Me operaron muy de crío. En preescolar, ni tan siquiera recuerdo el haber estado tan mal antes de ello. Digamos había propensión a extirparlas aunque los síntomas no fuesen demasiado graves, y que la operación se hacía con cierta "ligereza".
Tendría 5 años máximo, recuerdo que estaba en una habitación con otros 2 críos, lo estábamos pasando bien jugando hasta que llegó una enfermera, nos enrolló con unas vendas el cuerpo hasta el cuello de manera que no podíamos movernos, cuando me llegó el turno, me llevaron a una sala con un sillón similar al de un dentista con una gran lámpara arriba, unos útiles inmovilizadores y unos cinturones, me embridaron, me inmovilizaron la cabeza, llegó una enfermera con una especie de cepo con la que me abrieron la boca hasta casi desencajarme la mandíbula y explotar la comisura de los labios, un cirujano gordinflón con una cinta en la cabeza y un espejillo parabólico en la frente (una lámparilla imagino) cojió unas tijeras similares a las de podar, una enfermera sujetaba una bandeja delante de mí y me echó un spray (imagino que una especie de anestesia), y en eso el carnicero la emprendió a tijeretazos, y yo no sabía qué hacer ante tanta sangre, tanto dolor y tanto miedo.
El tipo me decía: "Ni llores ni te muevas, o te quedas sin lengua"
Aún a día de hoy, es la experiencia más traumática y dolorosa por la que recuerdo haber pasado.