M
Marina
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Operación represiva de la Guardia Civil
Detienen a 5 jóvenes gallegos acusados de asociación ilícita
Rebelión
Jovenes acusad@s de asociación ilícita por ser militantes de BRIGA
(www.briga-galiza.org)
Diego Bernal Rico
Vreixo Formoso Lopes
Íria Leis Figueiroa
Berta Lopes Permui
Afonso Mendes Souto
Entre los días 2 y 3 de Junio fuimos detenid@s en Corunha cinco
militantes de la organización juvenil de la izquierda independentista
gallega BRIGA. Fuimos interrogad@s en dependencias de la Guardia Civil,
sometid@s a registros en nuestros coches, y al precinto de nuestros
ordenadores, y posteriormente puestos a disposición judicial. Salimos en
libertad provisional con cargos, teniendo que ir cada quince días al
juzgado, sin librarnos cuatro de nosotros de tener que pasar una noche
en los calabozos de la benemérita. Cinco detenciones que como pudimos
saber posteriormente, gracias a lo publicado en algunos medios de
comunicación, informados a su vez por EFE, se realizaron en el cuadro de
la operación Cacharrón, desarrollada por la Guardia Civil con el
objetivo de “desmantelar” nuestra organización.
Parece ser que los aparatos represivos del Estado español, y en especial
para la benemérita, la actividad desarrollada por BRIGA en estos ocho
meses de existencia es motivo suficiente para lanzar una campaña de
represión e intoxicación que busca impedir nuestro crecimiento e incluso
procurar nuestra desarticulación.
Y decimos bien intoxicación, además de represión, porque sólo así se
puede calificar el comunicado emitido por la Guardia Civil que recogen
los medios anteriormente citados. Las actividades y iniciativas
desarrolladas por BRIGA eran relatadas tal y como si la nuestra fuera
una organización clandestina que practicase la lucha armada, y no lo que
realmente es, una organización juvenil revolucionaria, encuadrada en el
Movimiento de Liberación Nacional Gallego (MLNG), que desenvuelve sus
actividades de modo absolutamente público y a la que las únicas acciones
hipotética y teóricamente “delictivas” que se le pueden imputar son las
que se encuadran en la lógica de las dinámicas de la desobediencia civil.
De hecho es más que probable que el detonante de la operación Cacharrón
no fuese otro que el malestar generado entre las esferas militares
españolas, entre el PSOE de Paco Vázquez, por la intensa campaña que
BRIGA desenvolvió en Corunha, ciudad donde se concentraron las
detenciones, contra el desfile militar del Día de las Fuerzas Armadas
del pasado 29 de Mayo. Recordar que uno de los actos más llamativos de
esta campaña fue el intento de derribar la estatua de más de tres metros
de altura del general Millán Astray que existe en el centro de esta
ciudad, delante del cuartel de Atocha, hecho por el que ya fueron
detenid@s los tres activistas de nuestra organización que participaron
en la acción, y que en la actualidad se encuentran en situación de
libertad con cargos y a la espera de juicio.
La posibilidad de que esta operación represiva fuese fruto de un
capricho de alguna instancia militar no le resta ninguna importancia a
estas detenciones, sino que la agudiza. Al formular esta hipótesis
estamos poniendo de relieve el poder del militarismo en la supuesta
democracia española, capaz de activar los mecanismos legales que
permiten la detención de cinco jóvenes, poniendo encima de la mesa la
posible ilegalización de una organización juvenil. Además esta hipótesis
se asienta en consideraciones fundadas en hechos como que dos detenidos
en la operación Cacharrón ya lo habían sido hace una semana por
participar en la acción contra la estatua del criminal de guerra y
fundador de la Legión, siendo en aquella ocasión apresad@s por miembros
de la Policía Nacional y puestos a disposición judicial bajo unos cargos
muy semejantes a los que ahora les imputa la Guardia Civil. A cualquier
observador mínimamente atento le tiene que resultar extraño que dos
cuerpos policiales hagan un trabajo prácticamente análogo por duplicado.
Además la acusación de asociación ilícita es un salto cualitativo en la
represión contra la izquierda independentista gallega que debe se
enfrentada desde la serenidad y la contundencia revolucionaria.
Desgraciadamente, la gravedad de los hechos que denunciamos está
encontrándose con un muro de silencio por parte de los medios de
comunicación convencionales, así como con la pasividad y el mirar para
otro lado de la mayoría de las organizaciones autoproclamadas de
izquierda en Galiza. Em plena campaña electoral al Parlamento autonómico
la detención de cinco militantes del movimiento juvenil independentista
y socialista gallego tuvo como única respuesta un apagón informativo
para evitar afectar así la virtual “normalidad democrática”. Los grandes
medios de comunicación reaccionaron coordinadamente siguiendo las
palabras de orden del Estado español: no publicar nada sobre la
operación represiva contra BRIGA. La prensa silenció totalmente los
comunicados de nuestra organización y los de aquellas que mostraron su
solidaridad con nosotros, dando solo algún espacio al comunicado emitido
por la Guardia Civil. La difusión de la información dependió tan solo de
medios alternativos de internet y de los medios tradicionales de
agitación, pegadas de carteles y pintadas, en las calles gallegas.
La actitud de las fuerzas mayoritarias de la izquierda institucional y
las entidades que se sitúan en las proximidades es realmente vergonzosa.
Que quien afirma estar por la denuncia de la represión española en
Galiza no diga una sola palabra sobre unos hechos tan sumamente graves
da una buena muestra de la catadura moral de quien la integra. Aún así
no es de extrañar una actitud semejante de quien tan solo le echaría una
mano a la izquierda independentista gallega si fuese para ahogarla.
Contrariamente a lo afirmado en el “parte de guerra” de la Guardia Civil
BRIGA no está desarticulada, no tiene pensado retirarse de la actividad
pública, ni renunciar a sus legítimos objetivos tácticos y estratégicos.
Seguimos adelante en nuestra lucha en defensa de los intereses de la
juventud trabajadora gallega, en el marco de una estrategia de
liberación nacional y social de género. Continuamos pues con más fuerza
en la difusión del derecho a la rebelión, en la lucha por una Galiza
independiente, socialista y no patriarcal.
Detienen a 5 jóvenes gallegos acusados de asociación ilícita
Rebelión
Jovenes acusad@s de asociación ilícita por ser militantes de BRIGA
(www.briga-galiza.org)
Diego Bernal Rico
Vreixo Formoso Lopes
Íria Leis Figueiroa
Berta Lopes Permui
Afonso Mendes Souto
Entre los días 2 y 3 de Junio fuimos detenid@s en Corunha cinco
militantes de la organización juvenil de la izquierda independentista
gallega BRIGA. Fuimos interrogad@s en dependencias de la Guardia Civil,
sometid@s a registros en nuestros coches, y al precinto de nuestros
ordenadores, y posteriormente puestos a disposición judicial. Salimos en
libertad provisional con cargos, teniendo que ir cada quince días al
juzgado, sin librarnos cuatro de nosotros de tener que pasar una noche
en los calabozos de la benemérita. Cinco detenciones que como pudimos
saber posteriormente, gracias a lo publicado en algunos medios de
comunicación, informados a su vez por EFE, se realizaron en el cuadro de
la operación Cacharrón, desarrollada por la Guardia Civil con el
objetivo de “desmantelar” nuestra organización.
Parece ser que los aparatos represivos del Estado español, y en especial
para la benemérita, la actividad desarrollada por BRIGA en estos ocho
meses de existencia es motivo suficiente para lanzar una campaña de
represión e intoxicación que busca impedir nuestro crecimiento e incluso
procurar nuestra desarticulación.
Y decimos bien intoxicación, además de represión, porque sólo así se
puede calificar el comunicado emitido por la Guardia Civil que recogen
los medios anteriormente citados. Las actividades y iniciativas
desarrolladas por BRIGA eran relatadas tal y como si la nuestra fuera
una organización clandestina que practicase la lucha armada, y no lo que
realmente es, una organización juvenil revolucionaria, encuadrada en el
Movimiento de Liberación Nacional Gallego (MLNG), que desenvuelve sus
actividades de modo absolutamente público y a la que las únicas acciones
hipotética y teóricamente “delictivas” que se le pueden imputar son las
que se encuadran en la lógica de las dinámicas de la desobediencia civil.
De hecho es más que probable que el detonante de la operación Cacharrón
no fuese otro que el malestar generado entre las esferas militares
españolas, entre el PSOE de Paco Vázquez, por la intensa campaña que
BRIGA desenvolvió en Corunha, ciudad donde se concentraron las
detenciones, contra el desfile militar del Día de las Fuerzas Armadas
del pasado 29 de Mayo. Recordar que uno de los actos más llamativos de
esta campaña fue el intento de derribar la estatua de más de tres metros
de altura del general Millán Astray que existe en el centro de esta
ciudad, delante del cuartel de Atocha, hecho por el que ya fueron
detenid@s los tres activistas de nuestra organización que participaron
en la acción, y que en la actualidad se encuentran en situación de
libertad con cargos y a la espera de juicio.
La posibilidad de que esta operación represiva fuese fruto de un
capricho de alguna instancia militar no le resta ninguna importancia a
estas detenciones, sino que la agudiza. Al formular esta hipótesis
estamos poniendo de relieve el poder del militarismo en la supuesta
democracia española, capaz de activar los mecanismos legales que
permiten la detención de cinco jóvenes, poniendo encima de la mesa la
posible ilegalización de una organización juvenil. Además esta hipótesis
se asienta en consideraciones fundadas en hechos como que dos detenidos
en la operación Cacharrón ya lo habían sido hace una semana por
participar en la acción contra la estatua del criminal de guerra y
fundador de la Legión, siendo en aquella ocasión apresad@s por miembros
de la Policía Nacional y puestos a disposición judicial bajo unos cargos
muy semejantes a los que ahora les imputa la Guardia Civil. A cualquier
observador mínimamente atento le tiene que resultar extraño que dos
cuerpos policiales hagan un trabajo prácticamente análogo por duplicado.
Además la acusación de asociación ilícita es un salto cualitativo en la
represión contra la izquierda independentista gallega que debe se
enfrentada desde la serenidad y la contundencia revolucionaria.
Desgraciadamente, la gravedad de los hechos que denunciamos está
encontrándose con un muro de silencio por parte de los medios de
comunicación convencionales, así como con la pasividad y el mirar para
otro lado de la mayoría de las organizaciones autoproclamadas de
izquierda en Galiza. Em plena campaña electoral al Parlamento autonómico
la detención de cinco militantes del movimiento juvenil independentista
y socialista gallego tuvo como única respuesta un apagón informativo
para evitar afectar así la virtual “normalidad democrática”. Los grandes
medios de comunicación reaccionaron coordinadamente siguiendo las
palabras de orden del Estado español: no publicar nada sobre la
operación represiva contra BRIGA. La prensa silenció totalmente los
comunicados de nuestra organización y los de aquellas que mostraron su
solidaridad con nosotros, dando solo algún espacio al comunicado emitido
por la Guardia Civil. La difusión de la información dependió tan solo de
medios alternativos de internet y de los medios tradicionales de
agitación, pegadas de carteles y pintadas, en las calles gallegas.
La actitud de las fuerzas mayoritarias de la izquierda institucional y
las entidades que se sitúan en las proximidades es realmente vergonzosa.
Que quien afirma estar por la denuncia de la represión española en
Galiza no diga una sola palabra sobre unos hechos tan sumamente graves
da una buena muestra de la catadura moral de quien la integra. Aún así
no es de extrañar una actitud semejante de quien tan solo le echaría una
mano a la izquierda independentista gallega si fuese para ahogarla.
Contrariamente a lo afirmado en el “parte de guerra” de la Guardia Civil
BRIGA no está desarticulada, no tiene pensado retirarse de la actividad
pública, ni renunciar a sus legítimos objetivos tácticos y estratégicos.
Seguimos adelante en nuestra lucha en defensa de los intereses de la
juventud trabajadora gallega, en el marco de una estrategia de
liberación nacional y social de género. Continuamos pues con más fuerza
en la difusión del derecho a la rebelión, en la lucha por una Galiza
independiente, socialista y no patriarcal.