En pocas palabras, los alemanes temían extender demasiado sus líneas. En realidad destruir a la BEF hubiese sido un golpe demoledor. Dunkerque se planteó como una doble catástrofe ya que GB no solo estaba a punto de perder a casi todos sus soldados entrenados sino que también, estaba a punto de perder a todo el personal en servicio activo capaz de entrenar a nuevos reclutas y aún más grave hubieran sido las irremplazables bajas en oficiales. Casi todos los oficiales británicos de alto rango que luego lucharon contra Rommel en el Norte de África o que en junio de 1944 dirigieron la invasión de Normandía, incluyendo a Montgomery y a Alexander habían sido cercados en Dunkerque. El gobierno de Churchill podría caer. Rommel hubiera tomado presumiblemente Egipto, cerrado el canal de Suez y adentrado en Oriente Medio.