Javier Ortega Smith “Madrid no tiene un problema de vivienda, sino demasiados políticos interviniendo en el mercado”

La monasterio de vox dice que van a hacer algo con los pisos turisticos, pero todas las empresas de ella, su marido, sus amigotes SON INMOBILIARIAS.

Aqui una de las inmobiliarias de pisos turisticos con pisos en el centro

Alquiler apartamentos - Madrid apartments | Madrid apartment rentals

Empresa fundada por la misma Rocío monasterio.

Esta ralea vive de acaparar el centro de las ciudades haciendo que suba indecentemente el alquiler en Madrid y Barcelona.
 
En España la banca y fondos de inversión tienen muchos pisos cerrados para evitar que caiga su precio.

Hay que subir el IBI exponencialmente a partir de la tercera vivienda de un mismo propietario.

Con eso bastaría para bajar los precios de venta y alquiler.
También hay que proteger más a los arrendadores

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Vaya soluciones, las demas capitales de europa deben ser todas comunistas, me gustaria ver que planea para ibiza o cosas asi, construir mas pisos?.
Todavia recuerdo cuando dijo que uno de los problemas es gente con pisos de 500 metros en madrid a los cuales no se les permitia hacer pisos mas pequeños para alquilar .
Ortega Smith ha apuntado que es clave favorecer las reformas en grandes pisos, como los de 500 metros cuadrados, para aquellos propietarios que opten por hacer pisos pequeños( GRANDE, conozco yo muchas personas con esos pisos...).

Casoplon de pablo iglesias: Los políticos han adquirido un chalet de grandes dimensiones, con 268 metros cuadrados construidos en una sola planta
Casoplon de Ivan y Rocio: El edificio, de tres plantas, consta de 545 metros cuadrados de superficie construida y, por su aspecto, de líneas limpias y sencillas, nos atrevemos a especular que la propia Monasterio se encargó de diseñar el que iba a ser su hogar

PD: Casualidad , mIsterio ( la propuesta de ORTEGA, Espinosa de los Monteros es administrador único de Citrum SL, creada en 2009 y dedicada a servicios de internet; de Premium Capital Management SL, cuyo objeto principal es la gestión y administración de viviendas de lujo
PD2: El PREMIUN DA UNA PISTA
 
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Y cómo vais a hacerlo?

Reduciendo los impuestos que estrangulan tanto la tenencia como la compraventa, eliminando la plusvalía municipal y revisando a la baja los valores catastrales que han supuesto una dolorosa e injustificada subida del IBI. Ya está bien de que los ciudadanos paguen una y otra vez por los mismos conceptos.

También vamos a facilitar el desarrollo de los suelos urbanizables pendientes de tramitar, y acelerar las licencias y permisos en el ámbito de la obra nueva y las rehabilitaciones: los retrasos brutales de ahora, que superan según las zonas hasta el año y medio, son un lastre que está frenando la economía y encareciendo la vivienda artificialmente.

Crearemos un parque público de vivienda en colaboración con el sector privado para destinarlo al alquiler
Por último, vamos a poner en valor la enorme cartera de suelo propiedad del Ayuntamiento, para poder ofrecer un stock de viviendas suficiente para dar salida temporal a los más desfavorecidos. Y no lo vamos a hacer utilizando una institución esclerotizada, burocratizada y carísima como la EMVS, utilizando unos recursos que ni tenemos ni nos podemos permitir, sino llegando a acuerdos con el sector privado.

Qué recomendarías a los jóvenes: alquilar o comprar. ¿Por qué?

Cada cual en sus circunstancias personales sabe qué le conviene mejor en cada momento. Sin embargo, el drama en la actualidad es que muchas familias no pueden optar por la compra, con lo que se ven abocadas al alquiler, aunque no sea su opción.

Nosotros en nuestro programa nacional disponemos de varias medidas para facilitar el acceso a la propiedad para aquellos que ahora la banca considera menos solventes. Desde el Ayuntamiento ayudaremos a este respecto aumentando al máximo la oferta y la seguridad jurídica en las tramitaciones: así se relajarán los precios de la vivienda libre y habrá más oferta de vivienda protegida.

En 2015 proponíais bajar el IBI al mínimo legal, suprimir la plusvalía... ¿Siguen todas esas propuestas sobre la mesa?

Por supuesto que vamos a dejar de esquilmar los bolsillos de los madrileños por el mero hecho de ser propietarios. La plusvalía municipal es un impuesto reincidente y confiscatorio, y los valores catastrales se han disparado en un contexto de clases medias empobrecidas. Eliminaremos la plusvalía en cualquier caso, no sólo en el caso de venta a pérdidas. Y el IBI lo bajaremos al mínimo legal. También bonificaremos el ICIO.

Los madrileños merecen un Ayuntamiento más respetuoso con el fruto de su trabajo
Y a eso se suma liberalizar el suelo...

Por supuesto. En la situación actual del mercado no creemos que sea el momento de revisar el PGOU -pues paralizaría el sector-, sino de acelerar los procesos de transformación del suelo urbanizable existente. Vamos a poner fáciles las cosas a los agentes del mercado para que se transforme y se aumente la oferta significativamente.

Qué proponéis en este sentido

Tenemos preparadas una amplia batería de medidas para agilizar los plazos. No vamos a permitir que una licencia de derribo se demore seis u ocho meses, un permiso de construcción año y medio, o que desde que se declare la obra nueva hasta que pase el técnico para la primera ocupación se tarden cuatro meses. Esto hace inviable cualquier actividad económica y genera pérdidas y desconfianza para todos los que intervienen: equipo técnico, promotor, constructor, banco y, sobre todo, compradores de vivienda. Hemos hablado con todos los jugadores del sector e incorporamos sus demandas a nuestro proyecto.
 
La vieja tiene bloqueada la operación Chamartín por sus santos narices, sólo por jorobar a aquél que quiera hacer negocio o simplemente hacerse una vivienda (hay montones de cooperativas bloqueadas).

¿Hacer más pisos en Madrid hace que suban, o que bajen? Pues eso, disfrutad del marxismo.
 
La vieja tiene bloqueada la operación Chamartín por sus santos narices, sólo por jorobar a aquél que quiera hacer negocio o simplemente hacerse una vivienda (hay montones de cooperativas bloqueadas).

¿Hacer más pisos en Madrid hace que suban, o que bajen? Pues eso, disfrutad del marxismo.

Desde 1985 hasta el 2008 se ha construido a pilinguis ESPUERTAS, y lo que es peor, SIN NINGUN TIPO DE CONTROL, dando lugar a una fruta aberracion de ciudad con 50 nucleos urbanos diseminados, con todo mezclado como un puñetero amasijo, poligonos, autopistas, ciudades, basureros, todo hecho una fruta masa de cosa desordenada.

Y aun asi, aun el brutal y esperpentico libertinaje y el numero desenfrenado de construcciones, los precios no hacian mas que SUBIR Y SUBIR Y SUBIR Y SUBIR.

Asi que que pasa, que ahora os vais a convertir todos tambien en tragatochos??? Hasta ese extremo de badulaques sois?'??
 
Y aun con gente, siguen sin faltar casas. Hay miles y miles y miles y miles de pisos vacios. El precio no sube porque no hayan. Sube poque sus dueños asi lo deciden. PUNTO.

Por eso quieren poner de moda el alquiler diciendo que eso es lo progre, para que asi la masonada pueda ser dueña exclusiva de todo el parque inmobiliario.
 
PD: Casualidad , mIsterio ( la propuesta de ORTEGA, Espinosa de los Monteros es administrador único de Citrum SL, creada en 2009 y dedicada a servicios de internet; de Premium Capital Management SL, cuyo objeto principal es la gestión y administración de viviendas de lujo
PD2: El PREMIUN DA UNA PISTA

VOX es igual o más corrupto que el resto de sarama partitocrática. Ya se vió con la financiación de terroristas persas, el jovenlandeseso Espinosa de los Monteros que no paga las obras de su mansión...
 
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¿Ortega Smith es socialista, de la vieja escuela socialista, o algo parecido?
Pregunto.

Tribuna | El mercado del suelo
El mercado del suelo

Que el uso del suelo debe estar intervenido por los poderes públicos es algo que nadie niega y así sucede en todos los países. El problema en España es un problema de la forma de intervención. El problema en España es que, en vez de fijar unas reglas generales de defensa de los intereses públicos, la autoridad urbanística va decidiendo todo hasta el extremo de poder determinar con el máximo detalle el uso de cada espacio. Al impedir a los propietarios decidir el uso del espacio, se segmenta el mercado del suelo, de tal forma que los distintos usos no compiten por la utilización del suelo.El problema de no permitir el juego de la competencia es que, como el futuro no se corresponde siempre con lo previsto por la autoridad urbanística, se producen movimientos espasmódicos en cantidades y en precios. Así, en algunos casos, resultan terrenos sobrantes y, en otros, como ha sucedido con las oficinas, faltó espacio y los precios se dispararon, porque la demanda de usos del espacio no se ajustó a lo que la autoridad urbanística había previsto. Lo mismo sucede continuamente en el caso del suelo para vivienda, donde coexisten terrenos sin edificar y precios altos. Es la paradoja del intervencionismo extremo: por un lado, sobra terreno y, por otro lado, y simultáneamente, los precios se disparan.
No habría problema o el problema sería menor si la ausencia de mercado se produjera en el caso de un bien que prácticamente no es utilizado por la mayoría de los ciudadanos. Pero no es el caso del suelo. Para cualquier actividad productiva o de servicios se necesita un sitio donde hacerla. Además, el suelo es una parte esencial de uno de los bienes de consumo más importantes, como es la vivienda y, en consecuencia, su precio influye decisivamente en la formación de los salarios nominales y en el nivel de vida de los ciudadanos. En cuanto a los efectos sobre las actividades productivas, como se ha dicho, lo importante no sólo es el precio del suelo sino el tiempo que se tarda en conseguir localizarlas.
La especial normativa española, que se caracteriza por un intervencionismo extremo, arranca en 1956. Esa ley deja sin capacidad de acción al propietario y traslada todas las
decisiones a la autoridad urbasnística. La ley pretende acabar con la voracidad de los propietarios que están interesados sólo en el lucro y pasa la decisión a las autoridades que son as que buscan el interés público.
El problema de esta normativa es el abismo que se abre entre unas buenas intenciones y unos resultados no tan buenos. A la vista está cómo se han cumplido los objetivos pretendidos a lo largo de los más de treinta y cinco años de aplicación de esas leyes. La destrucción de la costa y de muchas ciudades ha sido una característica en España desde el año 1956.
Nadie discute la intervención de los poderes públicos en el suelo. La intervención es absolutamente necesaria en un caso en que las externalidades son obvias. La cuestión es cómo debe hacerse esa intervención por parte de los poderes públicos. La cuestión es que esa intervención debe hacerse a base de reglas y no de discrecionalidad. Deben defenderse todos los objetivos públicos que se quiera -alturas, densidades, necesidad de espacios verdes, infraestructuras, etcétera-, pero la autoridad no puede llegar al extremo de decidir qué hay que hacer en cada espacio y cuándo debe hacerse.

En España se ha otorgado a la discreción de la autoridad urbanística la denominación de "planes", lo que sugiere una cierta idea de estabilidad, pero en la práctica los llamados "planes" son absolutamente cambiables.
Otro efecto que genera esa situación de discrecionalidad es el mencionado de la pérdida de tiempo debido al excesivo control e intervención de la Administración pública. Bajo un sistema de reglas -por rigurosas que sean- el tiempo lo deciden los operadores económicos. Bajo un sistema de discrecionalidad, el tiempo lo impone la Administración. Es impresionante el tiempo muerto que tienen que soportar las bolsas de suelo útil antes de ser utilizadas debido al complejísimo sistema de tramitaciones que han de ser resueltas por distintos organismos que a su vez actúan con lentitud. Esto tiene una trascendencia económica difícil de imaginar. El tiempo que media entre las solicitudes de los particulares y la efectiva autorización administrativa supone que el operador que ha sufrido ese largo periodo de espera acabará trasladando sus costos en el producto final: la vivienda, los locales comerciales, etcétera. Y, lo que es peor, estos retrasos hacen que la oferta de servicios -que no tienen que ver con el suelo o la vivienda- no responda rápidamente a la demanda. Esta rigidez en la oferta es la que obliga a la política macroeconómica a subir tipos de interés, reducir la inversión pública, etcétera, para frenar la expansión. A los ojos de los ciudadanos la política macroeconómica es la responsable de parar el crecimiento cuando la principal responsabilidad recae en la rigidez de la oferta creada, entre otros factores, por el régimen del suelo.
Todavía ningún economista importante del país ha dedicado la mínima atención a los problemas de competencia creados por la legislación del suelo. Es importante romper esta inercia e incorporar una visión económica a la tradicional de los expertos en el suelo.
Pero hay que aceptar que estos cambios llevan tiempo. La idea de que el propietario no sirve para nada y cuanto más se le expropie y más se le aparte del sistema, los precios del suelo bajarán más y se ordenará mejor el urbanismo es una idea arraigada, pero ello se debe a que nadie ha suministrado una visión alternativa.
Otro de los efectos perversos del sistema actual es que la Administración ha concentrado todos sus esfuerzos y sus recursos personales y de todo tipo en las actividades de prohibición y autorización y no en las de vigilancia, control y sanción. En definitiva, se ha sustituido a los operadores económicos en cuanto a decidir qué, cómo y cuándo hacer las cosas y se han descuidado las funciones propiamente públicas. Esta sustitución de papeles ha provocado la aparición de las llamadas urbanizaciones ilegales y en general ha permitido una actitud generalizada de incumplimiento de la ley, cuyos efectos nada tienen que ver con los que produciría el juego de la competencia con pleno respeto a normas objetivas. La liberalización no significa ausencia de normas ni, mucho menos, su incumplimiento.
Todo lo anterior son consideraciones a partir de un trabajo que está en marcha y que he venido conociendo en mi responsabilidad anterior de ministro de Economía y Hacienda. Se trata del borrador de un informe del Tribunal de Defensa de la Competencia. Dicho informe fue solicitado del citado organismo por el Gobierno como consecuencia de los compromisos adquiridos en materia de desregularización y liberalización de los servicios en el Congreso de los Diputados durante el debate del Programa de Convergencia. Espero que el hecho de que M. A. Fernández Ordóñez, su presidente, continúe siendo amigo mío después de haber sido uno de mis secretarios de Estado no le restará fundamento a este borrador del futuro informe.
Conviene señalar que en mi exposición inicial de este tema, en la pasada convención del PSOE en Bilbao, excluí explícitamente que mi posición fuera la de abolir las ordenanzas municipales o los ordenamientos urbanísticos, aunque mantuve una posición muy crítica con los aspectos administrativos y claramente a favor de un mayor juego en el mercado del suelo de la demanda y la oferta.
Hubo en la reunión de Bilbao varios cientos de asistentes y, según me dijeron, varias decenas de periodistas acreditados que deambulaban por los pasillos y el vestíbulo y salas anexas al salón donde tuvieron lugar los debates. Si mi exposición hubiera tenido los tintes "escandalosos" con que la han presentado algunos medios, no es posible que esto no hubiera trascendido a toda la prensa y el resto de los medios de comunicación. Sin embargo, este es el caso. La razón es bien sencilla: hubo quien intoxicó con los fines que fuera.
Pero, en fin, demos todo por menos malo si sirve para iniciar un debate que sea útil.
es presidente del Grupo Parlamentario Socialista.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Jueves, 7 de octubre de 1993
 
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