También puede que sea por cercanía. A mí el mulá Omar no me ha prohibido comer gorrino. Soy perfectamente consciente de que si viviera en Afganistán tendría mis más y mis menos respecto a ese tema, pero la cosa es que no vivo ahí y por tanto lo que rebuzne ese fulano no me afecta.
En cambio, el señor Rouco quiere decirme con quién, cómo y cuándo puedo hacer cochinadas aquí en mi casa. No tiene tanto poder como el mulá Omar (por suerte), pero si la tuviera estoy convencido de que sería tan amigable en sus peticiones como su compañero islamista.
Por eso, y por aquello de limpia tu casa bien antes de llamar marrano al vecino, me sale mucho más natural mantener a ralla al señor Rouco que al mulá Omar. Aunque el segundo sea con toda probabilidad un cabrón de peor especie.
Vamos, que tú estás viniendoa decir que dejemos de criticar tanto a ZP, que a fin de cuentas no es tan malo como Kim Jong-Il. Sí, pero es que ZP me cae más a mano y es MI problema.