ENTREVISTA
Antonio Antela / Jefe de Enfermedades Infecciosas del hospital Clínico de Santiago de Compostela
“El mensaje de ‘salvar la Navidad’ es un error, nos lleva a una tercera ola”
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“El mensaje de ‘salvar la Navidad’ es un error, nos lleva a una tercera ola”]
El doctor Antonio Antela, delante del CHUS compostelano. Foto: Efe
SALOMÉ BARBA
16 NOV 2020 / 23:39
En la 1.ª ola dábamos palos de ciego, ahora estamos más preparados
Experto en enfermedades infecciosas, conoce como nadie el cobi19 ya que estrenó el confinamiento de marzo ingresado por su contagio. Se muestra crítico con las medidas actuales, apostando por un nuevo confinamiento general limitado en el tiempo, cuanto antes mejor. Defiende las diferencias entre locales hosteleros
¿Qué está pasando con esta segunda ola de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo?
Solo hay que mirar las cifras. La segunda ola empezó antes de lo que se esperaba y fue la consecuencia de una desescalada demasiado rápida.
¿Y también por la relajación de la población en el verano?
Sí. Se transmitió la idea de que habíamos vencido al bichito y que había que salvar el verano; ese era el mensaje y obviamente todos los ciudadanos lo tomaron como un permiso para hacer vida normal. Esto fue lo que motivó esta segunda oleada antes de los esperado.
¿Qué diferencias hay con respecto a la primera?
Muchas. La primera es que conocemos mejor cómo evoluciona la enfermedad y cómo actuar en cada momento, lo que hace que podamos aplicar los pocos fármacos que hasta ahora han demostrado eficacia en su momento adecuado. No tenemos más, pero sabemos cuándo usarlos. La segunda diferencia es que la población acude antes de lo que acudía en la primera oleada. Además, también tenemos los circuitos de entrada y salida más adecuados de forma que no nos vemos tanto sobrepasados por los ingresos. Es decir, la gran diferencia, que estamos viendo en todo el país, es que manejamos mejor a los pacientes, llegan antes, hay más facilidades para tratarlos y por tanto están menos tiempo ingresados y sabemos hacerlo mejor.
¿La primera oleada si no era dar palos de ciego era ensayo-error?
No, no, eran palos de ciego, se puede decir claramente. Lo que hacíamos era lo que podíamos, los fármacos que demostraban cierta eficacia de forma indirecta, con estudios no demasiado estrictos desde el punto de vista de su diseño, los incorporábamos a nuestro manejo diario porque algo teníamos que hacer. Ahora tenemos claro qué es lo que funciona y cuándo actuar, las pocas opciones que tenemos de tratamiento.
Decía usted que los pacientes llegan antes, ¿a qué se refiere?
No esperan tanto, saben que cuando tienen determinados síntomas tienen que acudir al hospital, y así les tratamos antes y tenemos mejor manejo.
Supongo que al haber aumentado el número de pruebas diagnósticas saben antes que son positivos...
Efectivamente, el incremento de las pruebas diagnósticas hace que las personas sepan que están infectadas pero también porque para que acudan a hacerse la PCR tienen que tener determinados síntomas, y antes esperaban más tiempo. El factor fundamental creo que no es tanto el incremento de las PCR sino la percepción por parte de la población de que cuando hay síntomas tienen que acudir al médico. Los primeros que se producen son malestar general, dolores musculares, fiebre, tos seca, alteración del gusto y del olfato y dificultad para respirar, son los primeros y sobre todo la aparición de fiebre. En el contexto actual, por eso mismo estamos abogando por que haya una vacunación masiva contra la gripe, porque los síntomas son muy parecidos y si sabemos que la mayor parte de la población está vacunada frente a la gripe sabemos que si se presentan estos síntomas y está vacunada es más probable que sean por el cobi19.
Pero hay descontrol, no hay dosis
Creo que la Administración no ha previsto el número suficiente de banderillas en un año en que estamos los especialista abogando porque la mayor parte de la población se vacune. Si somos tres millones de habitantes en Galicia posiblemente habría que haber comprado tres millones de banderillas porque este año ya no se trata del personal vulnerable, todos somos vulnerables. Si van a coincidir en el tiempo dos epidemias y una tiene banderilla es mejor que todo el mundo se la ponga para reducir la posibilidad de coinfección por ambos bichito. La persona que se coinfecte tendrá peor evolución, más posibilidades de mortalidad y para el sistema sanitaria es un estrés adicional. Tendrían que hacer un esfuerzo para que todo el mundo que quisiese se pudiera vacunar y no solamente los colectivos vulnerables.
¿Qué se sabe sobre la inmunidad natural de los curados de el bichito-19?
Se sabe que dura como mucho cinco meses, la inmunidad natural. Otra cosa es lo que podamos conseguir con la banderilla, que dependerá de que sea mejor que la inmunidad natural y no sea un ‘bluf’, ni solo para subir la Bolsa. La inmunidad humoral, los anticuerpos, dura alrededor de cinco meses. La cuestión está en si la inmunidad celular, la que no se mide y queda escondida, dura más tiempo y si te vuelves a infectar facilita que se vuelvan a producir anticuerpos de forma rápida y haga que esta segunda infección sea más leve. Esta es la incógnita, no en todos los casos de reinfección la segunda ha sido más leve, pero todavía hay pocos casos.
Parece que la mayor preocupación es que no haya sobrecarga asistencial, ¿cómo estamos ahora?
En Galicia la ocupación de los hospitales no está en situación crítica, ha mejorado, y en particular en Santiago hemos mejorado en las últimas semanas. En el contexto nacional solo estamos peor que Canarias. Pero no podemos bajar la guardia, debemos tenerlo muy claro.
El sistema no está sobrecargado, no está en situación crítica, pero tampoco será un paseo...
Evidentemente, tenemos presión en nuestro trabajo en hospital. En Santiago tenemos 50 pacientes ingresados con el bichito en planta, y hace una semana eran 70. Estamos mejor, pero 50 no son una tontería. Y en otros hospitales gallegos están peor, por ejemplo en el Chuvi de Vigo y el Chuac de A Coruña. No hay que engañarse, que estemos en mejor situación que hace dos semanas no significa que estemos bien, y tampoco que no podamos estar peor. Hay que ser muy responsable con el manejo de las próximas semanas.
¿Podremos estar tranquilos de aquí a un mes?
No, no se puede vender el mensaje de que vamos a ‘salvar la Navidad’, me molesta mucho. No se puede hablar de la campaña de Navidad, olvidémonos de ella. Debemos pasarla solo los convivientes en la intimidad de nuestro hogar. Lo siento por los comerciantes y la hostelería pero no puede pasar lo mismo que en el verano, la salida en tromba de la gente a fiestas y demás, donde volvamos a provocar un nuevo pico de casos en enero, que será lo que ocurra si se sigue con el mensaje erróneo de salvar la campaña. Solo de esta manera evitaremos que en enero o febrero tengamos una tercera oleada que nos vuelva a machacar y que rompa la capacidad económica de forma definitiva.