Polonia no debería permitirle la entrada a esta mujer, tendría que quedarse obligada a lidiar con lo que ella ha promovido en su país hasta el fin de sus días.
Yo no tengo por qué dudar de la palabra de nuestros hermanos fieles a la religión del amor.
Si dicen que son rameras, por algo será. ienso:
Y a nuestras feministas radicales les aconsejo que vayan comprándose bolsas de hielo para el escozor del chochete penetrado inmisericordiosamente por el regazo jovenlandés. Las van a necesitar.