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hasta vuestro amigo Trichet lo reconoce, si es que no hay más ciego que el que no quiera ver...
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, advierte de que “el nivel de inversión en España es muy alto y no es necesariamente sostenible”. También avisa al de que “es esencial aumentar la productividad a través de nuevas reformas estructurales”
Trascripción de la entrevista de EXPANSIÓN y otros tres periódicos europeos –‘La Repubblica’ de Italia, ‘The Irish Independent’ de Irlanda y ‘Dvenik’ de Eslovenia – con el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet.
La entrevista, que se celebró el pasado martes en Francfort, se publica hoy por acuerdo con el BCE.
Según las normas habituales del banco central para entrevistas con su presidente, los periódicos facilitaron días antes un cuestionario previo y el BCE tuvo la oportunidad de revisar y modificar la trascripción y la traducción de la entrevista.
Pregunta: Una reciente encuesta muestra una honda desilusión entre los europeos con el euro, especialmente debido a las subidas de precios. ¿Cuál es su evaluación?
Respuesta: Los europeos nos están diciendo que mantengamos la estabilidad de precios. No dicen: “Apoyamos su labor en mantener los precios estables”. Y añaden: “No estamos seguros de que estemos disfrutando de una perfecta estabilidad de precios”. Esto último no debe ser interpretado de forma negativa; significa en realidad: “Apoyamos su mandato”. Como botón de muestra, un resultado esclarecedor de una reciente encuesta: el 73% de los ciudadanos de la zona del euro apoyan la independencia del BCE para asegurar la estabilidad de precios.
P.: Recientemente ha dicho que las subidas de los salarios son el mayor riesgo para la inflación. Por ahora, los salarios están aumento sólo lentamente. ¿Por qué está preocupado?
R.: Creemos que la negociación salarial debe ser resuelta por los agentes sociales teniendo en cuenta tres parámetros. Primero: el nivel de paro. Con varios países todavía sufriendo un desempleo masivo, es importante que tengamos subidas moderadas que permitan la creación de empleo más activa posible. Segundo: el nivel de los costes laborales unitarios es muy importante. Si éstos apuntan a una pérdida de competitividad en un país –por ejemplo, su cuota de mercado dentro de la zona del euro disminuye– entonces es necesaria una moderación salarial para reestablecer la competitividad. Tercero: se debe tener en cuenta el nivel de productividad laboral, para preservar la competitividad. No hay una receta única, pero tomando todo en cuenta, creemos que es esencial una moderación salarial en la zona del euro.
P.: El BCE ha apuntado que hay riesgos al alza para la inflación en 2008. ¿Han aumento éstos en los últimos tres meses?
R.: En opinión del Consejo de Gobierno del BCE las perspectivas para la inflación a medio plazo siguen caracterizadas por riesgos al alza
P.: ¿Hay margen para que el BCE revise su actual objetivo de inflación?
R.: En extraordinariamente importante anclar las expectativas de inflación, no sólo a medio plazo, sino también a largo plazo. El remarcable éxito del BCE ha sido anclar esas expectativas desde el comienzo en línea con su definición de estabilidad de precios: menos, pero cerca, del 2%. Eso ha creado un entorno financiero favorable para el crecimiento y la creación de empleo. No hay ningún motivo en absoluto para cambiar nuestra definición de estabilidad de precios.
P.: La OECD ha señalado que la inflación en la zona del euro “está totalmente bajo control”. ¿Se equivoca?
R.: Cada institución hace su análisis. Pero hoy la OCDE está respaldando todas las decisiones monetarias del BCE desde diciembre de 2005, cuando comenzamos a subir los tipos de interés. No creo que se puede interpretar el reciente análisis de la OCDE como una contradicción con nuestras decisiones.
P.: Los mercados financieros no apuestan al ciento por ciento por nuevas subidas de tipos, especialmente en junio. ¿Son esas expectativas diferentes a las del BCE?
R.: Ciertamente no comento a diario sobre las probabilidades que da el mercado, que oscilan al alza y a la baja. Pero confirmo que nuestro análisis muestra que la política monetaria sigue siendo acomodaticia, con los tipos de interés en niveles moderados, y el crecimiento del dinero en circulación y el crédito vigoroso. Por tanto, actuar con firmeza en el momento oportuno resulta esencial para garantizar la estabilidad de precios a medio plazo. Somos totalmente transparentes en nuestra definición de estabilidad de precios. No todos los bancos centrales son tan transparentes como nosotros. Tenemos un mandato y un concepto de política monetaria muy claro. Por eso, todos los observadores saben que haremos todo lo necesario para asegurar la estabilidad de precios.
P.: El mercado ha interpretado tras la última reunión del BCE que el fin del ciclo de subidas de tipos está cerca. ¿Es cierto?
R.: Un número de observadores han tomado buena nota del cambio de nuestro lenguaje, desde tipos de interés “bajos” a “moderados” y desde “acomodaticia” a “sigue siendo acomodaticia”. Era la intención del BCE hacer esos ligeros retoques. Sobre las futuras decisiones: haremos todo lo necesario para asegurar la estabilidad de precios.
P.: ¿Cuánta importancia da el BCE a las medidas de capacidad excedentaria? ¿Cuál es su estimación del crecimiento potencial de la zona del euro?
R.: Nuestro concepto de política monetaria se centra en contener los riesgos de inflación a medio plazo y proporcionar estabilidad de precios. No nos centramos en medidas de capacidad excedentaria, o Nairu, o un teórico nivel neutro de los tipos de interés. Nuestra política se guía por cómo juzgamos los riesgos para la estabilidad de precios basándonos en dos pilares: el análisis económico y el análisis monetario. Al hacerlo, no somos prisioneros de ningún modelo; por el contrario, buscamos un análisis tan completo como es posible para tomar la mejor decisión en situaciones siempre muy complejas. Con respecto al crecimiento potencial, en este momento no creemos que sea el momento de incrementar nuestra anterior estimación, situada en el entorno del 2% al 2,25%. No obstante, estamos estudiando cuidadosamente la evolución de la productividad, que es uno de los factores más importante para el potencial.
P.: ¿Qué explica el actual fuerte crecimiento en Europa? ¿Es el primer resultado de las reformas estructurales?
R.: El actual fuerte crecimiento en Europa es, con seguridad, básicamente cíclico. Es importante ver que estamos en medio de un clima de fuerte crecimiento global. Pero también es cierto que algunas reformas estructurales están dando sus resultados, en particular aquellas destinadas a estimular la participación laboral y la creación de empleo, sobre todo entre los parados sin formación.
Desde la adopción del euro, en enero de 1999, hemos creados más de 12 millones de nuevos puestos de trabajo, frente a menos de tres millones en los ocho años previos a la entrada del euro. Merece la pena resaltar que la creación de empleo entre 1999 y 2007 ha sido mayor en Europa que en Estados Unidos. Pese a ello, no es momento de complacencia. Todavía sufrimos paro masivo.
Las reformas estructurales nos permitirán no sólo crear empleo, pero también aumentar la productividad laboral, clave para permitir un aumento del potencial de crecimiento a medio y largo plazo. Todavía no vemos un incremento de la productividad, pero estamos analizando cuidadosamente las últimas tendencias. Permítame añadir que una de las principales lecciones del pasado es que en momentos de crecimiento alentador –el año pasado lo fue y este y el que viene también serán ejercicios de alentador crecimiento– es muy importante allanar el camino para el mejor de los futuros practicando una política fiscal prudente.
P.: ¿Qué lecciones extrae de la reciente turbulencia bursátil? ¿Hay más peligros en los mercados financieros?
R.: No debemos olvidar un punto de partida importante: las correcciones tuvieron lugar en un entorno de crecimiento económico global muy alentador. La reciente corrección es un recordatorio muy útil del hecho de que es muy importante medir apropiadamente los riesgos. Todos los inversores deben recordarlo. No es sorprendente que las mayores correcciones se hayan producido en aquellos mercados que han registrado sustanciales ganancias en las últimas semanas y meses. El BCE, como otros bancos, seguirá realizando un atento seguimiento de la situación: los cambios suaves y ordenados siempre son preferibles a aquellas correcciones abruptas y agudas, que no son bienvenidas.
P.: La presión política cuestionando la independencia del BCE está aumentado, sobre todo en Francia. ¿Está preocupado?
R.: Una mayoría de los ciudadanos europeos dicen que es bueno que el banco central sea independiente para asegurar la estabilidad de precios. El apoyo en Francia es exactamente igual a la media de la zona del euro: un 73%. ¡Tres de cada cuatro ciudadanos! Todas nuestras democracias alcanzaron un consenso multipartidista y multinacional para otorgar al BCE su independencia. Por lo tanto, no estoy preocupado.
P.: ¿Se siente contrariado que los ataques partan, en su mayoría, desde Francia, su país natal?
R.: En Francia, la decisión de otorgar la independencia al Banco de Francia fue especialmente solemne porque requirió modificar la constitución de la quinta república –la constitución del general De Gaulle– por una mayoría de tres quintos en ambas cámaras del Parlamento. Y después, los franceses votaron a favor de la independencia incorporada en el Tratado de Maastricht.
P.: Los críticos a menudo se centran en el hecho de que la Reserva Federal de Estados Unidos tiene un doble mandato –crecimiento e inflación–, mientras que el BCE no. ¿Hay alguna posibilidad de un cambio en el del BCE?
R.: El hecho de que nuestro mandato primordial sea la estabilidad de precios ha sido aprobado por todas las democracias de la zona del euro. Añadiré que la visión de todos los bancos centrales en el mundo es que la estabilidad de precios es una condición necesaria para un crecimiento sostenible y creación de empleo. Esa es la razón por la que tantos bancos centrales en los países industrializados y emergentes tienen un concepto directo de objetivo de inflación. Ese es el caso de Londres, Estocolmo, Ottawa, Ciudad de México, Brasilia y, claro, Fráncfort. Mis colegas estadounidenses, hoy Ben Bernanke, y en el pasado Alan Greenspan, siempre dicen que “la estabilidad de precios es una precondición para el crecimiento sostenible y la creación de empleo”.
P.: ¿Cuál es su consejo a los gobiernos de países como España o Irlanda que se enfrentan a tasas de inflación y crecimiento por encima de la media de la región?
R.: En un área monetaria común, las decisiones del banco central se toman teniendo en cuenta la situación general de la región: los 317 millones de personas. De igual forma, la Reserva Federal toma sus decisiones bajo la base de un área de 300 millones de ciudadanos, no de lo que ocurre en California, Carolina del Sur o Alaska, donde hay dispersiones de crecimiento similares a las de Europa. Por supuesto, lo que se necesitan son políticas nacionales apropiadas a las situaciones domésticas. Por eso estamos pidiendo políticas fiscales prudentes, algo que es especialmente válido para España e Irlanda, y ambos países están haciéndolo. También pedimos incrementos salariales responsables, ya que eso es crucial para no perder competitividad en episodios boyantes del ciclo. Finalmente, pedimos una política de reformas estructurales tan activa como sea posible para incrementar el crecimiento potencial y mantener bajos los costes laborales unitarios.
P.: ¿Está preocupado por el encarecimiento de la vivienda en España e Irlanda? ¿Es el auge inmobiliario en ambos países un riesgo para la estabilidad en Europa?
R.: El BCE mira el conjunto del mercado inmobiliario europeo, no allí o aquí, España o Irlanda. En la zona del euro, observamos un mercado con un crecimiento de los préstamos hipotecarios muy dinámico, del 9,4% en los últimos doce meses. Ese dinamismo fue uno de los elementos que el Consejo de Gobierno tomó en consideración en su toma de decisiones. Además, diré que todo aquello que se puede hacer por parte de los países para contener estos adversos acontecimientos será alentador. Pero permítame resaltar que estamos viendo una cierta desaceleración de los mercados inmobiliarios nacionales, en particular en España.
P.: España sufre el segundo mayor déficit por cuenta corriente, en términos nominales, de todo el mundo, sólo por detrás de Estados Unidos. ¿Está el BCE preocupado porque eso sea una señal de que su crecimiento no es sostenible?
R.: Esta situación requiere un cauto y atento examen. Hay que observar el nivel de ahorro como porcentaje del PIB, que no es besugo, y el nivel de inversión. Claramente, España tiene un nivel de inversión muy alto, que no es necesariamente sostenible a largo plazo, debido a los enormes volúmenes de financiación tanto doméstica como externa que se están canalizando, sobre todo, al mercado inmobiliario. Hay que poner las cifras de déficit por cuenta corriente en ese contexto, y también en el de un episodio del ciclo económico muy dinámico. Dicho esto, hacemos un llamamiento, no sólo a España, a una política fiscal lo más prudente posible, con grandes superávit públicos, y la mayor de las posibles responsabilidades a los agentes sociales a la hora de fijar los salarios, para tratar de contener la tendencia al crecimiento desequilibrado.
P.: ¿Cuál es su recomendación a las autoridades españolas?
R.: Que continúen con una política fiscal lo más prudente posible. Esa parte de la política nacional es la vía más importante para moderar los desequilibrios. También deben continuar observando cuidadosamente la evolución de los costes laborales y la productividad laboral. Es esencial aumentar la productividad laboral a través de reformas estructurales.
http://www.expansion.com/edicion/expansion/economia_y_politica/es/desarrollo/847096.html
El presidente del BCE, Jean-Claude Trichet, advierte de que “el nivel de inversión en España es muy alto y no es necesariamente sostenible”. También avisa al de que “es esencial aumentar la productividad a través de nuevas reformas estructurales”
Trascripción de la entrevista de EXPANSIÓN y otros tres periódicos europeos –‘La Repubblica’ de Italia, ‘The Irish Independent’ de Irlanda y ‘Dvenik’ de Eslovenia – con el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet.
La entrevista, que se celebró el pasado martes en Francfort, se publica hoy por acuerdo con el BCE.
Según las normas habituales del banco central para entrevistas con su presidente, los periódicos facilitaron días antes un cuestionario previo y el BCE tuvo la oportunidad de revisar y modificar la trascripción y la traducción de la entrevista.
Pregunta: Una reciente encuesta muestra una honda desilusión entre los europeos con el euro, especialmente debido a las subidas de precios. ¿Cuál es su evaluación?
Respuesta: Los europeos nos están diciendo que mantengamos la estabilidad de precios. No dicen: “Apoyamos su labor en mantener los precios estables”. Y añaden: “No estamos seguros de que estemos disfrutando de una perfecta estabilidad de precios”. Esto último no debe ser interpretado de forma negativa; significa en realidad: “Apoyamos su mandato”. Como botón de muestra, un resultado esclarecedor de una reciente encuesta: el 73% de los ciudadanos de la zona del euro apoyan la independencia del BCE para asegurar la estabilidad de precios.
P.: Recientemente ha dicho que las subidas de los salarios son el mayor riesgo para la inflación. Por ahora, los salarios están aumento sólo lentamente. ¿Por qué está preocupado?
R.: Creemos que la negociación salarial debe ser resuelta por los agentes sociales teniendo en cuenta tres parámetros. Primero: el nivel de paro. Con varios países todavía sufriendo un desempleo masivo, es importante que tengamos subidas moderadas que permitan la creación de empleo más activa posible. Segundo: el nivel de los costes laborales unitarios es muy importante. Si éstos apuntan a una pérdida de competitividad en un país –por ejemplo, su cuota de mercado dentro de la zona del euro disminuye– entonces es necesaria una moderación salarial para reestablecer la competitividad. Tercero: se debe tener en cuenta el nivel de productividad laboral, para preservar la competitividad. No hay una receta única, pero tomando todo en cuenta, creemos que es esencial una moderación salarial en la zona del euro.
P.: El BCE ha apuntado que hay riesgos al alza para la inflación en 2008. ¿Han aumento éstos en los últimos tres meses?
R.: En opinión del Consejo de Gobierno del BCE las perspectivas para la inflación a medio plazo siguen caracterizadas por riesgos al alza
P.: ¿Hay margen para que el BCE revise su actual objetivo de inflación?
R.: En extraordinariamente importante anclar las expectativas de inflación, no sólo a medio plazo, sino también a largo plazo. El remarcable éxito del BCE ha sido anclar esas expectativas desde el comienzo en línea con su definición de estabilidad de precios: menos, pero cerca, del 2%. Eso ha creado un entorno financiero favorable para el crecimiento y la creación de empleo. No hay ningún motivo en absoluto para cambiar nuestra definición de estabilidad de precios.
P.: La OECD ha señalado que la inflación en la zona del euro “está totalmente bajo control”. ¿Se equivoca?
R.: Cada institución hace su análisis. Pero hoy la OCDE está respaldando todas las decisiones monetarias del BCE desde diciembre de 2005, cuando comenzamos a subir los tipos de interés. No creo que se puede interpretar el reciente análisis de la OCDE como una contradicción con nuestras decisiones.
P.: Los mercados financieros no apuestan al ciento por ciento por nuevas subidas de tipos, especialmente en junio. ¿Son esas expectativas diferentes a las del BCE?
R.: Ciertamente no comento a diario sobre las probabilidades que da el mercado, que oscilan al alza y a la baja. Pero confirmo que nuestro análisis muestra que la política monetaria sigue siendo acomodaticia, con los tipos de interés en niveles moderados, y el crecimiento del dinero en circulación y el crédito vigoroso. Por tanto, actuar con firmeza en el momento oportuno resulta esencial para garantizar la estabilidad de precios a medio plazo. Somos totalmente transparentes en nuestra definición de estabilidad de precios. No todos los bancos centrales son tan transparentes como nosotros. Tenemos un mandato y un concepto de política monetaria muy claro. Por eso, todos los observadores saben que haremos todo lo necesario para asegurar la estabilidad de precios.
P.: El mercado ha interpretado tras la última reunión del BCE que el fin del ciclo de subidas de tipos está cerca. ¿Es cierto?
R.: Un número de observadores han tomado buena nota del cambio de nuestro lenguaje, desde tipos de interés “bajos” a “moderados” y desde “acomodaticia” a “sigue siendo acomodaticia”. Era la intención del BCE hacer esos ligeros retoques. Sobre las futuras decisiones: haremos todo lo necesario para asegurar la estabilidad de precios.
P.: ¿Cuánta importancia da el BCE a las medidas de capacidad excedentaria? ¿Cuál es su estimación del crecimiento potencial de la zona del euro?
R.: Nuestro concepto de política monetaria se centra en contener los riesgos de inflación a medio plazo y proporcionar estabilidad de precios. No nos centramos en medidas de capacidad excedentaria, o Nairu, o un teórico nivel neutro de los tipos de interés. Nuestra política se guía por cómo juzgamos los riesgos para la estabilidad de precios basándonos en dos pilares: el análisis económico y el análisis monetario. Al hacerlo, no somos prisioneros de ningún modelo; por el contrario, buscamos un análisis tan completo como es posible para tomar la mejor decisión en situaciones siempre muy complejas. Con respecto al crecimiento potencial, en este momento no creemos que sea el momento de incrementar nuestra anterior estimación, situada en el entorno del 2% al 2,25%. No obstante, estamos estudiando cuidadosamente la evolución de la productividad, que es uno de los factores más importante para el potencial.
P.: ¿Qué explica el actual fuerte crecimiento en Europa? ¿Es el primer resultado de las reformas estructurales?
R.: El actual fuerte crecimiento en Europa es, con seguridad, básicamente cíclico. Es importante ver que estamos en medio de un clima de fuerte crecimiento global. Pero también es cierto que algunas reformas estructurales están dando sus resultados, en particular aquellas destinadas a estimular la participación laboral y la creación de empleo, sobre todo entre los parados sin formación.
Desde la adopción del euro, en enero de 1999, hemos creados más de 12 millones de nuevos puestos de trabajo, frente a menos de tres millones en los ocho años previos a la entrada del euro. Merece la pena resaltar que la creación de empleo entre 1999 y 2007 ha sido mayor en Europa que en Estados Unidos. Pese a ello, no es momento de complacencia. Todavía sufrimos paro masivo.
Las reformas estructurales nos permitirán no sólo crear empleo, pero también aumentar la productividad laboral, clave para permitir un aumento del potencial de crecimiento a medio y largo plazo. Todavía no vemos un incremento de la productividad, pero estamos analizando cuidadosamente las últimas tendencias. Permítame añadir que una de las principales lecciones del pasado es que en momentos de crecimiento alentador –el año pasado lo fue y este y el que viene también serán ejercicios de alentador crecimiento– es muy importante allanar el camino para el mejor de los futuros practicando una política fiscal prudente.
P.: ¿Qué lecciones extrae de la reciente turbulencia bursátil? ¿Hay más peligros en los mercados financieros?
R.: No debemos olvidar un punto de partida importante: las correcciones tuvieron lugar en un entorno de crecimiento económico global muy alentador. La reciente corrección es un recordatorio muy útil del hecho de que es muy importante medir apropiadamente los riesgos. Todos los inversores deben recordarlo. No es sorprendente que las mayores correcciones se hayan producido en aquellos mercados que han registrado sustanciales ganancias en las últimas semanas y meses. El BCE, como otros bancos, seguirá realizando un atento seguimiento de la situación: los cambios suaves y ordenados siempre son preferibles a aquellas correcciones abruptas y agudas, que no son bienvenidas.
P.: La presión política cuestionando la independencia del BCE está aumentado, sobre todo en Francia. ¿Está preocupado?
R.: Una mayoría de los ciudadanos europeos dicen que es bueno que el banco central sea independiente para asegurar la estabilidad de precios. El apoyo en Francia es exactamente igual a la media de la zona del euro: un 73%. ¡Tres de cada cuatro ciudadanos! Todas nuestras democracias alcanzaron un consenso multipartidista y multinacional para otorgar al BCE su independencia. Por lo tanto, no estoy preocupado.
P.: ¿Se siente contrariado que los ataques partan, en su mayoría, desde Francia, su país natal?
R.: En Francia, la decisión de otorgar la independencia al Banco de Francia fue especialmente solemne porque requirió modificar la constitución de la quinta república –la constitución del general De Gaulle– por una mayoría de tres quintos en ambas cámaras del Parlamento. Y después, los franceses votaron a favor de la independencia incorporada en el Tratado de Maastricht.
P.: Los críticos a menudo se centran en el hecho de que la Reserva Federal de Estados Unidos tiene un doble mandato –crecimiento e inflación–, mientras que el BCE no. ¿Hay alguna posibilidad de un cambio en el del BCE?
R.: El hecho de que nuestro mandato primordial sea la estabilidad de precios ha sido aprobado por todas las democracias de la zona del euro. Añadiré que la visión de todos los bancos centrales en el mundo es que la estabilidad de precios es una condición necesaria para un crecimiento sostenible y creación de empleo. Esa es la razón por la que tantos bancos centrales en los países industrializados y emergentes tienen un concepto directo de objetivo de inflación. Ese es el caso de Londres, Estocolmo, Ottawa, Ciudad de México, Brasilia y, claro, Fráncfort. Mis colegas estadounidenses, hoy Ben Bernanke, y en el pasado Alan Greenspan, siempre dicen que “la estabilidad de precios es una precondición para el crecimiento sostenible y la creación de empleo”.
P.: ¿Cuál es su consejo a los gobiernos de países como España o Irlanda que se enfrentan a tasas de inflación y crecimiento por encima de la media de la región?
R.: En un área monetaria común, las decisiones del banco central se toman teniendo en cuenta la situación general de la región: los 317 millones de personas. De igual forma, la Reserva Federal toma sus decisiones bajo la base de un área de 300 millones de ciudadanos, no de lo que ocurre en California, Carolina del Sur o Alaska, donde hay dispersiones de crecimiento similares a las de Europa. Por supuesto, lo que se necesitan son políticas nacionales apropiadas a las situaciones domésticas. Por eso estamos pidiendo políticas fiscales prudentes, algo que es especialmente válido para España e Irlanda, y ambos países están haciéndolo. También pedimos incrementos salariales responsables, ya que eso es crucial para no perder competitividad en episodios boyantes del ciclo. Finalmente, pedimos una política de reformas estructurales tan activa como sea posible para incrementar el crecimiento potencial y mantener bajos los costes laborales unitarios.
P.: ¿Está preocupado por el encarecimiento de la vivienda en España e Irlanda? ¿Es el auge inmobiliario en ambos países un riesgo para la estabilidad en Europa?
R.: El BCE mira el conjunto del mercado inmobiliario europeo, no allí o aquí, España o Irlanda. En la zona del euro, observamos un mercado con un crecimiento de los préstamos hipotecarios muy dinámico, del 9,4% en los últimos doce meses. Ese dinamismo fue uno de los elementos que el Consejo de Gobierno tomó en consideración en su toma de decisiones. Además, diré que todo aquello que se puede hacer por parte de los países para contener estos adversos acontecimientos será alentador. Pero permítame resaltar que estamos viendo una cierta desaceleración de los mercados inmobiliarios nacionales, en particular en España.
P.: España sufre el segundo mayor déficit por cuenta corriente, en términos nominales, de todo el mundo, sólo por detrás de Estados Unidos. ¿Está el BCE preocupado porque eso sea una señal de que su crecimiento no es sostenible?
R.: Esta situación requiere un cauto y atento examen. Hay que observar el nivel de ahorro como porcentaje del PIB, que no es besugo, y el nivel de inversión. Claramente, España tiene un nivel de inversión muy alto, que no es necesariamente sostenible a largo plazo, debido a los enormes volúmenes de financiación tanto doméstica como externa que se están canalizando, sobre todo, al mercado inmobiliario. Hay que poner las cifras de déficit por cuenta corriente en ese contexto, y también en el de un episodio del ciclo económico muy dinámico. Dicho esto, hacemos un llamamiento, no sólo a España, a una política fiscal lo más prudente posible, con grandes superávit públicos, y la mayor de las posibles responsabilidades a los agentes sociales a la hora de fijar los salarios, para tratar de contener la tendencia al crecimiento desequilibrado.
P.: ¿Cuál es su recomendación a las autoridades españolas?
R.: Que continúen con una política fiscal lo más prudente posible. Esa parte de la política nacional es la vía más importante para moderar los desequilibrios. También deben continuar observando cuidadosamente la evolución de los costes laborales y la productividad laboral. Es esencial aumentar la productividad laboral a través de reformas estructurales.
http://www.expansion.com/edicion/expansion/economia_y_politica/es/desarrollo/847096.html
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