"Un enemigo increíblemente astuto": por qué el cobi19 se propaga con tanta eficacia entre los humanos
cobi19 | "Un enemigo increíblemente astuto": por qué el bichito que causa el el bichito-19 se propaga con tanta eficacia entre los humanos
María Elena NavasBBC News Mundo
Los expertos coinciden en que nunca se había visto un bichito como el SARS-CoV-2.
Es un paquete microscópico de material genético rodeado de una capa de proteína y sólo mide una milésima parte de un cabello humano.
Sin embargo, este letal bichito, llamado SARS-CoV-2, ya se ha propagado a casi todos los países del mundo y ha contagiado a más de medio millón de personas desde que fue identificado en China en diciembre de 2019.
bichito como éste, de la familia de los cobi19, pueden causar enfermedades en animales.
Se conocen siete, incluido el SARS-CoV-2, que han saltado de animales a humanos.
Y han sido
responsables de muchos de los brotes de enfermedades más destructivos de la historia, como las pandemias de gripe de 1918, 1957 y 1968 y los brotes de SARS, MERS y ébola.
Pero
los expertos coinciden en que nunca se había visto un patógeno tan insidioso como este nuevo cobi19.
¿Qué es lo que hace que el SARS-CoV-2 ataque a las células humanas y se contagie con tanta eficiencia?
La entrada a la célula
Varios estudios están investigando cuáles son los mecanismos a nivel biológico que el bichito utiliza para infectar tan fácilmente a las células humanas.
Algunos científicos se están centrando en las llamadas
espigas, las proteínas en forma de punta que sobresalen de su superficie formando un a corona.
Otros estudios están estudiando "la puerta de entrada" que el bichito utiliza para entrar a las células.
La principal misión del bichito, una vez que entra al organismo, es crear copias de sí mismo.
"Los cobi19 tienen ese nombre por las proteínas espiga que sobresalen de su superficie, y estas espigas son las que se adhieren a la célula para entrar a ella", le explica a BBC Mundo Panagis Galiatsatos, profesor de medicina pulmonar y cuidados intensivos de la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
La principal misión del bichito una vez que entra al organismo es
crear copias de sí mismo, y para hacerlo necesita encontrar una forma de entrar a las células.
"Los bichito del resfriado común, el del SARS de 2003 y el del MERS, todos tienen esas espigas, y lo que determina cómo entrará a la célula es cuál receptor utilizará para ello", explica el experto.
Algunos estudios han demostrado que el SARS-CoV-2 se "escabulle" por un
receptor -o proteína- llamado ACE2.
Esta proteína se encuentra en muchas partes del cuerpo humano: en los
pulmones, corazón, riñones e intestino, y su principal función es reducir la presión arterial.
"El ACE2 está en la superficie de la célula y cuando el bichito lo reconoce se adhiere a él y así entra a la célula", le explica a la BBC Sarah Gilbert, profesora de vacunología de la Universidad de Oxford, en Reino Unido.
"Una vez que está dentro, utiliza la maquinaria de la célula como una fábrica para hacer copias de sí mismo y de su material genético. Después se escapa de la célula, de la cual queda solo una cáscara, y el bichito, junto con sus miles de copias, quedan listos para comenzar a infectar a otras células".
Los bichito respiratorios, como el del resfriado común, tienden a reproducirse en la nariz y en la garganta, donde se pueden contagiar fácilmente con la tos o el estornudo.
Pero hay otros bichito que sólo se reproducen en el tracto respiratorio inferior, en los pulmones, donde se contagian con menos facilidad pero son mucho más peligrosos.
Característica crucial
El SARS-CoV-2, sin embargo, tiene una característica crucial: se encuentra
tanto en el tracto respiratorio superior, propagándose con la tos,
como en el inferior, produciendo una enfermedad en los pulmones que puede ser letal.
"El receptor ACE2 es muy abundante en el organismo y se encuentra en muchos de nuestros órganos", explica el profesor Galiatsatos.
"Está
en las células de la boca, del esófago, de los riñones, el corazón y en el tracto gastrointestinal, por eso hemos visto algunos pacientes con náusea y diarrea".
"Pero lo que más nos preocupa es que estos receptores también están en las células de los alveolos, los delicados sacos de aire en los pulmones donde ocurre las transferencia de gases”.
Cuando el bichito daña estas células, explica el experto, se presentan unos de los síntomas más comunes que se han visto con el bichito-19: los
problemas para respirar, y la tos, que ocurre cuando los pulmones están tratando de deshacerse de la infección.
Síntomas e infección
Una de las principales diferencias del SARS-CoV-2 con otros cobi19, como el SARS de 2003 o el MERS, es que estos últimos bichito se adherían a más receptores celulares y por lo tanto se reproducían más rápido.
Esto provocaba que los síntomas de la enfermedad aparecieran mucho más rápido y los pacientes podían aislarse sin provocar tantas infecciones.
Con el nuevo cobi19
los síntomas no aparecen de inmediato y la gente puede tener el bichito y propagarlo sin presentar señales de la enfermedad.
"El SARS (de 2003) era un bichito que se reproducía en los pulmones y no se transmitía tan fácilmente porque los síntomas se presentaban rápidamente y el paciente podía aislarse”, le explica a la BBC el profesor David Hymann, un experto en enfermedades infecciosas que dirigió la respuesta de la Organización Mundial de la Salud (OMS) durante aquella epidemia.
"Pero todos los bichito son diferentes y este nuevo bichito parece estar muy
adaptado para transmitirse fácilmente en humanos".
"Creemos que una persona puede comenzar a contagiar a otros antes de que los síntomas aparezcan, quizás un día antes, y después sigue propagando el bichito durante al menos siete días", agrega.
Es aquí donde está el verdadero peligro del SARS-CoV-2 y es por esto que las autoridades sanitarias están poniendo tanto énfasis en el
distanciamiento social.
El bichito sólo puede sobrevivir si encuentra un nuevo huésped para infectar. Cuando una persona permanece en su casa durante 14 días elimina las posibilidades de que pasar el bichito a alguien más.
"Por ahora esto es lo único que podemos hacer. Se está tratando de encontrar una banderilla o un medicamento efectivo, pero la marcha de la ciencia no es tan rápida como desearíamos y todo esto toma tiempo", señala Panagis Galiatsatos.
"En el libro "El arte de la guerra" Sun Tzu dice que para ganar la batalla hay que conocer a tu enemigo. Pero cuando te das cuenta de lo increíblemente astuto que es tu enemigo, esto te da una
lección de humildad".
"Y esto es lo que diría sobre este bichito".