Yo también he observado que la gente de Madrid cree que solamente allí los precios son una locura.
Aquí, con 250000 habitantes hay 60000 estudiantes en la universidad, a los que se suman todos los los años más de 10000 erasmus. Lo que significa que las posibilidades de trabajo rayan el 0.
Los precios son delirantes: más altos (centro por centro) que en la ciudad de Málaga, que ofrece mucho más al ciudadano.
El tren casi ni existe: no hay por ejemplo una línea que una la capital con la segunda ciudad, que, además, está en la costa.
La tradición de tocho es mucha y antigua, puesto que buena parte de los estudiantes son de fuera y dejen su dinero en alquileres (y consumo vario); así que mucha gente ha dedicado su vida a la acumulación de pisos. Cualquiera tiene aquí uno o varios pisos para alquilar. Recuerdo a una secretaria sustituta, enviada por el Ayuntamiento a través de un programa de empleo para madres en paro: decía que solo trabajaba para servir de modelo a sus hijos; que sus amigas le decían que no valía la pena trabajar por lo mismo casi que le daban como ayuda socia (estaba divorciada): tenía 4 pisos alquilados.
Un año trágico (sería diciembre del 97) tocó el rellenito de la lotería, así que la gente se lanzó como loca a comprar (no hay cultura de otra cosa: no hay industria, la actividad económica es mínima; solo servicios, mucho tocho y estudiantes a los que exprimir): ese fue fue el pistoletazo de salida para la gran subida, que había empezado un poco antes, pero tímidamente. Para colmo, en los últimos años ha circulado el rumor de que las líneas aéreas baratas que nos contectan por fin con el mundo exterior: Londres, Milán... han contribuido a la escalada de precios, porque la gente espera que traigan ingentes cantidades de extranjeros para instalarse aquí.