Malos tiempos para la industria: su peso respecto al PIB baja a niveles históricos y sigue perdiendo empleo
La industria en España pierde fuelle. Y lo hace de una forma verdaderamente acelerada. Los últimos datos de la Contabilidad Nacional indican que el peso de la industria respecto del Producto Interior Bruto -a precios corrientes- se situó el año pasado en el 13,4%, el nivel más bajo de su reciente historia económica.
Lo más relevante, sin embargo, es la velocidad de deterioro de este proceso de desindustrialización del país, toda vez que hace pocos años -en 2000- la industria representaba el 16,4% del PIB. Es decir, su peso ha caído en medio punto del Producto Interior Bruto cada año desde que empezó el siglo. Y hay que tener en cuenta que cada punto del PIB equivale a unos 10.000 millones de euros.
Los datos de la Contabilidad Nacional ponen de relieve que ese espacio que ha dejado de ocupar la industria lo ha conquistado la construcción, cuyo peso respecto al conjunto de la actividad económica no ha dejado de crecer, hasta representar en 2006 el 10,9% del PIB, es decir 3,4 puntos porcentuales más que en el año 2000. El sector servicios, por su parte, se ha mantenido básicamente igual -ha bajado del 60,1% al 59,8%-, mientras que la agricultura -literalmente- se ha desplomado. De representar un 4 por ciento en el año 2000 ha pasado a un 2,8%, lo que significa que en tan corto periodo de tiempo ha perdido más de la cuarta parte de su presencia en la economía.
Repercusión en el empleo
Estos cambios en la estructura del PIB han tenido, como es lógico, importantes consecuencias desde el punto de vista del empleo. Si en 2005, hace apenas un par de años, 17,6 de cada 100 puestos de trabajo que tenía la economía española estaban relacionados con la industria, en estos momentos, y según los datos de la Encuesta de Población Activa publicada el pasado viernes por el INE, su peso ha caído hasta el 16,3%. La construcción, por el contrario, ha seguido la trayectoria inversa, toda vez que su peso respecto al conjunto de la ocupación ha crecido exactamente un punto, hasta el 13,3%, en coherencia con su mayor presencia en la actividad económica. El empleo en la construcción crece tres veces más que en el conjunto de la economía.
Los datos de empleo industrial han sido especialmente adversos en la última Encuesta de Población Activa, que recoge una destrucción de 54.500 puestos de trabajo en el primer trimestre de este año respecto a los últimos tres meses de 2007. No se trata, como pudiera interpretarse, de un fenómeno coyuntural, ya que en los últimos 12 meses se han destruido 8.300 empleos industriales, lo que choca con el hecho de que la economía española haya sido capaz de crear en ese mismo periodo más de 669.000 empleos.
Lo más paradójico, con todo, es que esa pérdida de puestos de trabajo, cuando la economía crece un 4%, coincide en el tiempo con una clara recuperación de las economías a las que, en teoría, se dirigen las exportaciones industriales españoles, principalmente Alemania. Eso quiere decir que si no fuera por esta circunstancia cíclica y coyuntural, la industria continuaría perdiendo peso respecto al conjunto de la economía de una forma más acelerada.
En la actualidad, y según la última EPA. 3,26 millones de personas trabajan en la industria, un 0,25% menos que hace un año, cuando el empleo en el conjunto de la economía ha crecido un 3,45%, y todo ello, como se ha dicho, pese a la recuperación de las exportaciones por razones cíclicas.
cotizalia
La industria en España pierde fuelle. Y lo hace de una forma verdaderamente acelerada. Los últimos datos de la Contabilidad Nacional indican que el peso de la industria respecto del Producto Interior Bruto -a precios corrientes- se situó el año pasado en el 13,4%, el nivel más bajo de su reciente historia económica.
Lo más relevante, sin embargo, es la velocidad de deterioro de este proceso de desindustrialización del país, toda vez que hace pocos años -en 2000- la industria representaba el 16,4% del PIB. Es decir, su peso ha caído en medio punto del Producto Interior Bruto cada año desde que empezó el siglo. Y hay que tener en cuenta que cada punto del PIB equivale a unos 10.000 millones de euros.
Los datos de la Contabilidad Nacional ponen de relieve que ese espacio que ha dejado de ocupar la industria lo ha conquistado la construcción, cuyo peso respecto al conjunto de la actividad económica no ha dejado de crecer, hasta representar en 2006 el 10,9% del PIB, es decir 3,4 puntos porcentuales más que en el año 2000. El sector servicios, por su parte, se ha mantenido básicamente igual -ha bajado del 60,1% al 59,8%-, mientras que la agricultura -literalmente- se ha desplomado. De representar un 4 por ciento en el año 2000 ha pasado a un 2,8%, lo que significa que en tan corto periodo de tiempo ha perdido más de la cuarta parte de su presencia en la economía.
Repercusión en el empleo
Estos cambios en la estructura del PIB han tenido, como es lógico, importantes consecuencias desde el punto de vista del empleo. Si en 2005, hace apenas un par de años, 17,6 de cada 100 puestos de trabajo que tenía la economía española estaban relacionados con la industria, en estos momentos, y según los datos de la Encuesta de Población Activa publicada el pasado viernes por el INE, su peso ha caído hasta el 16,3%. La construcción, por el contrario, ha seguido la trayectoria inversa, toda vez que su peso respecto al conjunto de la ocupación ha crecido exactamente un punto, hasta el 13,3%, en coherencia con su mayor presencia en la actividad económica. El empleo en la construcción crece tres veces más que en el conjunto de la economía.
Los datos de empleo industrial han sido especialmente adversos en la última Encuesta de Población Activa, que recoge una destrucción de 54.500 puestos de trabajo en el primer trimestre de este año respecto a los últimos tres meses de 2007. No se trata, como pudiera interpretarse, de un fenómeno coyuntural, ya que en los últimos 12 meses se han destruido 8.300 empleos industriales, lo que choca con el hecho de que la economía española haya sido capaz de crear en ese mismo periodo más de 669.000 empleos.
Lo más paradójico, con todo, es que esa pérdida de puestos de trabajo, cuando la economía crece un 4%, coincide en el tiempo con una clara recuperación de las economías a las que, en teoría, se dirigen las exportaciones industriales españoles, principalmente Alemania. Eso quiere decir que si no fuera por esta circunstancia cíclica y coyuntural, la industria continuaría perdiendo peso respecto al conjunto de la economía de una forma más acelerada.
En la actualidad, y según la última EPA. 3,26 millones de personas trabajan en la industria, un 0,25% menos que hace un año, cuando el empleo en el conjunto de la economía ha crecido un 3,45%, y todo ello, como se ha dicho, pese a la recuperación de las exportaciones por razones cíclicas.
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