M
Marina
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La familia de «Naparra» reclama que se ponga fin a «9.131 días de
sufrimiento»
Familiares de José Miguel Etxeberria, «Naparra», y su abogado Iñigo
Iruin hicieron ayer un llamamiento a quien tenga datos sobre el paradero
de los restos del refugiado, desaparecido hace 25 años en una acción
reivindicada por el BVE, a que contacte con la familia o el letrado.
«Son 9.131 días de sufrimiento. Basta ya», reclamaron.
DONOSTIA
El sábado se cumplirán 25 años desde que vieron por última vez a José
Miguel Etxeberria, Naparra, militante de los Comandos Autónomos
Anticapitalistas refugiado en Ipar Euskal Herria. Tenía 22 años. Desde
su desaparición, que fue reivindicada por el Batallón Vasco Español
(BVE) a través de cinco llamadas telefónicas, sus allegados no han
vuelto a tener noticia alguna.
La madre y el hermano de Naparra comparecieron ayer en Donostia, junto a
los abogados Iñigo Iruin y Jon Enparantza, para recordar este doloroso
aniversario y reiterar el llamamiento que hicieron hace 25 años:
«Cualquiera que pueda ayudar a encontrar el cuerpo que se ponga en
contacto con la familia, conmigo mismo o con cualquier persona que nos
pueda comunicar esa información. Ese el objetivo más urgente y dramático
de la familia», remarcó Iruin.
No dudó de que esa información «está en poder de personas a las que
podríamos calificar de ‘Garganta profunda’. Si en el ‘caso Watergate’ el
ahora identificado Mark Felt ha resultado ser el número dos del FBI,
somos muy conscientes de que quien hoy puede facilitar datos muy
importantes sobre lo que ocurrió con Naparra y dónde se encuentran sus
restos son personas que en aquellos años ocuparon cargos de muy alta
respon- sabilidad en los servicios de información e inteligencia
españoles», destacó.
Sobre el estado de las investigaciones, recordó que el 4 de octubre de
2004 la Audiencia Nacional decretó el sobreseimiento provisional de la
causa «con un argumento realmente sorprendente porque, en cierta medida,
el Juzgado vino a decir que era admisible la hipótesis de que José
Miguel desapareció voluntariamente. Es una hipótesis simplemente absurda
y rechazable que constituyó una agresión y añadió un plus de sufrimiento
para la familia».
Frente a ello, Iruin incidió en la convicción de los familiares de que
«la desaparición y muerte de José Miguel es un acto de terrorismo de
Estado, desarrollado y materializado por mercenarios que reivindicaban
con las siglas del BVE, y que muy probablemente tuvo como ejecutores a
miembros del grupo de los hermanos Perret».
Explicó que esta conclusión se basa fundamentalmente en cuatro
circunstancias. Rememoró que entre 1975 y 1981 «en Euskal Herria el
terrorismo de Estado se desarrolló a través de grupos de mercenarios
constituidos por ultraderechistas argentinos, neofascistas italianos y
del hampa marsellesa. De ese conjunto surgieron dos grupos: uno dirigido
por Jean Pierre Cherid y otro por los hermanos Perret. Estos constituían
el núcleo del BVE». Subrayó que el método de acción coincide con el del
BVE, que unos meses antes de la desaparición de Naparra intentó
secuestrar a la compañera de Txomin Iturbe. El tercer elemento serían
las reivindicaciones que el BVE hizo en los meses del verano de 1980.
Por último, citó investigaciones periodísticas.
Eneko Etxeberria, hermano de Naparra, tomó la palabra para poner sobre
la mesa una dramática cifra: «9.131 días. Estos han sido nuestros días
de sufrimiento. Sólo quiero decir una cosa: basta ya».
«Hay víctimas que ni se ven ni se escuchan»
A.L.
DONOSTIA
El abogado Jon Enparantza exigió que se esclarezcan las circunstancias
de la desaparición de José Miguel Etxeberria y expresó la solidaridad
del movimiento pro amnistía con sus familiares, «que sólo han contado
con el apoyo de sus más allegados».
«En los últimos días estamos oyendo hablar mucho sobre víctimas del
terrorismo. Desde el respeto que se merecen, queremos decir bien alto
que hay muchas otras víctimas que ni se ven ni se escuchan ni aparecen
en los medios», resaltó.
Mostró su rechazo a la manifestación celebrada el sábado en Madrid,
«donde se hizo apología de la violencia y la imposición. Empujados por
el PP, miles de personas salieron a la calle en contra de la resolución
del conflicto, reclamando la prolongación del sufrimiento y la opresión».
«Pero no seremos nosotros quienes pongamos obstáculos y cerremos las
puertas al proceso que pondrá el conflicto en vías de solución. Ante
unos hechos tan duros como éstos, reclamamos que se abran las puertas de
ese proceso basado en la memoria, la justicia y la verdad», incidió.
sufrimiento»
Familiares de José Miguel Etxeberria, «Naparra», y su abogado Iñigo
Iruin hicieron ayer un llamamiento a quien tenga datos sobre el paradero
de los restos del refugiado, desaparecido hace 25 años en una acción
reivindicada por el BVE, a que contacte con la familia o el letrado.
«Son 9.131 días de sufrimiento. Basta ya», reclamaron.
DONOSTIA
El sábado se cumplirán 25 años desde que vieron por última vez a José
Miguel Etxeberria, Naparra, militante de los Comandos Autónomos
Anticapitalistas refugiado en Ipar Euskal Herria. Tenía 22 años. Desde
su desaparición, que fue reivindicada por el Batallón Vasco Español
(BVE) a través de cinco llamadas telefónicas, sus allegados no han
vuelto a tener noticia alguna.
La madre y el hermano de Naparra comparecieron ayer en Donostia, junto a
los abogados Iñigo Iruin y Jon Enparantza, para recordar este doloroso
aniversario y reiterar el llamamiento que hicieron hace 25 años:
«Cualquiera que pueda ayudar a encontrar el cuerpo que se ponga en
contacto con la familia, conmigo mismo o con cualquier persona que nos
pueda comunicar esa información. Ese el objetivo más urgente y dramático
de la familia», remarcó Iruin.
No dudó de que esa información «está en poder de personas a las que
podríamos calificar de ‘Garganta profunda’. Si en el ‘caso Watergate’ el
ahora identificado Mark Felt ha resultado ser el número dos del FBI,
somos muy conscientes de que quien hoy puede facilitar datos muy
importantes sobre lo que ocurrió con Naparra y dónde se encuentran sus
restos son personas que en aquellos años ocuparon cargos de muy alta
respon- sabilidad en los servicios de información e inteligencia
españoles», destacó.
Sobre el estado de las investigaciones, recordó que el 4 de octubre de
2004 la Audiencia Nacional decretó el sobreseimiento provisional de la
causa «con un argumento realmente sorprendente porque, en cierta medida,
el Juzgado vino a decir que era admisible la hipótesis de que José
Miguel desapareció voluntariamente. Es una hipótesis simplemente absurda
y rechazable que constituyó una agresión y añadió un plus de sufrimiento
para la familia».
Frente a ello, Iruin incidió en la convicción de los familiares de que
«la desaparición y muerte de José Miguel es un acto de terrorismo de
Estado, desarrollado y materializado por mercenarios que reivindicaban
con las siglas del BVE, y que muy probablemente tuvo como ejecutores a
miembros del grupo de los hermanos Perret».
Explicó que esta conclusión se basa fundamentalmente en cuatro
circunstancias. Rememoró que entre 1975 y 1981 «en Euskal Herria el
terrorismo de Estado se desarrolló a través de grupos de mercenarios
constituidos por ultraderechistas argentinos, neofascistas italianos y
del hampa marsellesa. De ese conjunto surgieron dos grupos: uno dirigido
por Jean Pierre Cherid y otro por los hermanos Perret. Estos constituían
el núcleo del BVE». Subrayó que el método de acción coincide con el del
BVE, que unos meses antes de la desaparición de Naparra intentó
secuestrar a la compañera de Txomin Iturbe. El tercer elemento serían
las reivindicaciones que el BVE hizo en los meses del verano de 1980.
Por último, citó investigaciones periodísticas.
Eneko Etxeberria, hermano de Naparra, tomó la palabra para poner sobre
la mesa una dramática cifra: «9.131 días. Estos han sido nuestros días
de sufrimiento. Sólo quiero decir una cosa: basta ya».
«Hay víctimas que ni se ven ni se escuchan»
A.L.
DONOSTIA
El abogado Jon Enparantza exigió que se esclarezcan las circunstancias
de la desaparición de José Miguel Etxeberria y expresó la solidaridad
del movimiento pro amnistía con sus familiares, «que sólo han contado
con el apoyo de sus más allegados».
«En los últimos días estamos oyendo hablar mucho sobre víctimas del
terrorismo. Desde el respeto que se merecen, queremos decir bien alto
que hay muchas otras víctimas que ni se ven ni se escuchan ni aparecen
en los medios», resaltó.
Mostró su rechazo a la manifestación celebrada el sábado en Madrid,
«donde se hizo apología de la violencia y la imposición. Empujados por
el PP, miles de personas salieron a la calle en contra de la resolución
del conflicto, reclamando la prolongación del sufrimiento y la opresión».
«Pero no seremos nosotros quienes pongamos obstáculos y cerremos las
puertas al proceso que pondrá el conflicto en vías de solución. Ante
unos hechos tan duros como éstos, reclamamos que se abran las puertas de
ese proceso basado en la memoria, la justicia y la verdad», incidió.