PumukiCabreado
Madmaxista
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Estoy en mi cuarto leyendo el Señor de los Anillos, en mi mundo de fantasía, cuando de pronto escucho una voz de ultratumba que me llama y me dice: "Estamos todos en la mesa!!!". Me lo dice de una forma como si ya lo hubiese dicho muchas veces en plan mosqueada, probablemente estaba tan concentrado en el libro que ni la escuché.
Me dirijo a la mesa y me encuentro la tele encendida con un rey muy entregado y muy digno, con un mensaje sentido y muy emocionado.
En la mesa habían unas tapas:
1 Canapés de pan bimbo cortados a dados con paté chungo barato de "la piara", con anchoas y filadelfia, con paté y aceitunas "la espanyola" y otras con sobrasada. Malo no estaba, pero Jesús no nació para esto.
2 Dátiles con bacon, muy bueno el bacon si le sacabas el dátil que es demasiado dulce para mi gusto. Prefería comer a parte el bacon crujiente. Me dieron ganas de coger el dátil y aplastarlo contra la parte inferior de la mesa para que se pegase, como hacía de pequeño.
3 Almendras. Sin comentarios.
4 Gambas peladas al ajillo, muy buenas en su punto con una salsa deliciosa y picantonas. Excelente. Felicité a mi madre personalmente.
Luego de primero , oh, sorpresa, para todos ustedes : "Sopa de galets" :Aplauso: . Con bemoles apestosos, zanahoria ni fu ni fa y cortada irregularmente con desgana, el caldo era de pollo cutre con más avecrem que otra cosa y unas almóndigas que eran más pan que otra cosa pero que iban bien para absorver todo el jugo. En general ingerir eso producia un placer moderado, se podía comer. La sensación al ver el plato no engañaba, imaginad un platazo con una piscina de caldo en la que flotan 3 albóndigas pequeñas, con 2 bemoles de ave chunga y zanahoria irregular dispuesta de forma aleatoria pero poca. Toda la posguerra se me pasó por la cabeza sin haberla vivido.
Bueno, ya he acabado de comer, lo peor o lo mejor según se miré era lo que venía después. Le pregunto a mi madre que hay de segundo, y se rie, me dice que hay pollo. Me mira sonriendo viendo todo mi sufrimiento y alimentándose de él y al cabo de 15 segundos me dice: "Pero es para mañana".:8: Total, que ya solo quedaba el postre.
Me trae un arroz con leche que estaba cremoso y con buena proporción de canela y azucar que no desentonaba. Bastante competente. Ese arroz suplió todas las carencias alimenticias producidas por una mala selección de menú.
No sufrí para nada, ya me lo esperaba esta cena tan demigrante. Podría haber sido peor, podría haber cocinado más y haber innovado.
Me dirijo a la mesa y me encuentro la tele encendida con un rey muy entregado y muy digno, con un mensaje sentido y muy emocionado.
En la mesa habían unas tapas:
1 Canapés de pan bimbo cortados a dados con paté chungo barato de "la piara", con anchoas y filadelfia, con paté y aceitunas "la espanyola" y otras con sobrasada. Malo no estaba, pero Jesús no nació para esto.
2 Dátiles con bacon, muy bueno el bacon si le sacabas el dátil que es demasiado dulce para mi gusto. Prefería comer a parte el bacon crujiente. Me dieron ganas de coger el dátil y aplastarlo contra la parte inferior de la mesa para que se pegase, como hacía de pequeño.
3 Almendras. Sin comentarios.
4 Gambas peladas al ajillo, muy buenas en su punto con una salsa deliciosa y picantonas. Excelente. Felicité a mi madre personalmente.
Luego de primero , oh, sorpresa, para todos ustedes : "Sopa de galets" :Aplauso: . Con bemoles apestosos, zanahoria ni fu ni fa y cortada irregularmente con desgana, el caldo era de pollo cutre con más avecrem que otra cosa y unas almóndigas que eran más pan que otra cosa pero que iban bien para absorver todo el jugo. En general ingerir eso producia un placer moderado, se podía comer. La sensación al ver el plato no engañaba, imaginad un platazo con una piscina de caldo en la que flotan 3 albóndigas pequeñas, con 2 bemoles de ave chunga y zanahoria irregular dispuesta de forma aleatoria pero poca. Toda la posguerra se me pasó por la cabeza sin haberla vivido.
Bueno, ya he acabado de comer, lo peor o lo mejor según se miré era lo que venía después. Le pregunto a mi madre que hay de segundo, y se rie, me dice que hay pollo. Me mira sonriendo viendo todo mi sufrimiento y alimentándose de él y al cabo de 15 segundos me dice: "Pero es para mañana".:8: Total, que ya solo quedaba el postre.
Me trae un arroz con leche que estaba cremoso y con buena proporción de canela y azucar que no desentonaba. Bastante competente. Ese arroz suplió todas las carencias alimenticias producidas por una mala selección de menú.
No sufrí para nada, ya me lo esperaba esta cena tan demigrante. Podría haber sido peor, podría haber cocinado más y haber innovado.
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