Siendo un servicio público, probablemente.
Pero teniendo en cuenta lo que nos han metido en el sistema judicial, pues casi seguro que no servirá de nada.
Ahora bien... no es ilegal en un negocio, como ya han intentado feministas otras veces, con los clásicos "cafés" con precios diferenciados para "solventar la brecha de género".
¿Como acabaron esas iniciativas?
Perdiendo la clientela.
Claro que aquí si hay pérdidas, que las ponga el Estado.
Pero que los trabajadores deberían estar oliéndose la tostada. A más pérdidas, más presión para que en el futuro se privatice, por la dificultad de sanearla.
Se juegan las habichuelas con estas insensateces. Pero claro... a los papos que deciden se la trae al pairo.
Pues nada. Que disfruten de su feminismo y las consecuencias que vendrán.