Durmiente
Madmaxista
- Desde
- 7 Ene 2007
- Mensajes
- 4.183
- Reputación
- 1.987
La sociedad española ha sido tradicionalmente una sociedad rural y preindustrial, que ha valorado como única fuente tangible de riqueza la posesión de la tierra.
A partir de los años 60 se produce el éxodo rural: grandes masas de población cambian su lugar de residencia, alentados por los puestos de trabajo que les ofrece una incipiente industria, en las grandes ciudades.
Estos ciudadanos que se trasladan de lugar de residencia, fascinados por las posibilidades y comodidades que les ofrecen las grandes ciudades, trasladan con ellos su mentalidad tradicional y la adaptan a la nueva situación: poco a poco es la posesión de la vivienda la que ocupa un lugar preferente entre los españoles como síntoma valorable de bienestar y, en último extremo, de riqueza.
El esfuerzo que esta población debe hacer para acceder al sueño de sus sueños (ser propietario de una vivienda) es bastante importante, sobre todo si se piensa en los bajos sueldos de la época y en lo numeroso de las familias a las que hay que alimentar.
La entrada en Europa y, sobre todo, la entrada en el euro, supone un cambio de mentalidad en la sociedad española.
Sorprendentemente, la compra de la vivienda pasa de ser una de las cuestiones más difíciles y delicadas de la vida a ser algo fácil: "me prestan el dinero", "me lo ponen fácil", "me cobran un bajo interés", "5.000 pts por millón"... y la vivienda se empieza a ver, más que como una necesidad vital (la necesidad de habitar, de residir, de vivir...) una inversión.
Rápidamente las cosas se empiezan a poner difíciles, si todo quieren invertir en vivienda y los tipos de interés están bajos, es el precio de la vivienda el que empieza a subir... y a dispararse. Es la ley del mercado. La ineludible ley de la oferta y la demanda....
Y esta es la situación en la que estamos. De pronto, la gran mayoría se descubre a sí misma especulando con el precio de su propia vivienda o con la del vecino, o haciendo castillos en el aire o viviendo el cuento de la lechera (consigo hipoteca, vendo, compro una mejor, me compro algo en la playa, tatatá, tiquitaca....)
En el fondo, pocos aceptan que el valor de la vivienda se ha devaluado. Sí, el precio está disparado... pero el valor.... hemos pasado de considerarla como "el esfuerzo de nuestra vida", a "un bien de consumo", casi como quien cambia de camisa o de ordenador....
Hemos aceptado la "parte positiva"... y hemos tenido crecimiento, durante bastantes años, basándose en la "parte positiva", en los mundos de yupi... ahora viene la "parte negativa": si las viviendas son un bien de consumo más (bueno siempre un poco "especial" y más importante que otros bienes....) un medio más para hacer negocio, una inversión..... entonces es la ley de la oferta y la demanda, con toda su crudeza, la que impone su ley.
Y su ley es sencilla: a más oferta, menor precio.
Muchos han hecho negocio con la subida de precios. Se han hecho ricos.... ¿qué creeis que va a pasar ahora?
Pues eso.
Y esto no ha hecho más que empezar.
A partir de los años 60 se produce el éxodo rural: grandes masas de población cambian su lugar de residencia, alentados por los puestos de trabajo que les ofrece una incipiente industria, en las grandes ciudades.
Estos ciudadanos que se trasladan de lugar de residencia, fascinados por las posibilidades y comodidades que les ofrecen las grandes ciudades, trasladan con ellos su mentalidad tradicional y la adaptan a la nueva situación: poco a poco es la posesión de la vivienda la que ocupa un lugar preferente entre los españoles como síntoma valorable de bienestar y, en último extremo, de riqueza.
El esfuerzo que esta población debe hacer para acceder al sueño de sus sueños (ser propietario de una vivienda) es bastante importante, sobre todo si se piensa en los bajos sueldos de la época y en lo numeroso de las familias a las que hay que alimentar.
La entrada en Europa y, sobre todo, la entrada en el euro, supone un cambio de mentalidad en la sociedad española.
Sorprendentemente, la compra de la vivienda pasa de ser una de las cuestiones más difíciles y delicadas de la vida a ser algo fácil: "me prestan el dinero", "me lo ponen fácil", "me cobran un bajo interés", "5.000 pts por millón"... y la vivienda se empieza a ver, más que como una necesidad vital (la necesidad de habitar, de residir, de vivir...) una inversión.
Rápidamente las cosas se empiezan a poner difíciles, si todo quieren invertir en vivienda y los tipos de interés están bajos, es el precio de la vivienda el que empieza a subir... y a dispararse. Es la ley del mercado. La ineludible ley de la oferta y la demanda....
Y esta es la situación en la que estamos. De pronto, la gran mayoría se descubre a sí misma especulando con el precio de su propia vivienda o con la del vecino, o haciendo castillos en el aire o viviendo el cuento de la lechera (consigo hipoteca, vendo, compro una mejor, me compro algo en la playa, tatatá, tiquitaca....)
En el fondo, pocos aceptan que el valor de la vivienda se ha devaluado. Sí, el precio está disparado... pero el valor.... hemos pasado de considerarla como "el esfuerzo de nuestra vida", a "un bien de consumo", casi como quien cambia de camisa o de ordenador....
Hemos aceptado la "parte positiva"... y hemos tenido crecimiento, durante bastantes años, basándose en la "parte positiva", en los mundos de yupi... ahora viene la "parte negativa": si las viviendas son un bien de consumo más (bueno siempre un poco "especial" y más importante que otros bienes....) un medio más para hacer negocio, una inversión..... entonces es la ley de la oferta y la demanda, con toda su crudeza, la que impone su ley.
Y su ley es sencilla: a más oferta, menor precio.
Muchos han hecho negocio con la subida de precios. Se han hecho ricos.... ¿qué creeis que va a pasar ahora?
Pues eso.
Y esto no ha hecho más que empezar.
Última edición:
