Mi_casa_es_tu_casa
Madmaxista
Este tema no es baladí para la crisis de la vivienda.
Observando la pirámide demográfica está claro que el número de personas mayores poseen un poder de voto mayor que los jóvenes.
Ésto es fundamental para entender por qué la clase política ha tomado a los jóvenes sin vivienda como chivo expiatorio para financiar sus políticas dirigidas a un colectivo que realmente les da los votos, Y QUE NO ES LA CLASE PRODUCTIVA.
De nuevo el dicho problema generacional con el que nos enfrentamos.
http://www.elconfidencial.com/portada/indice.html
España envejece: el 27-M votarán más ciudadanos de 75 años de edad que de 25
Que la población española está envejeciendo no es ningún secreto. Lo verdaderamente relevante es a la velocidad a la que lo hace. Un dato: en las elecciones municipales y autonómicas del próximo 27 de mayo podrán participar más electores con 75 o más años que con menos de 25 años. Es la primera vez en la corta historia de la democracia española que los más longevos superan en número a los más jóvenes, lo que sin duda tendrá su impacto sobre los resultados electorales. A priori, problemas como la vivienda o la seguridad ciudadana interesan más o menos a los electorales en función de la edad del votante. La participación, igualmente, suele ser mayor entre los más viejos que entre los más jóvenes, lo que influye en el resultado electoral.
Los datos definitivos que obran en poder de la Oficina del Censo Electoral dan cuenta de un cambio sin precedentes en la estructura demográfica del país. Si en 2003 -últimas elecciones municipales y autonómicas- tenían derecho a voto 3.827.743 españoles menores de 25 años, en 2007 se ha producido un descenso espectacular, sin duda fruto de la caída en picado de la tasa de natalidad que se registró en la década de los ochenta y los primeros noventa. El próximo 27 de mayo, según los datos oficiales, únicamente están llamados a votar 3.230 273 jóvenes con menos de 25 años, lo que significa que el número de electores de menor edad ha caído en 597.470 en apenas cuatro años. O lo que es lo mismo, en esta elecciones hay un 16% menos de jóvenes. Para hacerse una idea de lo que supone este número respecto del conjunto del censo hay que tener en cuenta que representa una cantidad similar al número de electores de Guipúzcoa o Córdoba.
Por el contrario, y como consecuencia del aumento imparable de la longevidad, el número de personas con derecho a voto el 27-M mayores de 75 años ha crecido de forma espectacular. Si en 2003, pudieron participar en los comicios 3.343.427 ciudadanos mayores de esa edad, cuatro años más tarde estamos hablando ya de 3.772.374 electores. Quiere decir esto que mientras el número de jóvenes electores ha caído prácticamente en 600.000 personas en 2003, el grupo de los mayores ha crecido en 428.947 electorales. Se trata, por lo tanto, de un cambio en la estructura electoral del país sin parangón en los 30 años de democracia.
La edad media de España
Otros datos suministrados a El Confidencial por el Instituto Nacional de Estadística (INE) ponen de relieve el envejecimiento de la población española, con el consiguiente efecto sobre los resultados electorales y los programas de los partidos políticos. Si en las elecciones municipales y autonómicas del año 1999, la edad media de los españoles (sin contar los pagapensiones) era equivalente a 39,7 años; en 2003, ya se habían alcanzado los 40,7 años. Pero es que en 2006 -último año con datos cerrados- se ha alcanzado ya los 41,4 años. Es decir, que entre elección y elección la población total envejece a un ritmo de un año.
La entrada masiva de pagapensiones en los últimos años -hasta representar en estos momentos el 10% de la población- ha rebajado algo la intensidad del proceso de envejecimiento de España, pero sólo en parte. Según los datos del INE, la edad media de España con pagapensiones ha pasado de los 39,7 años de 1999 a los 40,3 años en 2003. Cifra que sube hasta los 40,6 años en 2006. Los pagapensiones, como se sabe, no tienen derecho a voto -tampoco en las municipales-, salvo los procedentes de los países de la Unión Europea y Noruega. Igualmente, también pueden votar los que tengan doble nacionalidad.
El envejecimiento de la población se pone también de manifiesto en un dato verdaderamente relevante: el número de nuevos electorales por haber cumplido 18 años entre distintos procesos electorales ha caído en picado. Hasta el extremo de que si en los comicios del año 1999 algo más de 2,47 millones de jóvenes irrumpieron en aquellas elecciones; en 2007 únicamente habrá 1,74 millones de nuevos electores. Pero es que si se compara la cifra con la que se registró en las generales de 2004 que dieron el triunfo al PSOE, el número es de únicamente 1.381.929, la cifra más baja de la democracia.
Castilla y León, la más envejecida
Un caso casi de libro es el de Castilla y León (aunque Galicia no le va a la zaga), donde el número de mujeres con más de 80 años supera en un 37% al de chicas con 25 o menos años, lo que demuestra el elevado envejecimiento de su población.
En sentido contrario, hay dos provincias españolas en las que el número de nuevo electores puede determinar el resultado de los comicios. Se trata de Madrid y Barcelona. Mientras que en la capital de España hay nada menos que 210.933 nuevos votantes (una cifra parecida al conjunto de electores de La Rioja), en la capital catalana, 174.956 jóvenes votarán por primera vez tras haber cumplidos los 18 años. De ellos dependerá el resultado electoral en las circunscripciones donde la distancia sea más estrecha.
Observando la pirámide demográfica está claro que el número de personas mayores poseen un poder de voto mayor que los jóvenes.
Ésto es fundamental para entender por qué la clase política ha tomado a los jóvenes sin vivienda como chivo expiatorio para financiar sus políticas dirigidas a un colectivo que realmente les da los votos, Y QUE NO ES LA CLASE PRODUCTIVA.
De nuevo el dicho problema generacional con el que nos enfrentamos.
http://www.elconfidencial.com/portada/indice.html
España envejece: el 27-M votarán más ciudadanos de 75 años de edad que de 25
Que la población española está envejeciendo no es ningún secreto. Lo verdaderamente relevante es a la velocidad a la que lo hace. Un dato: en las elecciones municipales y autonómicas del próximo 27 de mayo podrán participar más electores con 75 o más años que con menos de 25 años. Es la primera vez en la corta historia de la democracia española que los más longevos superan en número a los más jóvenes, lo que sin duda tendrá su impacto sobre los resultados electorales. A priori, problemas como la vivienda o la seguridad ciudadana interesan más o menos a los electorales en función de la edad del votante. La participación, igualmente, suele ser mayor entre los más viejos que entre los más jóvenes, lo que influye en el resultado electoral.
Los datos definitivos que obran en poder de la Oficina del Censo Electoral dan cuenta de un cambio sin precedentes en la estructura demográfica del país. Si en 2003 -últimas elecciones municipales y autonómicas- tenían derecho a voto 3.827.743 españoles menores de 25 años, en 2007 se ha producido un descenso espectacular, sin duda fruto de la caída en picado de la tasa de natalidad que se registró en la década de los ochenta y los primeros noventa. El próximo 27 de mayo, según los datos oficiales, únicamente están llamados a votar 3.230 273 jóvenes con menos de 25 años, lo que significa que el número de electores de menor edad ha caído en 597.470 en apenas cuatro años. O lo que es lo mismo, en esta elecciones hay un 16% menos de jóvenes. Para hacerse una idea de lo que supone este número respecto del conjunto del censo hay que tener en cuenta que representa una cantidad similar al número de electores de Guipúzcoa o Córdoba.
Por el contrario, y como consecuencia del aumento imparable de la longevidad, el número de personas con derecho a voto el 27-M mayores de 75 años ha crecido de forma espectacular. Si en 2003, pudieron participar en los comicios 3.343.427 ciudadanos mayores de esa edad, cuatro años más tarde estamos hablando ya de 3.772.374 electores. Quiere decir esto que mientras el número de jóvenes electores ha caído prácticamente en 600.000 personas en 2003, el grupo de los mayores ha crecido en 428.947 electorales. Se trata, por lo tanto, de un cambio en la estructura electoral del país sin parangón en los 30 años de democracia.
La edad media de España
Otros datos suministrados a El Confidencial por el Instituto Nacional de Estadística (INE) ponen de relieve el envejecimiento de la población española, con el consiguiente efecto sobre los resultados electorales y los programas de los partidos políticos. Si en las elecciones municipales y autonómicas del año 1999, la edad media de los españoles (sin contar los pagapensiones) era equivalente a 39,7 años; en 2003, ya se habían alcanzado los 40,7 años. Pero es que en 2006 -último año con datos cerrados- se ha alcanzado ya los 41,4 años. Es decir, que entre elección y elección la población total envejece a un ritmo de un año.
La entrada masiva de pagapensiones en los últimos años -hasta representar en estos momentos el 10% de la población- ha rebajado algo la intensidad del proceso de envejecimiento de España, pero sólo en parte. Según los datos del INE, la edad media de España con pagapensiones ha pasado de los 39,7 años de 1999 a los 40,3 años en 2003. Cifra que sube hasta los 40,6 años en 2006. Los pagapensiones, como se sabe, no tienen derecho a voto -tampoco en las municipales-, salvo los procedentes de los países de la Unión Europea y Noruega. Igualmente, también pueden votar los que tengan doble nacionalidad.
El envejecimiento de la población se pone también de manifiesto en un dato verdaderamente relevante: el número de nuevos electorales por haber cumplido 18 años entre distintos procesos electorales ha caído en picado. Hasta el extremo de que si en los comicios del año 1999 algo más de 2,47 millones de jóvenes irrumpieron en aquellas elecciones; en 2007 únicamente habrá 1,74 millones de nuevos electores. Pero es que si se compara la cifra con la que se registró en las generales de 2004 que dieron el triunfo al PSOE, el número es de únicamente 1.381.929, la cifra más baja de la democracia.
Castilla y León, la más envejecida
Un caso casi de libro es el de Castilla y León (aunque Galicia no le va a la zaga), donde el número de mujeres con más de 80 años supera en un 37% al de chicas con 25 o menos años, lo que demuestra el elevado envejecimiento de su población.
En sentido contrario, hay dos provincias españolas en las que el número de nuevo electores puede determinar el resultado de los comicios. Se trata de Madrid y Barcelona. Mientras que en la capital de España hay nada menos que 210.933 nuevos votantes (una cifra parecida al conjunto de electores de La Rioja), en la capital catalana, 174.956 jóvenes votarán por primera vez tras haber cumplidos los 18 años. De ellos dependerá el resultado electoral en las circunscripciones donde la distancia sea más estrecha.
