, se aunaban esfuerzos por el avance del país? (Con un enemigo común, el Carlismo)
En contraposición a lo que vivimos en la II República, donde ambos, y repito, ambos, se hacían la vida imposible los unos a los otros?
A pesar de esta unanimidad general de muy diferentes autores y corrientes historiográficas en relación a la importancia del anticlericalismo para la insurrección militar y el golpe de estado, hay ciertos autores que no acaban de conferir esa importancia absoluta al tema anticlerical, como es el caso del afamado e historiador de derechas Payne, que dice:
"La Segunda República representó un intento de democratización, llevado a cabo en el mismo momento en que los cambios políticos en el resto de Europa se orientaban hacia el autoritarismo, ya fuera conservador, fascista o comunista. Terminó con el triste espectáculo de ser el único país en la historia del s.XX cuya estructura se derrumbó completamente en una guerra civil revolucionaria-contrarrevolucionaria, sin experimentar al mismo tiempo guerra exterior, colonialismo o intervención extranjera.
Esto no fue culpa del clericalismo ni del anticlericalismo, sino de otros aspectos de la situación española ("libertad y oportunidad óptimas para el desarrollo de conflictos sociopolíticos frente a medios muy limitados para su solución o apaciguamiento" y "la independencia de España, que llegaba casi al aislamiento")".
STANLEY, G. PAYNE, El Catolicismo español, Ed. Planeta, Barcelona, 1984. Pp. 193-194.