Hace años conocí a una tía así. La hija del gran jefe de una ingeniería. Ella había estudiado ingeniería porque popá se lo había metido por las orejas, con la intención de ser la gran jefa algún día, por fin entró en la empresa, papi la puso de número dos pero la chiquilla no estaba a la altura. Lo veíamos todos menos su padre.
Me tocó ir con ella a una reunión con un cliente, ella llevaba la parte comercial y yo la implantación. Me tocó a mí responder todas las preguntas, las mías y las suyas porque cada vez que empezaba a hablar no recordaba datos, desvariaba, salía por la tangente, no sabía de qué iba la copla...
Al salir de la reunión, ya fuera de la empresa me suelta "que sea la última vez que me interrumpes en mitad de una reunión con un cliente!". Muy bien guapa, tú misma. En la siguiente reunión yo fui a lo mío y la dejé que se estampara. Fue vergonzoso. Al día siguiente el cliente llamó al gran jefe, el gran jefe me llamó a mí y me dijo que le echase un capote a la chiquilla, que estaba empezando.
En fin...