Bolita
Madmaxista
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Endeudarse ya no es tan rentable
http://www.expansion.com/edicion/expansion/inversion/es/desarrollo/702037.html
España ha perdido al mejor de los aliados para financiar su crecimiento: los tipos de interés reales (la diferencia entre los tipos de interés y el IPC) han abandonado los valores negativos, saliendo de los mínimos históricos en los que se encontraban, para ponerse en contra del bolsillo de los españoles.
El precio del dinero ha escalado hasta el 3,25%, el nivel más alto en cuatro años; mientras que la inflación, por primera vez desde 2002, baja del techo del 3% y se sitúa en un desconocido 2,9%. Movimientos que han llevado los tipos de interés reales al 0,1%.
Esto significa que las facilidades de los españoles para endeudarse son cada vez menores y, por tanto, mayor su esfuerzo para pagar sus créditos. O, lo que es lo mismo: la senda ascendente de los tipos de interés reales dejará de suponer un aliciente para el consumo, el motor de crecimiento de la economía española. Hasta ahora, endeudarse era incluso rentable, pero desde septiembre, el coste pasa a ser positivo por primera vez en cuatro años.
A pesar de todo, la política monetaria sigue siendo cómoda para los hogares y las empresas, que han disfrutado en los últimos años de unas condiciones de crédito excepcionalmente bajas, gracias a que los tipos de interés se han situado durante dos años en el 2%, el mínimo desde 1946. Sin embargo, tras cinco subidas, el propio Banco Central Europeo (BCE) no descarta volver a subir los tipos antes de final de año, para contrarrestar los efectos de la escalada del crudo sobre la inflación. Una previsión que irá endureciendo poco a poco las facilidades de financiación actuales y elevando la carga financiera del sector privado.
Este nuevo escenario arroja una cal y otra de arena para la actividad nacional. Por un lado, la progresiva subida de los tipos programada por el BCE ayudará a contener la demanda nacional y, por tanto, restará presión a la escalada de los precios, que crecen desde hace años en torno a un punto o punto y medio por encima que el resto de la zona del euro. Aunque, por otro lado, minará la capacidad de gasto de las familias, el balón de oxígeno de la economía española contra la todavía débil recuperación europea.
Un futuro incierto
Los tipos de interés negativos de los que ha disfrutado España en los últimos años ha favorecido que las familias se endeudaran para comprar de viviendas, un valor en auge, que sin duda, ha engordado sustancialmente la riqueza total de los hogares. Pero se ha producido a costa de un elevado endeudamiento –los tipos de interés reales negativos financian el crecimiento económico futuro– que algunos organismos, como la Comisión Europea, califican ya de “insostenible” a medio plazo.
El servicio de estudios de Caixa Catalunya apunta a que “el endeudamiento aún es susceptible de aumentar” hasta valores del 140% de la renta disponible, a pesar de que los precios del mercado inmobiliario han iniciado a moderarse.
http://www.expansion.com/edicion/expansion/inversion/es/desarrollo/702037.html
España ha perdido al mejor de los aliados para financiar su crecimiento: los tipos de interés reales (la diferencia entre los tipos de interés y el IPC) han abandonado los valores negativos, saliendo de los mínimos históricos en los que se encontraban, para ponerse en contra del bolsillo de los españoles.
El precio del dinero ha escalado hasta el 3,25%, el nivel más alto en cuatro años; mientras que la inflación, por primera vez desde 2002, baja del techo del 3% y se sitúa en un desconocido 2,9%. Movimientos que han llevado los tipos de interés reales al 0,1%.
Esto significa que las facilidades de los españoles para endeudarse son cada vez menores y, por tanto, mayor su esfuerzo para pagar sus créditos. O, lo que es lo mismo: la senda ascendente de los tipos de interés reales dejará de suponer un aliciente para el consumo, el motor de crecimiento de la economía española. Hasta ahora, endeudarse era incluso rentable, pero desde septiembre, el coste pasa a ser positivo por primera vez en cuatro años.
A pesar de todo, la política monetaria sigue siendo cómoda para los hogares y las empresas, que han disfrutado en los últimos años de unas condiciones de crédito excepcionalmente bajas, gracias a que los tipos de interés se han situado durante dos años en el 2%, el mínimo desde 1946. Sin embargo, tras cinco subidas, el propio Banco Central Europeo (BCE) no descarta volver a subir los tipos antes de final de año, para contrarrestar los efectos de la escalada del crudo sobre la inflación. Una previsión que irá endureciendo poco a poco las facilidades de financiación actuales y elevando la carga financiera del sector privado.
Este nuevo escenario arroja una cal y otra de arena para la actividad nacional. Por un lado, la progresiva subida de los tipos programada por el BCE ayudará a contener la demanda nacional y, por tanto, restará presión a la escalada de los precios, que crecen desde hace años en torno a un punto o punto y medio por encima que el resto de la zona del euro. Aunque, por otro lado, minará la capacidad de gasto de las familias, el balón de oxígeno de la economía española contra la todavía débil recuperación europea.
Un futuro incierto
Los tipos de interés negativos de los que ha disfrutado España en los últimos años ha favorecido que las familias se endeudaran para comprar de viviendas, un valor en auge, que sin duda, ha engordado sustancialmente la riqueza total de los hogares. Pero se ha producido a costa de un elevado endeudamiento –los tipos de interés reales negativos financian el crecimiento económico futuro– que algunos organismos, como la Comisión Europea, califican ya de “insostenible” a medio plazo.
El servicio de estudios de Caixa Catalunya apunta a que “el endeudamiento aún es susceptible de aumentar” hasta valores del 140% de la renta disponible, a pesar de que los precios del mercado inmobiliario han iniciado a moderarse.
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