TOKIO.- La mayor quiebra de la historia económica japonesa desde 1945 arrastró ayer a los mercados valores de medio mundo, pero sobre todo puso bajo sospecha a todo el sistema financiero nipón.
La voz de alarma sonó cuando el director ejecutivo del banco de inversión Yamaichi Securities, Shohei Nozawa, declaró a los periodistas entre lágrimas y palabras de disculpa la liquidación voluntaria de la centenaria casa de valores. La firma, que cumplía precisamente este año su centenario, era la cuarta sociedad de valores de Japón y venía arrastrando un pasivo de más de tres billones de yenes (3.5 billones de pesetas). Yamaichi tenía 117 sucursales en todo Japón y 31 oficinas en el extranjero. Su plantilla alcanza los 7.330 empleados.
Las oficinas de Yamaichi Securities atenderán a sus clientes a partir de hoy con el fin de comenzar la liquidación de su cartera. Los clientes sólo podrán retirar valores o cambiarlos en moneda, pero no podrán realizar inversiones ni menos abrir nuevas cuentas. De este modo, las operaciones continuarán de manera restringida hasta su completa liquidación.
Las dudas acerca del plan de liquidación se centran en el monto total de las deudas. Según una investigación reciente del Ministerio de Finanzas, la firma venía ocultando de su balance deudas por 260.000 millones de yenes (unos 310.000 millones de pesetas), a través de una compleja práctica ilegal conocida por su término japonés tobashi, un método utilizado para que las pérdidas desaparezcan temporalmente de la contabilidad de la empresa. Aún más, fuentes de Yamaichi Securities revelaron que el banco de inversiones había creado firmas tapaderas en las Islas Caimán, posesiones británicas en el Caribe, con el fin de eludir los controles contables de las autoridades.
ESTABILIDAD.- Aunque se desconozcan con exactitud las deudas, el primer ministro, Ryutaro Hashimoto, aseguró que el Banco de Japón proveería créditos especiales en caso necesario, con el propósito de dar estabilidad al sector financiero.
Yamaichi se suma este año a las bancarrotas de Hokkaido, el décimo banco comercial del país; la aseguradora Nissan Mutual Life; algunas filiales del banco Nippon Credit Bank; y el banco de inversión Sanyo Securities.
A pesar de que sus activos superan los pasivos y de que técnicamente no se puede hablar de bancarrota, Yamaichi atravesaba por una crisis de liquidez, la que no pudo superar, debido a la desconfianza que sus oscuras operaciones produjeron tanto en los inversores como en su principal aliado comercial, el banco Fuji. Hace una semana, el banco Fuji se negó a extender nuevos créditos a la casa de valores ante la sospecha de que tuviera deudas mayores a las declaradas, según informó el lunes la televisión pública japonesa.
Los problemas de Yamaichi comenzaron en agosto, cuando su ex presidente, Yasuo Miki, tuvo que renunciar y fue arrestado tras admitir que el banco de inversiones compensó sistemáticamente las pérdidas financieras sufridas por un grupo mafioso encabezado por Ryuichi Koike, quien mantenía una cuenta en la hasta entonces reputada casa de valores.
LA CALIFICACION.- El mayor golpe lo recibió el viernes, cuando la agencia de calificación Moody's relegó las obligaciones emitidas por la prestigiosa sociedad japonesa al rango de junk bond, una decisión que encareció los costos de refinanciación de la empresa financiera.
Las quiebras de firmas financieras y empresas de primera línea dejan este año a miles de parados. A los 7.330 empleados de Yamaichi Securities se suman 5.510 del Banco de Desarrollo de Hokkaido, 2.760 del banco de inversión Sanyo Securities y 1.200 empleados de la corporación Yaohan Japan.
En términos generales, se cree que las quiebras se deben a las reformas financieras impulsadas por el primer ministro Hashimoto, las que entrarán en vigor el año próximo. Las instituciones financieras que antes actuaban en forma conjunta miran ahora por el rabillo del ojo a la competencia, y los bancos se cuidan de otorgar créditos cuando sus propias acciones van en bajada en la Bolsa.
La pregunta que se hacen los economistas es cuántas firmas pasan por la misma situación que Yamaichi. O lo que es lo mismo, cuántas tienen deudas millonarias que no aparecen en los balances.