17. A pesar de las preocupaciones que surgen del marcado incremento del
endeudamiento de los hogares, existen algunos factores que pueden mitigar el
riesgo, además elevado nivel de provisiones y reservas de capital con que
cuentan las entidades de crédito españolas.
• La mayor parte de las hipotecas vivas fueron constituidas con un LTV
inferior al 80%. De forma global, se estima que el LTV medio para las
hipotecas vivas se sitúa aproximadamente en el 65%. Aunque no existen
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regulaciones cautelares que limiten el LTV a un máximo del 80%, las
entidades de crédito cuentan con incentivos para no sobrepasar este límite,
ya que al hacerlo duplicarían la ponderación de riesgo de capital regulado, y
exigirían un nivel de provisiones más exigentes. Es más, las hipotecas
elegibles para la emisión de cédulas hipotecarias, (es decir, los bonos
garantizados), no deben tener un LTV superior al 80 (70) % en el caso de los
inmuebles residenciales (comerciales).6
• La rápida acumulación de capital inmobiliario en los últimos años permitiría
a los propietarios de esas viviendas hacer frente a una significativa caída de
los precios de la vivienda. Es más, el crédito mediante la movilización del
patrimonio inmobiliario de los hogares aún es incipiente, aunque está
aumentando. De hecho, los préstamos hipotecarios tienden a ser amortizados en un período de siete u ocho años.
• El número de miembros asalariados por hogar ha aumentado desde
principios de los años 90, de 1,36 en 1991 a 1,54 en 2004, impulsado por las
buenas condiciones macroeconómicas existentes desde mitad de los 90.
• La proporción de hogares con un elevado ratio de endeudamiento es
moderada. Como muestra la tabla 2, en el año 2004 sólo un 8% de los
propietarios de nuevas viviendas contaban con un ratio de endeudamiento
superior al 50%, en comparación con el 12% correspondiente a 1995.