http://www.hoy.es/prensa/20070512/caceres/pisos-bien-fabricas-regular_20070512.html
Los pisos, bien, las fábricas, regular
J. R. ALONSO DE LA TORRE
Estos reportajes sobre los precios de los pisos gustan mucho en Cáceres. Se utilizan para medir la autoestima («mira qué bien, vivo en una zona chic»), para echar en cara una operación («ves, si hubiéramos comprado en El Vivero, ahora el piso valdría 250 euros más por metro cuadrado que aquí en La Mejostilla»), para despotricar contra la falta de sentido común del mercado («¿pero cómo es posible que cueste lo mismo un piso en El Rodeo que en la calle Argentina?»). En Cáceres, todo lo que trate de pisos se convierte inmediatamente en referencia de conversaciones y tema de discusiones, quejas y planes. Aquí, si estallara esa burbuja inmobiliaria que nunca estalla y no deja de hincharse, más que repercusiones económicas, lo que habría sería hecatombes psicológicas: ¿con qué soñaríamos, qué otro sustituto encontraríamos para satisfacer nuestro ego de 'tiburones' de charca, de brockers de 'Cánowalls Street' satisfechos de que el precio de nuestros pisos se haya multiplicado por seis en diez años? En Cáceres, el tema de los precios de los pisos pone mucho. Y mañana, en la barbacoa de la parcelina y en la paella del club social, indefectiblemente acabaremos comentando el tema: «¿Habéis leído el artículo que traía ayer el HOY sobre los pisos más caros y los más baratos?».
Sin embargo, la pasada semana, el HOY traía otra información sobre la que no he oído comentario alguno ni en los cafés de media mañana, ni en la inauguración del Perú Wellness, ni en los intermedios progre-guachis de los conciertos del Womad. El sindicato UGT avisaba de que nubarrones de incertidumbre se ciernen sobre las dos principales industrias cacereñas. El secretario regional de la Federación de Industrias y Afines (FIA-UGT), Enrique Fernández Felipe, informaba de que Induyco, por efecto de las deslocalizaciones, cuenta con 400 trabajadores en vez de los 1.000 que llegó a tener y teme que Catelsa busque implantarse en el Magreb buscando menores costes de producción. Si a ello añadimos los problemas en Atento, el panorama industrial se torna de lo más inquietante. Menos mal que nuestra primera 'industria' son los pisos y esos no hay quien los deslocalice.