Y eso que es malagueño.
De todos modos el desprecio al sector turístico esta muy arraigado mucho más allá de este miniministro, es un desprecio social muy generalizado. El fondo de esto no viene del bajo valor añadido, la temporalidad del empleo o los bajos salarios, porque ahí hay de todo, viene de ser un país de hidalgos, donde servir es signo de bajeza social. Ser autónomo también es signo de baja alcurnia, gente rastrera que mercadea y se gana la vida comprando y vendiendo. Trabajar con las manos tampoco es un ideal, pero al menos uno se encuadra entre los curritos, el proletariado, y tiene algo de simpatías sociales (falsas, por supuesto).
Finalmente, un hidalgo, un español de verdad debe saber vivir sin trabajar, porque él se lo merece, su ideal es ser un Jedi laboral, haciendo todo con la mente, sin doblar el espinazo y siendo respetado y temido por la Galaxia. Y hay algunas opciones en nuestra sociedad para alcanzar esta meta...