Saludos y gracias a los que hicieron posible rescatar está información del antiguo foro.
Comparto con ustedes esta entrada que imprimí y tenía guardada la cual no viene en el compilado.
La humilde opinión de un viejo soltero
Caballeros:
Voy a hacer una pequeña reflexión llegados a mis cuarenta y nueve años largos de bendita soltería.
Si, 49. Soy consiente de que suena como un montón de años. Tal vez lo sea, a veces incluso me sorprendo de que haya vivido tanto tiempo. A mí no me parece excesivamente largo pero puedo comprender que para alguien de veinte años, probablemente yo le parezca un anciano. Es posible que incluso pienses que soy un viejo fósil y que como no pertenezco a tu generación, no sería capaz de aportarte ninguna reflexión o consejo útil referente a las relaciones con las mujeres y el matrimonio. Aunque a lo mejor puede que te equivoques.
Voy a referirme a un tema que es una fuente constante de polémica, para solteros e incluso para casados. La cuestión es la siguiente: ¿Queda alguna mujer verdaderamente decente que merezca la pena ahí afuera?
Mi respuesta es la siguiente: Te tiene que dar igual.
¿Que quiero decir con esto? Pues que incluso aunque encuentres a esa buena mujer, virgen y esquiva, con la que has estado soñando durante todos estos años, ella no se va a casar contigo. Las buenas, si es que existen son tan escasas que van a ser atrapadas en primer lugar por los hombres en la cima, los buenos profesionales o gente de éxito con una buena cuenta bancaria. Esta gente saben que tienen la capacidad económica que la gran mayoría no tienen, y ejercen su poder en consecuencia. Ellos consiguen lo que quieren, de momento.
Esta buena mujer "rara avis", si existe, sabe lo que vale y actúa en consecuencia. ¿Por qué no? ¿Por qué va a vender al supermercado langosta por cinco céntimos la tonelada si pueden sacarle cuarenta euros por kilo? Es la ley de la oferta y la demanda, nada más. Tanto tienes, tanto vales.
Por lo tanto, olvídate de encontrar a esa mujer. A menos que te toque la lotería, o estés dispuesto a pasar doce años estudiando medicina. Cuánto antes lo aceptes y antes seas capaz de ver la realidad, mucho mejor.
Entonces, ¿Que nos queda?
Ya te lo digo yo:
****s, astutas, vagabundas, drojadictas, borrachas, obesas, degeneradas, bisexuales, lesbianas, maniacas, viejas arrugadas, feministas radicales, transexuales, cazadoras de billetera, borderlines, esquizofrénicas y demás arpías indeseables.
Así que, ¿para que vamos a amargarnos?
Mi argumento tiene dos puntos.
El primero como ya lo he comentado: no vas a encontrar y casarte con esa mujer dulce, fiel, agradable, única y especial que estará contigo en todos los momentos, buenos y malos, de la vida.
Esto no te va a suceder jamás, así que quítatelo de la cabeza.
El segundo punto:
A la larga, te tiene que dar igual.
Quiero decir: lo mismo da, no importa.
Voy a explicarlo:
¿Que quiero decirte con esto? Es muy sencillo y se ha comentado muchas, demasiadas, innumerables veces. Sin embargo, el aprendizaje repetitivo y machacón es a menudo el más eficaz, así que voy a repetirlo una vez más, las veces que haga falta:
La belleza de la mujer es extremamente frágil y breve. Su físico y su encanto se desvanecen muy rápidamente. Esto es algo que un hombre de veinte años todavía no puede llegar a comprender completamente. El poder de las hormonas y el encanto de las féminas ejerce una influencia demasiado poderosa sobre el cerebro del hombre. Como el gran Schopenhauer dijo hace tiempo "la naturaleza dota a las mujeres de una sobreabundancia de belleza por un corto periodo de tiempo". Eso es todo. Después ¿Con qué te quedas?
Yo te lo voy a decir... Con una burravieja que no sirve para nada... Una mujer obesa con un parecido sorprendente a Jabba The Hut... Una maniática obsesiva y mojigata que te responde con desprecio porque no quiere hacerte "eso" que le pides... Una mujer que te grita "¡No me toques!", etc.
Si eres joven, por favor presta mucha atención: no importa lo malas que hayan sido tus experiencias pasadas con las mujeres -estoy seguro de que han sido malas en su mayoría, de lo contrario no estarías aquí leyendo esto- pero no puedes llegar a imaginarte lo malas que pueden llegar a ser, lo mala que puede llegar a ser una relación como cuando una mujer envejece, si estás casado con ella.
Ahora mismo estoy en una posición única. No soy joven pero tampoco soy viejo. Estoy sentado en la cima de mi vida, a punto de deslizarme hacia la senectud. Miro a mi alrededor y cuando veo a las mujeres que conozco, algunas tienen incluso veinte años menos que yo y ya están convertidas en viejas arrugadas, avinagradas, cuerpo escombro, obesas y antiestéticas. Yo todavía estoy bien. No tengo bolsas bajo los ojos, en el banco tengo una cantidad respetable, no me levanto a miccionar diez veces por la noche y puedo correr diez kilómetros sin que se me caiga la lengua.
Pero las mujeres, madre de Dios, las mujeres... Vaya manera de envejecer. El cuerpo femenino se degrada más rápido que una maceta de plástico puesta al sol. Se viene abajo como un castillo de naipes. Una vez que el brillo juvenil desaparece, te quedas con una burravieja maloliente. Esa firme y tersa piel que se extiende sobre su cuerpo comienza a aflojarse, y un buen día verás a la bestia horrible que siempre se ha escondido debajo. Y te lo aseguro, es un espectáculo muy desagradable.
La primera vez que comencé a ver a las mujeres que conocía caerse literalmente a pedazos, casi no podía dar crédito. Mi padre ya me había advertido que las mujeres envejecían mal, pero lo que yo vi fue mucho peor. Fue como ver un accidente de avión, algo horrible, aunque por otra parte fascinante.
Cada año que pasa, las mujeres alcanzan nuevas cotas de degradación física. Justo cuando crees que ya no pueden volverse más antiestéticas y repulsivas, aparece una nueva arruga para sorprenderte, las berzas se les caen todavía más, y tocan un nuevo fondo en apariencia física.
Olvídate de toda esa basura que te venden sobre "envejecer juntos". Es una de otras muchas tonterías. El envejecimiento de las mujeres es un espectáculo horrible, especialmente si tienes que arrimarte a ella por la noche. Trata de imaginarte en la cama al lado de una anciana.
La mayoría de jóvenes no tienen ni idea de lo horrible que puede ser convivir con una mujer antiestética y menopáusiaca. El aspecto realmente cae en picado y su cordura desaparece en el momento en que aparece la menopausia. Al final vas a vivir con un troll con el carácter de Satanás, las veinticuatro horas del día. 365 días al año. Será una locura interminable de la que no puedes escapar.
El hombre rico gana a corto plazo. Consigue a la mujer atractiva, aunque las probabilidades juegan en su contra de encontrar a una mujer decente que no se vaya a divorciar. Él no es inmune al divorcio, de hecho el ser rico lo convierte en un objetivo más grande y apetecible.
Sin embargo, en resto de nosotros ganará a largo plazo. A los 49 años, no quiero ni deseo tener a una mujer cerca, independientemente de lo atractiva que sea. Este ha sido el caso durante unos veinte años, desde que mi deseo sensual se ha acomodado.
Se paciente. Tu impulso de juventud pasará. Para hacerlo más fácil, no te tientes a ti mismo. No te tortures y contempla a la mujer en la distancia, como si fuera una flor venenosa.
Vive solo, y podrás disponer de tu tiempo y tu dinero como mejor te parezca hasta llegar a los cuarenta. Y créeme, van a llegar mucho antes de lo que tú piensas.
A lo mejor te puedes estar preguntando, "¿De verdad merece la pena quedarse soltero?"
Yo te respondo: Vaya que si, ¡No tienes idea! ; D
