Entrevista a Hereu - hoy en ADN digital

Barcelona ocupa la cabeza de la lista de la ciudades con los precios de la vivienda más altos. No en vano, la capital catalana ha sido una de las ciudades de España donde el movimiento por una vivienda digna se ha organizado de forma más efectiva y masiva. A Hereu no se le escapa que es uno de los principales problemas a los que se enfrenta su gestión: "La vivienda ocupa el tercer lugar en las preocupaciones de los ciudadanos de Barcelona, por detrás de la inseguridad y la inmi gración. Sin embargo, no es un problema de solución sencilla: son muchos los factores que inciden en un mercado, el inmobiliario, que está rompiendo todas las leyes del mercado, que nos tiene desorientados".

Precisamente, esta semana ha estado en la ciudad el relator de la ONU sobre la vivienda, quien ha constatado que Barcelona es una de las ciudades donde el acoso inmobiliario es más grave. "Nosotros estamos abiertos a medidas estructurales que solucionen un problema cuya gravedad no negamos, y así se lo dije al relator de las Naciones Unidas, pero tampoco estamos a favor de una política asistencialista. De todas forma, puedo asegurar que estamos invirtiendo en vivienda; sólo un ejemplo: por cada metro de suelo público que vendemos, compramos cien. No se nos puede acusar de estar promoviendo la especulación urbanística", mantiene Hereu.

Hablando de especulación urbanística, saltó en la conversación el reciente y polémico desalojo de La Makabra, una de las casa okupadas más activas y creativas de la ciudad donde se realizaban actividades teatrales y circenses de una manera autogestionada. "Yo no entro en el debate de la propiedad, porque esa esfera ya tiene sus propios mecanismos, que pertenecen la ley y al Estado de derecho. Es cierto que dentro de ese espacio se realizaban actividades muy interesantes para la ciudad, pero quedan centenares de lugares públicos que pueden acoger ese asociacionismo. Además, algunos vecinos no hablan también de La Makabra, porque en ella no sólo se hacían circo y malabares. Mi obligación es conciliar las actividades de la ciudad con los derechos de los ciudadanos. Además, así como no sacralizo la ley del mercado en el sector de la vivienda, tampoco me gusta hacerlo con la 'okupación''".

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