A ver cómo te explico yo a ti...
No te preocupes, nadie te va a encerrar, no estamos en Australia. Mucho menos alguien del foro sin poder de decisión alguno.
La idea es que sigas en semiconfinamiento más o menos estricto hasta el verano o el otoño, y así contagiar a un número importante de personas para que, combinado con las pocas banderillas que podamos poder, alcancemos Shangri-La, el 70% de inmunizados y Pedro Sánchez pueda dar su rueda de prensa confirmando que hemos derrotado al bichito. Por segunda vez, que la primera no estaba muerto sino de parranda.
De dejar de usar mascarilla, como los australianos, olvídate hasta dentro de un año mínimo.
De poderte mover libremente por todo el territorio nacional, como los australianos, olvídate igualmente durante un año como mínimo.
De recuperación económica y creación de empleo, como los australianos, olvídate durante años directamente, es fácil destruir y muy difícil construir.
En definitiva, tienes que salir, mezclarte y contagiarte (no mucho) y tus hijos tienen que ir al colegio y contagiarse (no mucho) para que nuestro amado presidente pueda proclamar que hemos alcanzado la ansiada inmunidad de grupo.
Los riesgos sanitarios de esa estrategia suicida han quedado suficientemente expuestos en el foro durante los últimos meses, así que es redundante abundar en ellos. La evidente destrucción de tejido económico y empresarial que no volverá y que crece cada día que pasa es obvia, excepto para los palmeros más recalcitrantes. La degradación moral de un país que normaliza decenas de miles de muertes mensuales evitables, a cambio de no se sabe muy bien qué, es desesperanzadora.
No tendremos libertad, ni riqueza, ni honor. Porque somos paletos, débiles y egoístas. No tenemos sentido de lo que es la patria, ni somos capaces de sacrificarnos en la dirección correcta. No dejaremos nada más que tierra quemada a nuestros hijos.
Así que tranquilo, para tu desgracia y la de todos nadie te va a encerrar 6 semanas. Te dejarán salir al patio de la guandoca con la frecuencia que estimen óptima para contagiarnos a todos sin explotar los hospitales.
Supongo que eso incluye no sólo los viajes de placer, sino también las visitas a los seres queridos.
No se puede estar un año, o más, sin ver a tu mujer, o a tu madre octogenaria, o a los hijos sobre los que no tienes la custodia. Es
INHUMANO. No es ir a un bar, o a zampar p...s como dice algún
tarado de por aquí. Es hscer eso que precisamente nos hace humanos.
En el primer "confinamiento", con el miedo general, fue fácil. Además la gente creía que serían un par de meses y no volverían a vivir nada parecido.
En el segundo ya les ha costado más. Han necesitado un estado de alarma de seis meses y utilizar a los palmeros autonómicos para imponerlo, de aquella manera. Ya no salen los policías a tocar la sirena para que los perros de Paulov aplaudan como fulastres. Saben que ese truco ya no funciona.
En el tercero muchos se van (nos vamos) a rebelar. No vamos a dejar de ser humanos. Llevamos meses sin ver a nuestras familias. No
hay justificación posible para eso. Incluso los más fans de las medidas extremas tendrán que reconocerme que impedir a ese chaval de Alicante que vaya a ver a su novia porque puede contagiar a no sé quién
mientras hay mítines con centenares de personas, jornadas electorales con miles de mesas, metros llenos hasta los topes, clases de 40 niños, viejos escupiendo y sonándose los mocos en plena calle y, en general, eventos de embichamiento mucho más propicios no sólo es absurdo y demencial: es una
ATROCIDAD, un atropello.
Aquí nadie niega que exista bichito. Lo que se niega es lo que está sucediendo
a propósito del bichito, con la aquiescencia, si no colaboración directa, de muchos ciudadanos esclavos de su miedo, que necesitan una figura protectora que les diga lo que tienen que hacer para que les proteja.
Yo no pienso estar años sin ver a mis seres queridos. Para mí eso no es vivir. Es como si estuvieras muerto en vida. No es el capricho de ir a un bar: es poder ver, oler, tocar a gente que puede que mañana, por una vuelta del destino, no vuelvas a ver nunca más.
Y cuando un 10-15% de la gente llegue a ese punto no tienen suficientes policías para evitarlo, ni les va a ser suficiente el telediario de la Sexta ni el Carballo pidiendo latigazos. Van a poner a muchos entre la alternativa de morir de bicho o de ardor de estomago, miseria y muerte, y la mayoría va a tener clara su elección.
Esto no es negacionismo: es vivir, o morir, de forma libre.