Si a Dios le pides pan no te da piedras. Si ha Dios le pides contesta. Si le pides con fe para crecer en el amor contesta siempre porque Dios es nuestro Padre y un Padre bueno, y mucho más Dios que es perfecto, da cosas buenas si se las piden.
Un cura, bendito sea, nos contó su testimonio de conversión y como en la más dura de las dificultades al pedir ayuda a Dios este había respondido. A los pocos días me ví yo en una situación de deseperación, y angustiado, triste, desencantado como estaba, pedí a Dios acordándome de esas palabras. Yo, que en los últimos años rara vez había pisaso una Iglesia, mi único cuadro en casa era de Buda y había apartado a Jesús de mi vida, me volví a él y le pedí con fé, le pedí en la deseperación e incluso indignado con lo que me había pasado. Y Dios en vez de ignorarme, o incluso castigarme, que posiblemente era lo justo, me respondió. Fuí a dormir y al amanecer y ponerme el pié sentí al Espíritu Santo, sentí a Jesús consolándome, con un amor indescriptible, con una cercanía total, como me hablaba al corazón, no podía dejar de alabarle, el gozo era indescriptible y más real que la redondez del círculo, más cierto que las matemáticas y a la vez que sentía ese amor me sentía sucio, comprendí pecados que había hecho, que hasta entonces ignoraba. Rompi esa mañana el cuadro de buda y lo tiré junto con los preservativos que tenía. Corrí a confesarme. Me sentía como si estuviera en la boda de mi mejor amigo en chandal cubierto de estiércol. Aún así Jesús me amaba, notaba ese amor, es inexplicable la profundidad y cercanía de ese amor. Pedidle a Dios, pedid a Jesús, pedid con fé, recordad sus milagros, sus palabras de amor. Os aseguro que si la petición es buena y se hace con fé Dios responderá y te colmará más allá de tus expectativas, porque el te conoce y te quiere más que tu mismo
Rele los evangelios y ora. Pide a Dios que te ilumine