Pregunta. ¿Qué van a hacer la semana que viene
cuando se levante el estado de alarma en Madrid?
Respuesta. Esperamos tener una orden de carácter autonómico que nos permita continuar con unas nuevas reglas de juego hasta que podamos encontrar una banderilla. No vamos a poder acabar con las restricciones y tenemos que seguir con ellas. Tenemos que llegar a Navidad con una incidencia acumulada de 25 casos positivos por cada 100.000. Ese es el reto, ambicioso, pero si somos capaces de llegar a esos niveles habremos salvado la campaña de Navidad y la salud. Hay que apostar por medidas contundentes que hagan bajar de manera drástica la curva.
P. En ese objetivo tan ambicioso, ¿qué está dispuesto a poner el Gobierno regional que no sea ruido?, ¿cuántos medios, rastreadores, médicos?
R. Lo primero que tenemos que entender es que la división entre Administraciones causa muertes. La unión salva vidas. Tenemos que dejar de lado la crispación. Los políticos tenemos que marcarnos unos objetivos políticos. Yo lo pongo, 25 casos por cada 100.000. Luego los expertos nos dirán cómo alcanzarlos. Yo no soy médico, ni experto. Tienen que ser ellos.
P. ¿Y qué dicen?
R. Precisamente los técnicos sanitarios del ministerio y de la Comunidad están analizando los objetivos porque hasta ahora no los había.
Lo importante ahora es bajar las pistolas… políticas. Marcarnos objetivos alcanzables respecto al umbral sanitario. Yo lo propongo: 25 y estamos en 450 casos por cada 100.000. Fíjense en lo que hay que trabajar. Espero que el ministerio y la consejería estén en esa línea y confluyan.
P. Usted ha estado en reuniones con técnicos sanitarios del Gobierno y de la Comunidad. ¿Hablan el mismo idioma?
R. Sí, los técnicos desde luego que sí. Los que muchas veces no hablamos el mismo idioma somos los políticos.
P. Sí, a la sociedad nos llega el ruido de los políticos, ¿por qué no escuchamos solo a los técnicos?
R. Ellos tienen una ventaja porque dejan al margen las discrepancias políticas, que es lo que yo reivindico. Ellos son capaces de ponerse de acuerdo a pesar de que nadie tenga el manual de instrucciones. Nosotros, los políticos, no podemos ser un estorbo ni un problema para esas decisiones. Espero que los técnicos vengan con una propuesta y que el Grupo el bichito político la ratifique. Ojalá que suceda y en breve, antes del viernes que viene.
P. ¿Usted es partidario de limitar la movilidad a la capital si continuamos en este nivel de contagios?
R. Soy partidario de hacer lo que digan los técnicos.
P. Muchos técnicos sanitarios lo dicen.
R. Bueno, hay distintas opiniones. Desde luego, hay factores que afectan a la expansión del bichito y uno es la movilidad.
P. Dijo a los madrileños que había que elegir entre ser bichito o banderilla. ¿Qué ha elegido Ayuso pidiendo que se levante el estado de alarma?
R. Todos trabajamos para intentar ser banderilla. Lo que me refería con esa expresión es que, como ciudadanos, todos tenemos mucha responsabilidad. Los políticos podemos tomar decisiones, pero si luego cada uno hace lo que le da la gana es complicado. Si no se cumplen las cuarentenas de nada sirve. Si hacemos fiestas en casa con 200 personas eso no contribuye mucho a frenar la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. Está en nuestra mano elegir qué queremos ser para evitar ser un efecto propagador del bichito.
P. ¿Y por qué se pide entonces levantar el estado de alarma?
R. Ponemos muchas veces el foco en la herramienta jurídica y creo que el debate tiene que estar en las medidas y en qué queremos hacer. Creo que estamos de acuerdo todas las administraciones en determinadas restricciones. El alcalde Almeida y la presidenta Ayuso recomendaron a los ciudadanos no salir de puente antes del decreto del estado de alarma. Yo también recomendaba no salir de puente, el Gobierno de España también. ¿Por qué? Porque intentamos controlar la movilidad. El bichito no se desplaza solo, lo movemos nosotros. Estando de acuerdo en las restricciones, la herramienta jurídica es lo de menos, tenemos que centrarnos en las medidas.
El vicepresidente Ignacio Aguado, durante la entrevista. INMA FLORES / EL PAIS
P. Entonces, ¿por qué el Tribunal Superior Justicia de Madrid ha rechazado las medidas de Madrid y no las del resto de comunidades?
R. La Justicia de Madrid ha tumbado órdenes que venían dictadas por el Gobierno de España. Nuestro marco jurídico no se ha adaptado a la necesidad de una esa época en el 2020 de la que yo le hablo. El TSJM consideró que no había que ratificar un apartado y esa es la razón que esgrimió el Gobierno para decretar el estado de alarma durante 14 días. Creo que se podía haber evitado el estado de alarma. Se podía haber rehecho la orden y haberlo evitado. En cualquier caso, vamos a ver cómo solucionamos de cara al viernes que viene esa transición del estado de alarma a una nueva realidad jurídica que permita ofrecer certidumbre a la gente.
P. ¿En qué ha sido perjudicial el estado de alarma si es que lo ha sido?
R. Es una herramienta jurídica que afecta a los derechos y libertades de los ciudadanos. Debía de haberse utilizado como último recurso. Hay que hacerlo de forma consensuada, no impuesta. La herramienta tiene que perseguir un fin. Es más importante a día de hoy ponernos de acuerdo en qué queremos. Las medidas tienen que venir de los expertos. No discutamos sobre el cascarón sino sobre lo que hay dentro, que implica llegar a Navidades en las mejores circunstancias.
P. Paris, como dice Ayuso de Madrid, es la locomotora de Francia. Acaba de declarar el toque de queda desde las 21.00 hasta las 6.00 con 240 casos, la mitad que Madrid, y durará entre cuatro y seis semanas. En Londres, desde este fin de semana, quedan prohibidas las reuniones en espacios interiores públicos y privados y toque de queda en todos los bares ¿Cómo explica que Madrid vaya al contrario de estas capitales europeas con más casos positivos?
R. Creo, en primer lugar, que si queremos llegar a Navidades con una incidencia acumulada más baja hay que tomar decisiones contundentes y en breve… y más contundentes. Está comprobado que así la curva baja. Soy partidario de tomar medidas contundentes durante un periodo temporal fijado y claro y definido que estar tomando medidas más laxas que alarguen la agonía también de la economía. Nosotros llevamos tomando medidas desde finales de agosto, pero el sector económico no sabe cuándo se van a la levantar esas medidas. Estamos intentando ser proporcionales para controlar la curva. Pero tal vez sea necesario hacer una parada, un
stop and go que dicen en la Formula 1, durante unos días definidos, siete, 14 o 21, donde todos hagamos esa parada, consigamos bajar la curva y eso nos permita llegar a navidades con más garantías. ¿Por qué digo esto? Porque si no somos capaces de bajar la curva de forma contundente llegaremos a Navidad en una situación comprometida: con camas con muchos pacientes de UCI, con la gripe, con más ingresos, no podrán venir turistas, habrá más restricciones y perjudicaremos a los comerciantes, no habrá campaña de navidad y nos veremos desde el punto de vista social en una circunstancia donde será muy complicado levantar la mano para que las familias se reagrupen.
P. Entonces no es partidario de abrir los locales hasta la 1.00.
R. No, soy partidario de que a partir de ahora tengamos que adaptar la estrategia en base de cómo vayan los acontecimientos. En un periodo de tiempo prefijado, definido y acotado hay que tomar decisiones contundentes que hagan que la curva baje de forma radical.
P. Ampliar el horario de las discotecas hasta la 1.00 no es una medida muy contundente.
R. La explicación que nos han dado desde la Consejería de Sanidad es que si se prolonga la hora de cierre de las 23.00 hasta las 00.00 la reunión del restaurante no se prolongará en las casas y la noche acaba. No se hace para favorecer la movilidad y los desplazamientos, sino para que no se lleve la fiesta a casa. Los contagios se producen fundamentalmente en casas porque pensamos que nuestro entorno no nos puede contagiar.
P. Es usted el único miembro del Gobierno que habla de reducir el índice de contagios hasta 25 casos. Le rodea un desierto, ¿se siente un verso suelto?
R. Todos estamos en el camino de reducir la incidencia. La realidad es que no podemos pensar que una incidencia de 450 o 300 es sinónimo de ir bien porque no es verdad. La curva tiene que llegar al invierno con un número de contagios bajo. Hay que trabajar ya. ¿Vamos tarde? Sí. Pero nunca es tarde si la dicha es buena.
P. Para eso hacen falta más rastreadores. Ayuso prometió hace un mes y medio 1.500 para el 15 de octubre. Según usted ahora mismo hay 1.100, pero el consejero de Hacienda dijo después que son 1.089, 11 menos. ¿Por qué hay tanto lío con los rastreadores? ¿No se puede contratar a más?
R. Yo les traslado lo que la Consejería de Sanidad nos cuenta. Ellos tienen la última palabra para contratar más o menos. No nos dicen que haya un problema de contratos, sino que hay 1.100 y que siguen contratando a más.
P. Ustedes solicitaron al Ministerio de Defensa 150, pero Galicia y Andalucía ya han pedido el doble y hasta el triple con una incidencia de contagios mucho menor que Madrid. ¿Por qué no piden más?
R. Lo están estudiando. Hay muchos perfiles de rastreadores. Es un tema técnico del que todos hemos leído mucho, pero es una decisión de la Consejería de Sanidad.
P. Decía en julio que los refuerzos se contratarían en función de cómo avance el bichito. Ahora, según usted, estamos en una incidencia altísima y muy grave. ¿No se anticipa uno al bichito contratando más? ¿Por qué no se contrataron más en agosto?
R. Bueno, nosotros hemos pasado de 250 a 400, 600, 800, 1.100. Desde mayo hemos triplicado y casi cuadruplicado el número de rastreadores. Si es mucho o poco es responsabilidad de la Consejería de Sanidad. Yo traslado lo que dicen ellos.
P. Escribe tuits anunciando acuerdos con el Gobierno central que su Gobierno rompe un día después. ¿Cómo es posible que el vicepresidente y portavoz no sea informado de las medidas que toma su propio Ejecutivo?
R. No es un tema de que nos informen. Es que es un Gobierno de coalición y el PP tiene mayoría y por tanto la última palabra. Mi opinión es que hay que ir por la vía política y no por la vía de la confrontación judicial. Nosotros somos socios de Gobierno, no súbditos de nadie. Aquí el PP tiene la mayoría. Si hubiese sido al revés las cosas hubieran sido distintas, pero la realidad es esta. Somos socios de Gobierno, no somos un ejército.