El problema era y es el apoyo que tenía eta de la gente de la izquierda abertzale.
Gente del pueblo, que como pasa con los sociatas, ese día tuvieron náuseas y también algo de miedo, pero que enseguida olvidaron para volver al día a día.
Lo triste es que después de tanto muerto y dolor, Euskadi va a ser una hez infumable, con precios altos, poco trabajo y sin futuro, porque las nekanes están a las batukadas en lugar de criar a sus hijos. Los hijos de Euskadi, por mucho que se empeñen con el Batua serán Wilson, Mohamed, Richard y algún Izan despistado al que los anteriores le van a quitar hasta el bocadillo.