La ciencia económica keynesiana es solo un análisis, falaz, de la compra de chuches por un adolescente.
Cuando el hijo de Lord Keynes entrega una propina al mozo de estación que acarrea su baúl, el keynesianismo piensa que es Keynes quien proporciona un ingreso a ese mozo de estación, un ingreso que obtiene el mozo de estación a causa de un gasto de Keynes.
Nada en la escena indica que Keynes haya creado o transferido ninguna forma de servicio, mercancía o bien económico, y todo apunta a que quien ha creado un bien económico en forma de servicio, ha sido el mozo de estación. Vemos que el mozo crea un bien económico que transfiere a Keynes, y a pesar de todo, los keynesianos ven un ingreso económico por parte del mozo.
Veamos la célebre (y humorística) ecuación keynesiana (una identidad contable falaz)
PIB = C + I + G + NX
Esta ecuación modeliza la compra de chuches. El niño recibe cada semana una paga (PIB) que gasta en chuches (C), videojuegos (I), Fantas (G) y comics (NX)
Sumando lo que el niño gasta cada semana en chuches + videojuegos + Fantas + comics, podemos calcular cuál es la paga semanal del niño. Obvio.
El keynesianismo viene a partir de ese punto. Los keynesianos creen firmemente que si ese niño comienza a gastar 10 euros más por semana en Fantas, su paga semanal (PIB) crecerá en 10 euros.
C + I + (G+10) + NX = PIB + 10
Pocos niños son tan badulaques para intentar ese experimento, salvo que de mayores vayan a ser economistas keynesianos.