A ver..... POR FAVOR, buscadme fallos en este protocolo.
El piso de mis padres es muy pequeño. Tiene tan solo un baño y dos habitaciones. Mi idea es, teniendo en cuenta que estoy casi segura de que ahora no tengo nada pero tengo grandes posibilidades de agarrar el bicho en el camarote o el AVE:
Según llegue, que me tengan preparadas en el recibidor bolsas de basura (una extendida en el suelo) y una toalla. En mi habitación, que esté prácticamente vacía y dos cubos y más bolsas de basura.
Cuando entre, me quito absolutamente todo, lo meto en una bolsa de basura, limpio bien la maleta, los zapatos y todo lo que haya podido tocar con alcohol 70 y lejía, me pongo la toalla y voy directamente a darme un baño. La ropa directa a la lavadora. Mis padres, en su habitación.
Dejo permanente la bolsa de basura (otra distinta) en el suelo, más los zapatos que son los únicos que utilizaré para salir a la calle. En el recibidor, siempre, un spray de alcohol para utilizar cada vez que entre. Y el abrigo (siempre el mismo), colgado del perchero.
Mis padres vivirán de día y yo de noche y procurando salir lo mínimo imprescindible de mi habitación. Lo que haya que comprar....a primera hora, luego a dormir.. Aunque tenga que ir a trabajar (para lo que me voy a ofrecer en el minuto 1), puedo dormir por la tarde.
El baño: Que me tengan preparado un cubo y lejía para hacer aguas menores. Para las mayores, puedo disciplinar perfectamente los esfínteres, hacerlo de noche y limpiar todo con lejía antes y después.
Para la comida: Puedo salir de noche de mi habitación con mascarilla y guantes, "agarrar" lo que necesite y volver a mi habitación. Ventilando bien. INcluso ayuno, lo he hecho muchas veces incluso por 20 días. Ahora no me atrevo por si me baja demasiado las defensas...
Y todo esto, al menos 5 días...Si no tengo síntomas, iremos relajando el protocolo.... Os parece exagerado, corto? Alguna idea...
- Por si alguno no lo sabe, voy a Madrid, padres octogerarios (abandonados a su suerte.....les han retirado la ayuda domiciliaria) y mi obsesión es no contagiarles a ellos, pero tampoco que me contagien a mí (no por miedo a la muerte, sino por miedo a no poder ayudar)