El argumento económico es de una cortedad de miras que asusta. No quiere decir que no sea real, que no haya siempre que tener los pies en el suelo y ver las cosas de la forma más objetiva posible, sino que realmente no se está haciendo así en este tema.
Que posiblemente la reunificación costase dinero, por supuesto cualquier empresa necesita inversión. La gracia está en cuanto tardas en amortizar o sacar beneficio de la misma así como cual es la estrategia para asegurarte que no te estafan.
Todos los países funcionan así, todos. Incluso las mismas ciudades. Hay partes del mismo que producen más recursos y otras que consumen parte de dicho excedente de recursos. Que en España no aceptemos semejante obviedad es en buena parte una anomalía particular propia culpa del nacionalismo, que ha logrado siempre llevar el debate a su terreno. Lo que debería ser tratado como un mero asunto de lealtad o traición, reducido a una simple disputa entre mercachifles. Con el separatismo no se negocia nada, debería simplemente haber sido arrasado, exterminado y erradicado desde un primer momento. No entrar en discusiones eternas sobre quien da más o quien da menos. Porque entre otras cosas es una memez de tamaño sideral, como si los paises fuesen entes inertes e inmóviles que siempre estuviesen sujetos a las mismas reglas. Hace siglos era Sevilla la capital real de España, el sur o Galicia una de las partes más prosperas. Porque la economía nacional estaba volcada a ultramar y el Atlántico. Hoy día cuando nuestro comercio es fundamentalmente con el resto de Europa, pues lo son Cataluña o la CAV. Y es así de simple y no se puede legislar el futuro de un país en base a unas puras circunstancias económicas. Como con cualquier señor feudal que se hubiese atrevido a desafiar el poder del rey, dicho noble debería haber sido ejecutado de forma sumarísima porque pone en riesgo mucho más que el simple dinero, pone en riesgo la misma supervivencia del conjunto de subditos de dicha corona. Punto.
¿Que hacemos con Teruel, Cuenca, zonas semiáridas y despobladas? Zonas deficitarias como Asturias o Extremadura. Ciudades que viven únicamente de la inversión estatal o el funcionariado ¿Las despoblamos? ¿Los abandonamos? Dejamos que el primero que quede se las quede.
Esto señores es lo haría un judío. Alguien con una mentalidad de usurero. Que no tiene patria ni honor. Alguien cuyo único interés es el dinero o el patrimonio. Es lo que haría un hijo de la Gran Bretaña que solo ve en la India un gran mercado o en las colonias territorios a expoliar o sacar beneficio. Es lo que haría un calvinista holandés.
Señores todo esto es de una mezquindad y una pobreza de espíritu como ya dije en primer mensaje que asusta. Si no hay reunificación no va a ser por cuestiones puramente materiales. Sino porque falla el material humano. Porque la gente se ha abandonado a la molicie y apatía hedonista, no quiere complicaciones. Se conforma con dejarles a sus hijos un piso en propiedad, algunos ahorros y para de contar. Toda una vida reducida a puros parámetros materiales.
Yo quiero dejarles a mis hijos algo más. Mucho más de hecho. Orgullo, un pasado, una cultura, un futuro, un saberse parte de un proyecto mucho más grande y no un simple zángano que ha venido a este mundo a echar unos cuantos polvos, turistear o disfrutar de un piso en la ciudad y una casa en la playa.
¿En que situación estaba Castilla cuando Colón se lanza a lo desconocido? ¿Cual era la situación económica de Cortes o Pizarro antes de emprender sus respectivas aventuras?
En España lo que ya falta son narices, no dineros. Sobra sangre judía y falta sangre celtíbera o goda, o romana o bereber. No hace falta elegir entre ser Quijote o Sancho. Se necesita quijotear cuando toca y sanchear cuando encarta. Afrontar los proyectos como si fueses un caballero andante y organizarlos o gestionarlos como si fueses un Panza. Esa señores es la grandeza española. La única, porque no hay otra.
Ocho siglos se tardó en echar a los jovenlandeses. Habría que escuchar a los contemporaneos de Pelayo llamarlo loco y iluso por intentar rebelarse contra lo que ya estaba completamente perdido.
La historia no la construyen los pobres de espíritu sino los "locos". Aquellos que ven mucho más allá del horizonte y se la juegan ¿Quien predijo que en 1989 caería el muro? ¿Quien hizo lo propio con la ruina de la URSS? ¿Quien cachopo se atreve a predecir como estaremos en 50 años?
Por tanto si no sabes que tempestades te aguardan, agarra el timón, mantén el rumbo fijo y ten las ideas muy claras. Pero por Dios no te quedes en el puerto aguardando porque no sabes a cuantas leguas queda realmente Cipango o la China.
¿Se me entiende?