Poco a poco se va materializando el cambio en el signo de los tiempos. El ambiente va despejándose gradualmente, veremos reposicionamientos en los medios de comunicación (comenzando por pequeñas rebeldías y salidas de tono aquí y allá), cambios políticos (hacia un conservadurismo que rompe la dicotomía revolucionaria de izquierda/derecha) y económicos (localismo, teletrabajo), una reordenación geoestratégica (un mundo más multipolar y ensimismado) y hasta en la vida cotidiana (creciente rechazo ante el marxismo cultural, incluyendo a los más jóvenes que van a ser marcados por el cambio). El substrato de todo esto es espiritual, y llevará parejo como fruto principal una nueva etapa de florecimiento de la iglesia y en general una elevación de la mirada de las personas desde el pragmatismo y hedonismo imperante hacia lo trascendente.
Por supuesto los adalides del modelo actual procuran atrincherarse y defender sus posiciones mientras puedan. Procurarán perseguir todo cambio y vender un discurso de normalidad, pero este será cada vez más histérico y su alejamiento de la realidad más patente. Llega el cambio y lo que parecía normal y hasta invencible en 2019 va a ser percibido como de otra época en unos años, una época oscura y desquiciada.
El cobi19 puede ser lo más vistoso, pero si salís de este hilo (y de este foro) podreis observar cómo se va desarrollando el cambio ante vuestras narices.
No sabemos qué traerá el futuro, pero pienso que las líneas generales son las que he dicho. Y en cualquier caso, Dios siempre es la respuesta, en la alegria y en la tristeza, en la salud y en la enfermedad.