Las 10 grandes mentiras sobre impuestos

DERBY

Madmaxista
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Las 10 grandes mentiras sobre impuestos

Las 10 grandes mentiras sobre impuestos

Los ciudadanos españoles han aguantado más de 40 subidas de impuestos en los últimos años, muchas veces bajo justificaciones que no son ciertas. Los impuestos se pueden bajar y el estado del bienestar es sostenible

1. Subir impuestos para recaudar más. No es cierto que aumentando las bases de los impuestos se recaude más, como ya lo demostró Arthur Laffer con su famosa curva. Cuando los impuestos se sitúan en nivel confiscatorio, los ingresos fiscales caen porque no se incentiva la oferta y sí la evasión fiscal.

En España durante los últimos años ha quedado patente la situación, la subida del IVA ha generado un 5% menos de lo esperado. En cuanto al IRPF se han recaudado casi 5.000 millones menos, se esperaban cerca de 74.000 millones y no se ha llegado a los 70.000. El recargo de un 10% en el impuesto en bebidas alcohólicas apenas ha reportado un 30% de lo esperado al igual que el nuevo impuesto sobre loterías.

2. Subir impuestos a las clases ricas. Se trata de un argumento ampliamente escuchado, más allá de su dudosa validez moral también tiene sus restricciones económicas. La medida la puso en marcha el gobierno francés, que impuso una tasa del 75% sobre los altos ingresos. Provocó una huida de las grandes fortunas de Francia como por ejemplo Gérard Depardieu y el hombre más rico de Francia, Bernard Arnault. En la actualidad, Francia ha pasado de imponer tales medidas a actuar con celeridad para reducir su déficit por la vía del gasto, sin meter la mano en el bolsillo de cada contribuyente.

Como se demostró en Francia, si existe una capa de la sociedad capaz de cambiar de domicilio para evitar tasas confiscatorias son los más acaudalados. Por tanto, si se suben impuestos sólo se consigue asfixiar a aquellas clases que no pueden evitarlas, que es la clase media. A parte, se consigue que el empleo y la riqueza que puedan aportar esa clase desaparezca.

3. Problema de recaudación.
España, ni en los mejores años de la burbuja, ha recaudado tanto dinero como gasta actualmente. El pico máximo de recaudación se situó en los 413.000 millones, sin embargo, ahora gastamos casi 60.000 millones más. Aunque también es cierto que en España se recauda cerca del 37% sobre el PIB mientras en otros países están por encima del 40%. Todo ello a pesar de que el gobierno popular ha subido más de 40 impuestos.

4. No se pueden bajar impuestos.
Una frase que el ejecutivo popular ha recordado una y otra vez. No es cierto y Francia vuelve a servir de ejemplo. El país galo ha dejado atrás aquellos años de subidas de impuestos y aumento del gasto social porque no han servido. La nueva estrategia, la de gastar menos y bajar impuestos permite un mayor poder adquisitivo a los ciudadanos para que consuman más.

En España aquellas medidas de gasto social como el llamado ‘Plan E’, no sirvieron para mejorar la situación, más bien todo lo contrario. El gasto social inútil es el recurso político fácil para ganar votos, pero no sirve más allá que para distorsionar las cuentas públicas.

5. Economía sumergida. Es otro mantra que se escucha en el tema impuestos. España tiene una economía sumergida que es muy grande, los últimos datos hablan de 70.000 millones. Suponiendo como buenos los datos, cosa dudosa, surgen varios aspectos importantes. El primero, gran parte de la economía sumergida es obligada por una situación impositiva muy alta. Gran parte de las clases medias bajas, asfixiadas por las deudas se ven en la necesidad de defraudar el fisco tras más de 40 subidas de impuestos. El segundo aspecto es que ese dinero en situaciones de afloramiento siga en ese nivel, es decir, que es dudoso que se mantenga el mismo volumen de negocio sí se tiene que pagar impuestos.

Un tercer factor importante son los altos costes de contratación en pymes. Hay que recordar que generan cerca del 95% del empleo en España. Muchas de ellas se ven en la necesidad de utilizar esta práctica para no cerrar.

6. Lo público es gratis. El tópico recurrido de educación pública gratuita o sanidad pública gratuita que se escucha, obviamente es falso, se paga y mucho por ello. De hecho, el sueldo desde que comienza el año a 1 de enero hasta el día 10 de mayo se utiliza sólo para pagar todos los impuestos. Un total de 130 días de media necesita trabajar cada español para pagar todos sus impuestos, más de 8.000 euros. En concreto, El trabajador está destinando 3.578 euros al IRPF, 2.147 al IVA, 1.549 a la parte de la Seguridad Social que sale del salario bruto del empleado, 921 a los impuestos espe*ciales y 471 a otros impuestos. En total, destinaría 8.667 € a pagar a la Administración. Son datos del “Think tank” Civismo.

Además, la empresa del trabajador abona cerca de 7.000 euros por prestaciones sociales. Por tanto, el coste de mantener un Estado hipertrofiado es muy alto para cada contribuyente. Además, son cifras sin contar los llamados ‘copagos’ cada vez más comunes en nuestro país.

7. Alfombra roja a los autónomos.
Una de las grandes frases dichas por Mariano Rajoy. Mientras y de tapadillo se incluía en el RD 16/2013 una disposición adicional, por la que la base mínima sería extensiva a todos aquellos autónomos que administran cualquier tipo de sociedad mercantil. Tras dicha disposición, los autónomos han pasado de pagar unos 256,72 euros al mes a 314,40 euros.

El PP, que había prometido una rebaja de las cotizaciones sociales para autónomos y empresas, ocultaba una subida que representa un incremento de la cotización de cerca de un 25%.

8. España es un paraíso fiscal. Tampoco es cierto, un simple paseo por las empresas del Ibex lo deja claro. En primer lugar, el tipo efectivo sobre las ganancias sobrepasa el 20% y en el caso de empresas industriales puede alcanzar el 50%.
El informe ‘Paying Taxes’ de Price Waterhouse Cooper arroja la escalofriante cifra de que la presión fiscal total sobre beneficios empresariales es del 59% en España, frente al 41% de Europa. La fiscalidad supera con creces la media europea, como denuncian varios expertos, provocando que empresas que tenían pensado invertir en España inviertan en otro país, como por ejemplo Irlanda, que lo tiene al 12,5%.

9. Subir el Impuesto sobre sociedades. Aumentar el impuesto sobre sociedades tampoco resulta efectivo por varios motivos. El principal es que ahoga aquellas empresas que no pueden escapar de él vía cambio de domicilio o a través de un potente equipo que estudie las deducciones. Esas empresas son pymes que como ya hemos comentado generan un 70% del valor añadido en España y dan trabajo a más del 90% de los ciudadanos españoles. Otro motivo es que otras empresas más grandes cambian sus domicilios e incluso abandonan el país, cerrando fábricas y dejando millares de trabajadores en el paro. Por último, se acaba con el efecto reclamo, otras empresas que pudieran invertir en España dejan a un lado la idea porque no resulta rentable, lo que provoca que se pierdan ingresos y puestos de trabajos.

10. El estado del bienestar es insostenible.
No es cierto, aunque no es sostenible al nivel que lo conocemos. Para conseguir un estado del bienestar sostenible es necesario reducir el gasto superfluo, aquel que no se necesita y que sólo trae ineficiencias en el sistema.

Los cimientos del estado del bienestar representan cerca del 25% del PIB español, es decir, la recaudación actual está cercana al 38%. Desglosado son cerca de 250.000 millones: 46.789.649 millones en educación (datos 2012), 67.626.000 en sanidad (datos 2011) y cerca de 130.000 millones en pensiones en 2013. Tomando como buenos estos datos, que si se aplicaran ciertos métodos de eficacia podrían descender abultadamente, sobra un 13% del PIB para el resto, es decir, más de 130.000 millones.